Del 24 al 26 de junio el Papa Francisco recorrerá Armenia en un viaje apostólico que se espera sea un nuevo hito en las relaciones ecuménicas. El viaje concluirá con la firma de una declaración conjunta con el Catholicós de la Iglesia apostólica armenia.
— Miguel Pérez Pichel
La llegada del Papa Francisco a Armenia el próximo 24 de junio se enmarca en su llamamiento a evangelizar tanto en las periferias geográficas como en las existenciales. También se enmarca en la necesidad de impulsar el diálogo ecuménico y estrechar lazos entre la Iglesia católica y la Iglesia apostólica armenia. En este sentido, el Papa Francisco proclamó al religioso armenio san Gregorio Narek como Doctor de la Iglesia el 12 de abril de 2015 durante la Misa celebrada en San Pedro con motivo del centenario del genocidio armenio.
Armenia es un país de 3.060.631 habitantes y una extensión de 29.800 quilómetros cuadrados, fronterizo con Turquía, Georgia, Azerbaiyán e Irán. La población armenia es mayoritariamente ortodoxa. El 94,7 % de la población pertenece a la Iglesia apostólica armenia (de tradición ortodoxa). El 4 % es católico o protestante, el 1,3 % son yazidíes y hay también una pequeña comunidad musulmana.
La Iglesia apostólica armenia tiene su origen en la evangelización por los apóstoles Bartolomé y Tadeo. Armenia adoptó el cristianismo como religión oficial en el año 301 durante el reinado de Tirídates III gracias a la labor de san Gregorio el Iluminador. Por lo tanto, es el primer país del mundo en proclamarse cristiano. En 428 el imperio persa sasánida conquistó el reino, aunque los armenios consiguieron que se garantizara su libertad religiosa y cierta autonomía. En el año 506 los cristianos armenios aceptaron el monofisismo. En el siglo VII el califato islámico, surgido en la península arábiga, absorbió Armenia. El país consiguió establecer una amplia autonomía del poder árabe tras una revuelta en el año 780. Recuperó su independencia en el año 885. A partir de esa fecha los armenios tuvieron que lidiar con las pretensiones expansionistas de bizantinos y árabes, así como con las invasiones de turcos, mongoles y otros pueblos asiáticos. Esta situación dejó al reino armenio exhausto ante el naciente poder otomano a finales de la Edad Media.