A primera hora de la tarde, tras más de tres horas de vuelo desde Kinshasa, en el aeropuerto de Juba, capital de Sudán del Sur,ha tenido lugar la recepción oficial al Papa Francisco, que visitará al presidente de la república, Salva Kiir y a los vicepresidentes. Luego tendrá lugar el encuentro con las autoridades, sociedad civil y cuerpo diplomático.
Mañana, el pontífice mantendrá un encuentro con sacerdotes, consagrados, y seminaristas en la catedral de santa Teresa, y por la tarde tendrá lugar una oración ecuménica en el mausoleo John Garang. El domingo será la Santa Misa en el mismo mausoleo, y a continuación el Santo Padre se dirigirá al aeropuerto de Yuba para volver a Roma.
Desde hace años, el Papa Francisco, junto al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, el reverendo presbiteriano Dr. Iain Greenshields, han impulsado juntos el proceso de paz en Sudán del Sur, para poner fin a la guerra civil tras el golpe de Estado de 2013.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, estará acompañado en Sudán del Sur por su esposa, Caroline Welby que ha visitado Sudán del Sur en varias ocasiones, para apoyar a las mujeres de la Iglesia en su papel de “constructoras de la paz”.
Más de 400.000 muertos
En un encuentro con periodistas vaticanos,el padre Alfred Mahmoud Ambaro, sacerdote sursudanés de la diócesis de Tombura-Yambio y párroco de María Auxiliadora en la ciudad de Tombura, ha recordado “el drama de la guerra y la consecuente emergencia humanitaria en Sudán del Sur, tanto que llevó al Papa a convocar a las máximas autoridades religiosas y políticas sursudanesas, junto con el arzobispo de Canterbury, a casa Santa Marta en abril de 2018 para un retiro espiritual ecuménico”.
El presidente Salva Kiir y los vicepresidentes designados, entre ellos Rebecca Nyandeng De Mabior, viuda del líder sursudanés John Garang, y Riek Machar, líder de la oposición, acudieron al Vaticano, como ha recogido Omnes. “Aquellos días fueron coronados por el gesto inédito e impactante del Papa de ponerse de rodillas”, continuó el padre Alfred, al final de un discurso en el que imploró el don de la paz para un país desfigurado por más de 400.000 muertos, y luego besó los pies de los líderes de Sudán del Sur. “Que se apague de una vez por todas el fuego de la guerra”, dijo el Pontífice, reiterando una vez más su deseo de visitar el país.
“Proceso de paz estancado”
Sudán del Sur es bastante más pequeño que la República del Congo, pero algo más grande que España. Tiene 644.000 kilómetros cuadrados y unos 1,7 millones de habitantes. Consiguió la independencia de Sudán en 2011, tras décadas de guerra. Mientras Sudán es árabe y musulmán (90 %), la población de Sudán del Sur es negra y mayoritariamente cristiana, y más de la mitad son de religión católica (52 %). El 9 por ciento son otros cristianos; musulmanes, el 6 %, y de otras creencias, el 32 %.
Según ha informado Obras Misionales Pontificias en España, entre las gentes que acudirán a encuentros con el Papa se encuentra el padre Roy Zúñiga, misionero comboniano, que con diez feligreses de su parroquia viajará seis horas por zonas peligrosas para reunirse con el Papa. El P. Zúñiga, que conoce bien la situación del país, desea que la visita del Papa impulse el proceso de paz, “esperamos un milagro”, ha dicho. A su juicio, “esperamos que deshaga el nudo, estamos estancados con el proceso de paz”.
De los 13,7 millones de habitantes, en torno a 7,2 millones, más de la mitad, son católicos, existen 7 circunscripciones eclesiásticas, y 300 sacerdotes, 185 diocesanos y 115 religiosos, informa la Santa Sede sobre Sudán del Sur.
Con los obispos de la RD del Congo
¿Qué dijo el Papa en su último encuentro en la República Democrática del Congo? Tras haberse reunido con sacerdotes, religiosas y religiosos, y seminaristas, en un encuentro particularmente emotivo, y alejado de las multitudes de días pasados en el aeropuerto de Ndolo y de los jóvenes, el Santo Padre pidió a los obispos de la nación congoleña, en la sede de la conferencia episcopal, dedicar tiempo a la oración, a estar cerca de Dios, a la Eucaristía.
“Cuidemos la cercanía con el Señor para ser sus testigos creíbles y portavoces de su amor ante el pueblo”, les alentó. “No vaya a suceder que nos creamos autosuficientes, mucho menos que se vea en el episcopado la posibilidad de escalar posiciones sociales y de ejercitar el poder. Y, sobre todo, que no entre el espíritu de la mundanidad, que nos hace interpretar el ministerio según criterios de beneficio personal”.
“Ante todo”, subrayó, “quisiera invitarlos a que se dejen abrazar y consolar por la cercanía de Dios. Para nosotros, que hemos recibido la llamada a ser pastores del Pueblo de Dios, es importante estar cimentados en esta cercanía del Señor, ‘estructurarnos en la oración’, estando horas delante de Él. Sólo así se acerca al Buen Pastor el pueblo que nos ha encomendado y sólo así nos convertiremos verdaderamente en pastores, pues nosotros, sin Él, no podemos hacer nada (cf. Jn 15,5).
El próximo mes de junio van a celebrar en Lubumbashi el Congreso Eucarístico Nacional, les recordó el Santo Padre, en su último mensaje: “Jesús está verdaderamente presente y operante en la Eucaristía; ahí da paz y restaura, consuela y une, ilumina y transforma; ahí inspira, sostiene y hace eficaz su ministerio. Que la presencia de Jesús, pastor manso y humilde de corazón, vencedor del mal y de la muerte, transforme este gran país y sea siempre vuestra alegría y vuestra esperanza. Los bendigo de corazón. Y, por favor, sigan rezando por mí”.