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El Parlamento británico permite continuar el proyecto de suicidio asistido

La Cámara de los Comunes británica ha dado luz verde, por 330 votos frente a 275, a proseguir con el proyecto para que las personas mayores de 18 años que vivan en Inglaterra y Gales, y que les queden menos de seis meses de vida, tengan derecho a poner fin a su vida. El ‘Terminally III Adults (End of Life)’ requiere todavía meses de tramitación antes de ser ley.

Francisco Otamendi·29 de noviembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos
Suicidio asistido

Una paciente en un hospital de Blackburn (Inglaterra). Iglesias y grupos religiosos rechazan un proyecto de ley para permitir el suicidio asistido por médicos. (OSV News photo / Hannah McKay, pool via Reuters)

La expectación ante la iniciativa de la diputada laborista Kim Leadbeater, copatrocinadora del proyecto, era importante en la Cámara Baja, al ser la primera vez en casi diez años que se debatía la cuestión en el parlamento. En 2015, un proyecto similar fue rechazado por amplia mayoría.

El proyecto de ley ha dividido al Parlamento, y se ha dado libertad de voto a los diputados, dejando de lado las tesis del partido. En la votación final, el Proyecto de Ley sobre Adultos con Enfermedades Terminales ha sido aprobado con 330 votos favorables, frente a 275 votos negativos, por lo que continuará su tramitación parlamentaria.

Como contexto, no de está de más recordar que en las últimas elecciones, de julio de este año, los laboristas consiguieron una importante victoria sobre los conservadores, y se hicieron con 412 escaños de los 650, frente a los 121 de los “tories”, 72 de los liberales demócratas, y el resto de otras formaciones.

En escasos países, sobre todo europeos

La êutanasia y/o el suicidio asistido están despenalizados en escasos países del mundo. Países Bajos. Bélgica, Luxemburgo, Canadá, España, Austria (suicidio asistido), Colombia (permitida constitucionalmente pero sancionada penalmente), Suiza (autorizada la cooperación al suicidio en determinadas condiciones), algunos estados de EE.UU. (cuando la supervivencia esperada es de seis meses o menos), y Nueva Zelanda y algún estado australiano (como ‘muerte asistida’).

Los obispos británicos, galeses y escoceses invitan a rezar

Los obispos ingleses y galeses llevan tiempo invitando a los católicos a unirse a la oración para que este proyecto de ley de suicidio asistido no salga adelante. Este mismo mes, el cardenal británico Vincent Gerald Nichols pidió a los católicos la unión con él y los obispos para hacer una pausa de una hora el 13 de noviembre de 2024, con el fin de orar por la dignidad de la vida humana antes de la votación sobre el suicidio asistido que ha tenido lugar hoy en el Reino Unido. Ante el Santísimo Sacramento, en las iglesias parroquiales o en sus propios hogares.

El llamamiento ha sido realizado a través de la web de la Conferencia Episcopal. En una declaración, firmada asimismo por los prelados escoceses, los obispos explican “qué significa ‘compasión’ al final de la vida: cuidar y acompañar a las personas, particularmente en momentos de sufrimiento”.

Proteger a los más vulnerables, y cuidados paliativos

El texto “defiende firmemente a los vulnerables de la sociedad que están en riesgo a través de esta legislación propuesta, y los obispos abogan por cuidados paliativos mejor financiados para que estén constantemente disponibles para todos los necesitados en Inglaterra, Gales y Escocia”.

“Las personas que sufren necesitan saber que son amadas y valoradas. Necesitan cuidados compasivos, no ayuda para terminar con sus vidas”, dicen los obispos. “Los cuidados paliativos, con un alivio experto del dolor y un buen apoyo humano, espiritual y pastoral, son la mejor y más adecuada manera de cuidar a las personas hacia el final de la vida”.

“Tiempo lamentablemente insuficiente”  

“El tiempo que se le ha dado al Parlamento para que examine el proyecto de ley sobre el final de la vida de los adultos con enfermedades terminales, que permitirá el suicidio asistido, es lamentablemente insuficiente”, añaden los obispos.

Aunque el proyecto de ley indica que se establecerán salvaguardas, “la experiencia de otros países en los que se ha introducido el suicidio asistido demuestra que esas salvaguardas prometidas se olvidan pronto. En Bélgica, los Países Bajos, Canadá y algunas partes de los Estados Unidos, los criterios para el suicidio asistido se han ampliado significativamente, en la ley o en la práctica, a menudo para incluir a personas con enfermedades mentales y otras que no tienen un diagnóstico terminal”.

Los obispos afirman la creencia católica en la dignidad humana y la santidad de la vida, pero temen que una ley que permita el suicidio asistido pueda llevar a algunos a experimentar “el deber de morir”.

Casi medio millón de personas necesitan cuidados paliativos

El corresponsal de salud de la BBC, cadena que ha realizado una amplia cobertura del debate parlamentario, ha manifestado al hilo de las intervenciones que se estima que tres cuartas partes de las personas necesitan cuidados paliativos al final de sus vidas, es decir, alrededor de 450.000 personas al año en todo el Reino Unido. Pero un número significativo de personas no pueden acceder a ella, se estima que alrededor de 100.000.

División en las filas laboristas, y en los “tories”

En sus comentarios finales en la Cámara de los Comunes, la diputada laborista Kim Leadbeater subrayó que la votación de hoy sobre “el proyecto de ley sobre muerte asistida”, como la ha denominado, marca ‘el comienzo, no el final’ del debate en torno a este tema.

Sin embargo, “la atención debería centrarse en lograr una atención paliativa adecuada”, sostuvo la también laborista Rachel Maskell, quien señaló que la financiación para cuidados paliativos “ha retrocedido y los hospicios están reduciendo sus servicios, lo que, según ella, debe solucionarse antes de que empecemos a discutir la propuesta de ley sobre muerte asistida”.

Por su parte, el diputado conservador Danny Kruger ha sostenido que si se mejora el sistema de cuidados paliativos del país y se financian los hospicios (‘hospices’: instituciones que ofrecen cuidados paliativos), sería posible hacer ‘mucho más’ por la gente.Kruger ha asegurado que entonces será posible “ayudar a la gente a morir con el mínimo sufrimiento”, “No autoricemos el suicidio, que, por cierto, de nuevo hay pruebas de que en todo el mundo aumenta el suicidio entre la población general, el suicidio es contagioso”, ha manifestado.

El autorFrancisco Otamendi

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