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Dentro de unas semanas, el Papa Francisco realizará un nuevo viaje, esta vez a L’Aquila, Italia. Dará así comienzo oficialmente las celebraciones de la llamada «Perdonanza Celestiniana», un rito que se remonta a 1294.
El 29 de agosto de ese año, en la basílica de Santa Maria di Collemaggio, Pietro Angeleri fue elegido Papa con el nombre de Celestino V en presencia de más de doscientas mil personas. En esa misma ocasión, concedió el don de la indulgencia plenaria a «todos los que, confesados y sinceramente arrepentidos», habían visitado devotamente la misma basílica «desde las Vísperas del 28 de agosto hasta las Vísperas del 29».
La bula del perdón
La bula formal de la cancillería papal llegó un mes después, el 29 de septiembre, y al año siguiente se celebró la primera fiesta solemne, que continúa hasta hoy. Una especie de «jubileo ante litteram» dedicado al perdón, ya que el primer Año Santo real fue instituido en 1300 por Bonifacio VIII.
La autenticidad de la Bula del Perdón ha sido cuestionada varias veces a lo largo del tiempo, pero fue San Pablo VI quien, en 1967, en el momento de la revisión general de todas las indulgencias plenarias, contó con la de Celestino V a la cabeza de la lista oficial.
Los conceptos centrales del precioso documento son la paz, la solidaridad y la reconciliación. Hoy resuenan con más actualidad que nunca, precisamente por los acontecimientos bélicos que también sacuden a Europa. Y es significativo que el último viaje que ha hecho el Papa Francisco ha sido a Canadá, precisamente para reconciliar a la Iglesia con los pueblos originarios de esas tierras.
El Papa Francisco en el L’Aquila
El viaje al L’Aquila adquiere un significado adicional de renacimiento, después de que el desastroso terremoto de 2009 arrasara su centro histórico, incluida la basílica de Collemaggio. La visita del Papa Francisco es también un estímulo para las poblaciones que aún luchan por recuperar la normalidad de la vida ordinaria. No es casualidad que, tras la visita privada a la catedral de la ciudad, todavía inhabitable, el Pontífice salude también a los familiares de las víctimas del terremoto en el parvis.
Francisco será también el primer pontífice de la historia en abrir, después de 728 años, la Puerta Santa que inaugura los actos de la Perdonanza, y es representativo que lo haga quien ha hecho de la misericordia una piedra angular de su pontificado.
«L’Aquila, con la imagen de Collemaggio, llegará a todo el mundo como una ciudad que proclama el mensaje del Perdón, un mensaje que debe vernos comprometidos como protagonistas, con obras y nuestro testimonio», comentó en días pasados el cardenal Giuseppe Petrocchi, quien dirige la comunidad diocesana de L’Aquila desde 2013.
El programa de la visita del Papa tiene en el centro «la dimensión espiritual y cultural de un evento que debe apuntar a lo esencial», teniendo como «núcleo fundamental» el perdón, reiteró el arzobispo.
Y un último apunte. A partir de 2019, la Perdonanza Celestiniana es patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO.