Vaticano

Mirar al cielo y el rosario por la paz, propuestas del Papa

El Santo Padre Francisco ha sugerido en este V domingo de Pascua que “no nos dejemos arrasar por el presente” y que “miremos hacia arriba, hacia el cielo, a la meta”, porque  “estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios”. Al final del Regina Caeli ha animado a rezar el rosario “pidiendo a la Virgen el don de la paz, en especial en la martirizada Ucrania”.

Francisco Otamendi·7 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos
Papa 7 mayo

El Papa saluda a los fieles reunidos en la plaza de san Pedro antes del Regina Caeli (Vatican News Español)

En el V domingo de Pascua, el Papa Francisco ha invitado a los romanos y peregrinos presentes en la plaza de San Pedro a “no tener miedo”, porque el Señor nos indica, en el  evangelio de la liturgia de este domingo (Jn 14, 1-12), a dónde ir y cómo ir. Dónde “es el cielo. Recordemos la meta. Pensemos que estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios”. Y cómo ir: “La brújula para alcanzar el cielo es amar a Jesús”, ha señalado. 

Al comentar el pasaje evangélico, que narra “el último discurso de Jesús antes de su muerte”, el Papa ha afirmado: “El corazón de los discípulos está atribulado, pero el Señor les dirige palabras tranquilizadoras, invitándoles a no tener miedo. No tengan miedo. Él, de hecho, no les está abandonando, sino que va a preparar un lugar para ellos, y a guiarles hacia esa meta”.

“El Señor nos indica así hoy a todos nosotros el maravilloso lugar al que ir. Y al mismo tiempo, nos dice cómo ir. Dónde ir y cómo ir. Nos enseña el camino a recorrer”, ha explicado el Pontífice. 

“Jesús usa la imagen familiar de la casa, lugar de relaciones y de intimidad. En la casa del Padre, dice a sus amigos y a cada uno de nosotros, hay espacio para ti, eres bienvenido, serás acogido para siempre con el calor de un abrazo, y yo estoy en el cielo preparándote un lugar. Nos prepara para aquel abrazo con el Padre, el lugar para toda la eternidad”, ha añadido.

“Hermanos y hermanas, esta palabra es fuente de consuelo, es fuente de esperanza para nosotros. Jesús no se ha separado de nosotros. Nos ha abierto el camino, anticipando nuestro destino final, el encuentro con Dios Padre, en cuyo corazón hay un puesto, hay un lugar para cada uno de nosotros”.

No perder de vista la meta

“Entonces”, ha continuado, “cuando experimentamos el cansancio, el desconcierto, incluso el fracaso, recordemos hacia dónde se dirige nuestra vida. No debemos perder de vista la meta. Incluso si corremos el riesgo de olvidarlo, de olvidar las preguntas finales, las importantes: ¿A dónde vamos? ¿Hacia dónde caminamos? ¿Por qué vale la pena vivir?”

“A veces, sobre todo cuando hay grandes problemas que afrontar, está la sensación de que el mal sea más fuerte, y nos preguntamos: ¿qué debo hacer? ¿qué camino debo seguir? Escuchemos la respuesta de Jesús”, ha proseguido Francisco. “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Jesús mismo es el camino a seguir, para vivir la verdad y tener vida en abundancia. Ël es el camino, y por tanto, la fe en Él no es un paquete de ideas en las que creer. No. Sino un camino a recorrer, un viaje a cumplir, un camino con Él. Es seguir a Jesús, porque Él es el camino que conduce a la felicidad que no perece”. 

“Seguir a Jesús es imitarlo”, ha señalado el Papa. “Especialmente con gestos de cercanía y misericordia hacia los demás. He aquí la brújula para alcanzar el cielo. Amar a Jesús, el camino, convirtiéndonos en señales de su amor en la tierra”.

“Y desde el cielo, el corazón, renovemos hoy la elección de Jesús, la elección de amarlo, y de caminar detrás de Él. Que la Virgen María, que siguiendo a Jesús ya llegó a la meta, sostenga nuestra esperanza”, ha concluido.

Pedir a la Virgen el don de la paz

En las palabras finales, tras el rezo del Regina caeli, el Papa informó que mañana en Pompeya tendrá lugar la tradicional súplica de Nuestra Señora del Rosario, “En este mes de mayo”, dijo, “recemos el rosario pidiendo a la Virgen Santa el don de la paz. en particular para la atormentada Ucrania. Que los responsables de las naciones puedan escuchar el grito de la gente que desea la paz”.

Antes, el Papa ha pedido un aplauso para dos personas que llegaron a los altares ayer. En Montevideo (Uruguay), fue beatificado el obispo Jacinto Vera, que vivió en el siglo XIX, “Pastor que cuidó de su pueblo, testimonió el Evangelio con generoso impulso misionero, y favoreció la reconciliación social en un clima tenso por la guerra civil”, ha manifestado.

“Y en Granada (España), ha sido beatificada Conchita Berrecheguren, que en 1927, con 22 años, postrada en cama por una grave enfermedad, soportó los sufrimientos con gran fuerza espiritual, suscitando en todos admiración y consolación”.

El Pontífice saludó a fieles de numerosos países, en particular de Australia, España, Inglaterra, y a los estudiantes del colegio Santo Tomás de Lisboa, entre otros peregrinos.El Santo Padre saludó también a la Asociación Meter con su fundador, don Fortunato di Noto, que llevan adelante el compromiso para prevenir y combatir la violencia sobre los menores”. Hoy celebran la 28 jornada de los niños víctimas. “Estoy cercano a ustedes y les acompaño con la oración y con mi afecto. No se cansen nunca de estar de parte de los niños. Ahí está Cristo Niño que los espera”, ha afirmado.

El autorFrancisco Otamendi

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