En perfecto horario y con el cielo parcialmente nublado, el vuelo A350 de Singapore Airlines despegó a las 18.25 hora local, llevando de regreso a Roma al Papa Francisco y a la delegación de periodistas y asistentes que lo acompañaron a Asia y Oceanía.
Concluye así el histórico viaje de 12 días que comenzó el 2 de septiembre y que vio peregrinar al Pontífice por el Sudeste Asiático, donde el Santo Padre hizo sentir la cercanía de la Iglesia, confirmó a los fieles católicos en su fe y les alentó a seguir caminando.
Amor al prójimo y armonía entre las religiones
Como aspectos a destacar, durante su estancia en Indonesia Francisco elogió la convivencia interreligiosa donde los católicos son sólo el 3 % de la población. Allí firmó una declaración junto con el principal representante islámico del país en la que reiteró el no a la manipulación política y a la violencia en nombre de la religión.
En Papúa Nueva Guinea el Santo Padre pidió equidad, paz y cuidado de la tierra. Por su parte, en Timor Oriental, país de mayoría católica y con un 65 % de jóvenes, invitó a cuidar de los más pequeños. Finalmente, en Singapur subrayó que de nada sirven los edificios gigantescos y el dinero si no hay detrás de ellos el amor a Dios y al prójimo.
Durante sus últimas horas en Singapur, el Papa mantuvo un encuentro privado con el cardenal William Seng Chye Goh, con los sacerdotes y las personas consagradas, en el centro de retiros “San Francisco Javier”.
En esta última jornada no faltó la cercanía y la caricia del Santo Padre hacia un grupo de ancianos y enfermos, en el Hogar Santa Teresa, donde también estaban el arzobispo emérito de Singapur, Nicholas Chia Yeck Joo, tres sacerdotes y una monja.
El Papa se despide de los jóvenes
A continuación Francisco participó en un encuentro interreligioso con los jóvenes en el “Catholic Junior College”. En esta institución los estudiantes de las escuelas católicas afiliadas realizan un curso preuniversitario de dos años que los prepara para el examen “Cambridge GCE Advanced Level”.
La alegría de estos estudiantes agitando banderas, vistiendo sus uniformes universitarios, se hizo sentir desde el primer momento con aplausos. Un grupo de muchachos colocó una guirnalda de flores al Papa y otros jóvenes con discapacidad interpretaron una coreografía. Junto al obispo de Roma, al evento acudieron varios líderes de diferentes creencias religiosas.
El cardenal William Goh, presente en el encuentro, calificó el trabajo de la Iglesia con otras religiones como la «Navidad interreligiosa». «Singapur se esfuerza por ser un ícono de la armonía interreligiosa en el mundo», aseveró. Después, un joven hindú, un joven sikh y un joven católico ofrecieron a los presentes su testimonio.
En su intervención, el Papa Francisco afirmó estar feliz “por pasar la última mañana de mi visita en Singapur con vosotros, entre tantos jóvenes, reunidos en unidad y amistad. ¡Este es un momento precioso para el diálogo interreligioso!”.
Construir un mundo fraterno
El sucesor de Pedro quiso indicar también «tres palabras que pueden acompañarnos a todos en este camino de unidad: valentía, compartir y discernimiento».
“Valentía” para “mantener una actitud valiente y promover un espacio donde los jóvenes pueden entrar y hablar». Luego “compartir”, porque «hay muchos debates sobre el diálogo interreligioso… no siempre exitosos». Sin embargo, lo que «derriba muros y acorta distancias no son tanto las palabras, los ideales y las teorías, sino sobre todo la práctica humana de la amistad, del encuentro, del mirarse a los ojos».
“Y añado una cosa”, dijo el Pontífice, “pensando sobre todo en ustedes, jóvenes que frecuentan mucho el mundo digital: a veces las diferencias culturales y religiosas se utilizan de manera polarizada e ideológica y nos sentimos divididos y distantes de los que son diferentes, simplemente porque estamos influenciados por clichés y ciertos prejuicios que también encuentran espacio en las redes sociales».
Por último, el “discernimiento”, un “arte espiritual” que es más necesario que nunca “ante los desafíos de la inteligencia artificial”, y que permite también “poder captar la verdad oculta, a veces enmascarada por muchas ilusiones o noticias falsas”.
“Continúen por este camino” instó el Santo Padre a los jóvenes, “sigan soñando y construyendo un mundo fraterno, cultiven la unidad aprovechando la riqueza de vuestras religiones”. Y a los jóvenes cristianos les recordó: «el Evangelio se concentra en el amor de Dios por cada uno de nosotros, un amor que nos invita a ver en el rostro de todos los demás a un hermano al que amar».
El final del intenso encuentro concluyó con la lectura de un llamamiento al compromiso por la unidad y la esperanza y con un momento de oración en silencio. El Papa Francisco saludó a los 10 líderes de otras religiones presentes en el encuentro y partió al aeropuerto para tomar su avión con destino a Roma, donde se espera la llegada del Pontífice alrededor de las 18:30 (hora local).