En el 2023, 1,665 personas sin hogar murieron en las calles de Los Ángeles, California. Esta cifra es solo una parte de los miles de indigentes que cada año mueren en el país en el abandono y la intemperie. Son parte de los descartados de los que habla el Papa Francisco.
Según reporta la organización “Homeless Deaths Count”, al menos veinte indigentes mueren diariamente en las calles Estados Unidos. Según esta organización el número de personas sin vivienda fija ha aumentado desde el 2017 en un 6 %, llegando a más de 582 mil en el 2022. Cinco estados concentran más del 50 % de este segmento de la población: California, Nueva York, Florida, Washington y Texas.
Para no olvidar estas vidas y resaltar su dignidad, cada año la Iglesia católica junto con otras denominaciones cristianas organizan el 21 o 22 de diciembre servicios religiosos en todo el país en conmemoración de las personas que viven o que murieron en las calles. El día no se escogió al azar. Corresponde a la noche más larga del año: el solsticio de invierno. Y es que la noche representa el reto más importante para los indigentes pues no solo hay que enfrentar temperaturas inclementes sino los peligros propios que la noche trae.
Los servicios religiosos ecuménicos que se organizan en todo el país ayudan no solo a subrayar la dignidad de cada ser humano, sino a prevenir y alertar sobre el fenómeno de la indigencia. Este 2023 cerca de 200 comunidades organizaron distintos servicios en varias ciudades entre ellas la capital norteamericana y las ciudades de Green Bay, Madison, Orange y Los Ángeles, entre otras.
La arquidiócesis de Los Ángeles organizó un servicio interreligioso en la catedral el 21 de diciembre. En la ceremonia estuvieron presentes Mons. José H. Gómez, arzobispo de Los Ángeles, así como representantes y líderes civiles y religiosos del sur de California. Durante la ceremonia se encendieron 1,665 velas con el nombre de los indigentes que murieron en 2023. En esta ciudad, lejos del glamur y las celebridades de Hollywood o de las suntuosas playas, más de 75 mil personas viven en las calles, cifra que aumentó dramáticamente del 2022 a 2023. Esta realidad se percibe a simple vista al caminar o conducir en las avenidas principales, en donde se pueden ver gente viviendo en tiendas de campaña o en refugios improvisados hechos de cartón, plástico o latón.
La indigencia en los Estados Unidos es un fenómeno complejo y multifacético. Entre sus causas principales están la ausencia de viviendas con alquileres accesibles, la escasez de programas gubernamentales y la falta de refugios permanentes donde las personas sin hogar puedan acudir. A eso se suma el hecho de que muchas personas en situación de calle padecen adicciones o problemas de salud mental y los gobiernos locales, municipales y estatales no cuentan con los recursos humanos y financieros necesarios para remediar el problema.
En una de sus columnas para el periódico arquidiocesano, “Angelus”, Mons. Gómez señalaba: “Me preocupa que nos estemos acostumbrando a ver esto en nuestra ciudad. No podemos aceptar que las calles de Los Ángeles se conviertan en residencias permanentes de nuestro prójimo”. Evocando al Papa Francisco en Laudato Si‘, el prelado indicaba: “La tierra es nuestra casa común y todos merecemos un lugar al que podamos llamar ‘mi casa’. Para mí, la crisis de la vivienda es un recordatorio de que en la creación de Dios hay una ecología de la persona humana y una ecología del entorno natural. Dios hizo esta tierra para que fuera un hogar para la familia humana. Los bienes de la creación están destinados a ser compartidos, desarrollados y utilizados para el bien de todos sus hijos”.
La Iglesia Católica en el país por medio de las Caridades Católicas y la Asociación de San Vicente de Paul, es una de las instituciones más grandes en la ayuda a las personas en necesidad. A lo largo de sus diferentes establecimientos estas y otras agencias católicas ayudan a miles de personas ofreciendo refugio temporal, alimento y asistencia médica.