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Paz y esperanza, hilos conductores del viaje del Papa a Mozambique, Madagascar y Mauricio

El Papa Francisco afronta en septiembre su cuarto viaje al continente africano desde que accedió a la sede de Pedro en 2013. Las ciudades que visitará son Maputo en Mozambique, Antananarivo en Madagascar y Port Louis en Mauricio. La paz está en el lema de las visitas a los tres países.

Edward Diez-Caballero·2 de julio de 2019·Tiempo de lectura: 5 minutos

Los leit motiv de las visitas del Papa a cada uno de los países africanos son Esperanza, paz y reconciliación en el viaje a Mozambique; Sembrador de paz y de esperanza en el de Madagascar, y Papa Francisco, peregrino de paz en Mauricio. La paz parece ser sin duda el hilo conductor de la próxima visita del sucesor de Pedro al continente africano. Cada país tiene su cultura y costumbres diferentes, aunque a veces nos refiramos a África en su conjunto. Tendríamos que mencionar mejor qué país de África visitamos, para porque cada rincón de este continente es diferente y rico en su diversidad.

Este viaje apostólico será la cuarta ocasión en la que el Papa Francisco visite África, tras los de Kenia, Uganda y República Centroafricana (este de África) en noviembre de 2015, Egipto en abril de 2017 y Marruecos en marzo de 2019. Antes de sintetizar algunos de los principales mensajes del Papa en estos viajes, conviene mencionar la situación actual de Mozambique, un país de tradición portuguesa y bantú. El programa de viaje del Papa no es aún definitivo al escribir estas líneas, pero los obispos mozambiqueños tienen esperanzas de que el Papa pueda desplazarse de Maputo a Beira, que está a mil kilómetros de Maputo.

Ciclones y secuelas de la guerra

En efecto, hace cuatro semanas, el ciclón Kenneth abandonaba Mozambique, dejando tras de sí una destrucción aún mayor que la de Idai, que devastó este país en marzo. De todas las provincias, la más afectada por los dos ciclones fue Sofala y su capital, Beira, dejando un rastro de emergencia humanitaria que, como ha subrayado su obispo, Mons. Dalla Zuanna, se centra sobre todo en alimentación y vivienda. 

En cuanto a las secuelas de la guerra civil que concluyó en 1992, Mozambique es un país en el que todavía no reina la paz. Para Mons. Adriano Langa, obispo de Inhambane, “las heridas de la guerra no se cierran como quien cierra un grifo”, las marcas y secuelas de largos años de conflicto armado aún son visibles. El prelado ha explicado a Ayuda a la Iglesia Necesitada que todavía hay mucho camino por recorrer hasta que se pueda vivir realmente en paz. “Nosotros decimos que la guerra mata incluso después de que las armas se hayan callado”, señala Mons. Langa. La guerra civil en Mozambique, que duró de 1977 hasta 1992, dejó cerca de un millón de muertos. Además, se calcula que cinco millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus casas y la región donde vivían. Con ocasion de este viaje, se ha especulado con la posibilidad de que el Papa efectuara una escala en Sudán del Sur, joven país marcado también por la guerra. Las imágenes del Papa Francisco besando los pies a los rivales políticos en Roma impresionaron al mundo, y desde luego a la capital, Yuba. Se trataría de una parada de alto riesgo, aunque nada es descartable en este Papa.

En Kenia, rosario y Vía Crucis

Como se ha señalado, el primer viaje de este Papa a África fue al este del continente: Kenia, Uganda y la Republica Centroafricana.

Comencemos por Kenia. En su encuentro con los jóvenes kenianos en Kasarani (Nairobi) descubrimos algo que no sabíamos del Papa Francisco. Quiso hacernos una confidencia muy personal. ¿Qué lleva el Papa en el bolsillo? Primero, el Santo Padre lleva un rosario. “Para rezar”, dijo. Segundo, el Pontífice muestra “una cosa que parece extraña” y levanta un pequeño objeto cuadrado diciendo: “Esto es la historia del fracaso de Dios, es un Vía Crucis, un pequeño Vía Crucis”. El Papa Francisco abrió el objeto cuadrado que era un pequeño libro, señalando las imágenes que se encontraban dentro. “Es como Jesús fue sufriendo desde que lo condenaron a muerte hasta que fue sepultado”, afirmó. 

“Con estas dos cosas me arreglo como puedo, pero gracias a estas dos cosas no pierdo la esperanza”, concluyó. Parece ser que ese Vía Crucis se lo regaló un obispo sudamericano, ya fallecido, en señal de su filial unión con el Obispo de Roma.

Mártires en Uganda

La visita al santuario de los mártires de Namugongo —centro de la catolicidad en Uganda—, marcó el viaje del Papa. Allí se refirió también a la paz: “El testimonio de los mártires nuestra, a todos los que han conocido su historia, entonces y hoy, que los placeres mundanos y el poder terreno no dan alegría ni paz duradera. Es más, la fidelidad a Dios, la honradez y la integridad de la vida, así como la genuina preocupación por el bien de los otros, nos llevan a esa paz que el mundo no puede ofrecer”. 

En este lugar, donde se veneran mártires católicos y anglicanos, el Papa manifestó con gestos concretos su cercanía en la oración a todos los ugandeses.

Republica Centroafricana: el perdón

Hasta el último momento no se confirmó la visita a la República Centroafricana, puesto que había un problema real de seguridad debido al conflicto entre grupos musulmanes y cristianos en gran parte del país. La catedral de Bangui, capital de la Republica, se convirtió por un día en el centro de la cristiandad. 

El Papa Francisco quiso abrir la primera puerta santa del Año Santo de la Misericordia precisamente allí donde quizá la misericordia y el perdón no reinan. 

El Santo Padre empezó la ceremonia con esta oración tan significativa: “Bangui se convierte hoy en la capital espiritual del mundo. El Año Santo de la Misericordia llega anticipadamente a esta tierra. Una tierra que sufre desde hace años la guerra, el odio, la incomprensión, la falta de paz. Pidamos la paz para Bangui, para toda la República Centroafricana para todos los países que sufren la guerra, pidamos la paz”.

Egipto: ecumenismo y mártires

En su viaje a Egipto, el Papa Francisco se reunió con el papa Tawadros II, Patriarca de la Iglesia Copta-Ortodoxa, y pronunció un discurso en el que dio un nuevo impulso a las relaciones ecuménicas entre católicos y coptos ortodoxos: “Estamos llamados a testimoniar juntos a Jesús, a llevar al mundo nuestra fe”. Francisco se refirió en concreto a la caridad y al martirio que sufren los cristianos en muchos lugares del mundo como los caminos principales por los que transcurre el diálogo ecuménico. 

Además, recordó la memoria de los cristianos que a día de hoy siguen derramando su sangre por su fe en Egipto. “Aun recientemente, por desgracia, la sangre inocente de fieles indefensos ha sido derramada cruelmente: su sangre inocente nos une”, destacó.

Diálogo auténtico en Marruecos

En su tercer viaje, hace unos meses, el Santo Padre mantuvo un encuentro con el pueblo marroquí, las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático, en la explanada de la mezquita Hassan de Rabat. El Papa destacó que “para participar en la edificación de una sociedad abierta, plural y solidaria, es esencial desarrollar y asumir constantemente y sin flaquear la cultura del diálogo como el camino a seguir; la colaboración, como conducta; el conocimiento recíproco, como método y criterio”. 

En la misma línea, el Pontífice animó a “un diálogo auténtico” con el objetivo de “no subestimar la importancia del factor religioso para construir puentes entre los hombres”. “En el respeto de nuestras diferencias, la fe en Dios nos lleva a reconocer la eminente dignidad de todo ser humano, como también sus derechos inalienables”.

El autorEdward Diez-Caballero

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