Libros

Por una “Iglesia en diálogo” con el mundo

Gema Bellido, editora de “A Church in Dialogue. The Art and Science of Church Communication”, habla a Omnes sobre este volumen y los desafíos de la comunicación institucional de la Iglesia.

Giovanni Tridente·1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos
Pontificia Universidad de la Santa Cruz

La Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma (Foto: Flickr / Pontificia Universidad de la Santa Cruz)

Hace unas semanas, salió a la luz un libro en inglés que ofrece una visión general de los ámbitos y desafíos de la comunicación institucional de la Iglesia, con una mirada a la historia de los últimos 25 años, pero con una proyección hacia el futuro próximo. El intento es contribuir a realizar realmente una “Iglesia en diálogo” con el mundo y la sociedad contemporánea. Se titula “A Church in Dialogue. The Art and Science of Church Communication” (Edusc, Roma 2022). Varios autores, 32 en total, han contribuido a esta publicación por invitación de la Facultad de Comunicación Institucional de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz para celebrar sus primeros 25 años. Omnes ha entrevistado a la editora del volumen, la profesora Gema Bellido.

Gema Bellido, editora del volumen y profesora.

-¿Cómo surgió la idea de este libro?
La idea del libro nació en el seno de la Facultad de Comunicación Institucional de la Iglesia de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma. Los profesores, de acuerdo con el comité directivo, queríamos hacer algo que pudiera quedar como legado de los 25 años de historia de la facultad. El resultado fue editar un libro que hablara de la comunicación de la Iglesia desde diferentes perspectivas y que pudiera ser útil para el trabajo de los comunicadores y estudiosos de la comunicación de la Iglesia.
¿Cuáles son los temas más importantes que se tratan? 
Se tratan diversos temas, desde los que dan el contexto histórico, cultural o social hasta los que hablan más específicamente de la profesión de quienes trabajan en la comunicación de la Iglesia, ya sea en una oficina de comunicación de una diócesis o como vaticanistas. En el libro se explica, por ejemplo, la progresiva profesionalización de la comunicación institucional, la relación entre el gobierno y la comunicación dentro de las organizaciones, cómo la Iglesia puede dialogar con el mundo actual y participar en la conversación pública y los diferentes canales que puede utilizar para este diálogo.
Como dice el título, la comunicación es vista como arte y como ciencia. Como arte, requiere de la creatividad, y por eso la relación con la belleza y la verdad es muy importante. Como ciencia, necesita ser profundizada, estudiada, y, por lo tanto, para quien quiera trabajar en esta profesión, la reflexión es un deber, una condición indispensable.  
¿Cuál es la relación entre fe y comunicación responsable? ¿Cuál es la tarea de los comunicadores?
El Papa Francisco anima a los periodistas y profesionales de la comunicación a vivir esta profesión como una misión. Dice que tenemos “la misión de explicar el mundo, hacerlo menos oscuro, hacer que los que viven en él le tengan menos miedo y miren a los demás con mayor conciencia, y también con más confianza”. Como recuerda el Pontífice, está en la misión intrínseca de la profesión la actitud responsable, de ayudar a interpretar el mundo y de buscar mejorar el entorno en el que el comunicador trabaja. Además, pienso que las personas de fe se sienten llamadas a llevar a cabo esta misión no sólo como algo que les viene de la profesión, sino también como una manifestación de su vocación cristiana. 
A la luz de lo que se aborda en el libro, ¿cuáles son los retos de la comunicación en la Iglesia?
Hay muchos pero me gustaría destacar uno en particular: la comunicación tiene un papel importante que desempeñar para ayudar a la Iglesia, a las personas y a las instituciones, a recuperar la legitimidad necesaria para poder ser una voz creíble y relevante en el mundo. Para ello, es necesario profundizar en la propia identidad y sacarle brillo, de modo que los valores cristianos sean un puente. Esto contribuirá a cumplir el deseo del Papa de que la Iglesia no sea autorreferencial, sino que sea una Iglesia en salida, que esté dispuesta a dialogar con todas las instituciones y con todas las personas.

-Usted se ocupa de temáticas ligadas a la reputación de las instituciones, ¿tiene la Iglesia mucho que aprender también en este aspecto?

Las percepciones de las personas sobre las instituciones reflejan, en mayor o menor medida, la realidad de la institución. Por eso, cuando uno se propone mejorar la reputación debe, prácticamente, mejorar la realidad. La comunicación, en este sentido, tiene un poder transformador en las organizaciones, que pasa por escuchar esas percepciones, mostrarlas a los que gobiernan y proponer cómo encarnar mejor los principios identitarios de la institución para que pueda cumplir mejor su misión en la sociedad. 

La Iglesia, como todas las organizaciones, puede seguir aprendiendo en este aspecto, pero considero que está en ello. Por ejemplo, el Sínodo sobre la Sinodalidad que estamos viviendo, está suponiendo un ejercicio de escucha muy interesante tanto a nivel de las diócesis como de la Iglesia universal, un modo práctico de dar voz a quien quiera expresarse sobre los temas planteados. 

Es verdad que para lograr que la comunicación pueda servir a la Iglesia de este modo se necesitan personas bien formadas profesionalmente. Personalmente, me da mucha alegría ver pasar por las aulas de la universidad, en mi trabajo como profesora en la Facultad de Comunicación, sacerdotes, religiosos y laicos que están estudiando y profundizando en la fe, en la naturaleza de la Iglesia y en los fundamentos de la comunicación institucional, con la ilusión de contribuir en el futuro, con su trabajo, a la tarea de evangelización de la Iglesia.

El autorGiovanni Tridente

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica