Vaticano

El Papa a los jóvenes: “Jesús se transmite a través de rostros concretos”

El encuentro con jóvenes en la Escuela San Dionisio de las Hermanas Ursulinas de Marusi en Atenas ha sido el broche final del viaje, extenso, del Papa Francisco a las naciones de Chipre y Grecia.

Maria José Atienza·6 de diciembre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos
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El Papa aplaude durante su encuentro con jóvenes ©CNS photo/Paul Haring

El Papa Francisco ha llegado a primera hora de la mañana a la escuela a encontrarse con un nutrido grupo de jóvenes. Allí ha sido recibido con la famosa Jesus Christ You´re my life y aplausos.

Tras el saludo del obispo católico de Atenas, Mons. Sevastiano Rossolato, el Papa ha disfrutado de unas danzas regionales que han dado paso a los testimonios y preguntas de los jóvenes: Katerina, Ioanna y Aboud, un joven sirio quien relató su huida “de la amada y martirizada Siria”, junto a su familia, con grave peligro para su vida en varias ocasiones.

El corazón de la fe: somos hijos de Dios

El Papa ha querido responder a las cuestiones planteadas por la joven acerca de las dudas que, en ocasiones, surgen en su interior sobre su fe o la vida cristiana. “Me gustaría decirte a ti y a todos vosotros: no tengáis miedo de las dudas, porque no son una falta de fe. No tengas miedo a las dudas. Por el contrario, las dudas son «vitaminas de la fe»: ayudan a fortalecerla”, ha señalado el Papa, que ha comparado la vida cristiana con una “historia de amor, hay momentos en los que hay que hacerse preguntas. Y eso es bueno”.

Sin embargo, el Papa ha querido advertir a los jóvenes que, muchas veces, esa duda que lleva a pesar que nos hemos equivocado con el Señor es una tentación del diablo que hay que rechazar: “¿Qué hacer cuando esa duda se vuelve asfixiante y no te deja en paz, cuando pierdes la confianza y ya no sabes por dónde empezar? Tenemos que encontrar nuestro punto de partida. ¿Qué es? El asombro”, ha recordado el Santo Padre.

“El asombro no es sólo el comienzo de la filosofía, sino también de nuestra fe” ha querido subrayar el Papa en la cuna de los grandes pensadores griegos. “Cuando alguien se encuentra con Jesús se asombra”, ha continuado el Papa, que ha reafirmado esta idea recordando que “nuestra fe no consiste en primer lugar en un conjunto de cosas que creer y preceptos que cumplir. El corazón de la fe no es una idea, no es una moral, el corazón de la fe es una realidad, una hermosa realidad que no depende de nosotros y que nos deja sin palabras: ¡somos los hijos predilectos de Dios!

Dios no se arrepiente de nosotros

El Papa ha querido hacer hincapié en esta idea de no dejarse llevar por el pesimismo, a pesar de las debilidades o las caídas de cada uno. En esta línea ha recordado como, el sentido de la filiación divina, hunde sus raíces en ser conscientes de que Dios nos ama de manera infinita, que nos mira con ojos diferentes a los nuestros: “si nos ponemos delante del espejo puede que no nos veamos como nos gustaría, porque corremos el riesgo de centrarnos en lo que no nos gusta. Pero si nos ponemos delante de Dios, la perspectiva cambia (…) Dios no se arrepiente de nosotros. Dios siempre perdona. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón”.

El Papa, utilizando un símil conocido por los presentes: la Ilíada, ha querido advertir a los jóvenes de los “cantos de sirena” actuales que “con mensajes seductores e insistentes, que se centran en el dinero fácil, en las falsas necesidades del consumismo, en el culto al bienestar físico, al entretenimiento a toda costa… Son tantos fuegos artificiales, que brillan por un momento y luego sólo dejan humo en el aire”, y ante estas tentaciones, ha animado a los jóvenes, a “alimentar el asombro, la belleza de la fe. No somos cristianos porque tengamos que serlo, sino porque es hermoso” concluyó.

Los rostros de los demás

Otra de las ideas que ha querido destacar el Santo Padre es la necesidad de la comunidad, de encontrar a Cristo en “el otro”. “Para conocer a Dios, no basta con tener ideas claras sobre Él -eso es una pequeña parte, no es suficiente- hay que ir a Él con la vida”, ha afirmado el Papa.

“Jesús se transmite a través de rostros y personas concretas” ha señalado Francisco, en una afirmación que se liga, especialmente, a los momentos vividos en este viaje con los migrantes en Chipre y refugiados de Mitilene, así como en sus frecuentes llamadas a la unidad y la comprensión con fieles de otras confesiones. “Dios se hace presente a través de las historias de las personas. Él pasa a través de nosotros”, ha querido subrayar ante el grupo de jóvenes allí reunido destacando que “me alegra verlos a todos juntos, unidos, aunque vengan de países e historias tan diferentes”.

Uno de estos jóvenes de otros países es Aboud, quien ha narrado al Santo Padre su penosa y peligrosa huida de Siria hasta Grecia en la que casi pierde la vida. A él se ha dirigido el Papa instándole a tener “el valor de la esperanza que tuviste” para no dejarse paralizar por los miedos que acechan toda la vida y especialmente, ha destacado dirigiéndose a todos los presentes, “la valentía de arriesgarse, de ir hacia los demás. Con este coraje, todos y cada uno de ustedes se encontrarán a sí mismos, se encontrarán entre sí y encontrarán el sentido de la vida”.

Este encuentro, que ha terminado con los saludos de varios jóvenes, entre ellos, los tres testimoniantes, al Santo Padre, ha sido el último acto de este viaje apostólico a Chipre y Grecia.  Poco después, en torno a las 11:00, Francisco ha despegado del aeropuerto internacional de Atenas para poner fin a un viaje marcado por el impulso ecuménico, la llamada a la solidaridad y ayuda a los migrantes y desplazados y la llamada al diálogo.

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