Vaticano

El Papa Francisco viaja a Verona para hablar sobre la paz

El Papa Francisco ha viajado a Verona, donde ha pronunciado varios discursos en los que ha hablado sobre la paz.

Paloma López Campos·18 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos
Papa Francisco

El Papa Francisco antes de la Misa de Pentecostés en Verona (CNS photo / Lola Gomez)

El Papa Francisco ha viajado a Verona para mantener varios encuentros en la ciudad italiana. En su breve visita, que ha durado aproximadamente diez horas, ha pronunciado diversos discursos, centrados en la paz.

En un primer encuentro con sacerdotes y consagrados, el Pontífice ha profundizado en dos aspectos, la llamada y la misión. Respecto a la llamada, Francisco ha resaltado que “en el origen de la vida cristiana está la experiencia del encuentro con el Señor, que no depende de nuestros méritos ni de nuestro compromiso, sino del amor con el que Él viene a buscarnos”.

Es importante, ha indicado el Papa, observar que “en el origen de la vida consagrada y de la vida sacerdotal no estamos nosotros, nuestros dones o algún mérito especial, sino que está la sorprendente llamada del Señor, su mirada misericordiosa que se ha inclinado sobre nosotros y nos ha elegido”.

Llamada y misión

Por eso, el Santo Padre ha dicho que la llamada del Señor “es pura gracia, pura gratuidad, un don inesperado que abre nuestro corazón al asombro ante la condescendencia de Dios”. Ante esta llamada, ha insistido, hay que conservar la actitud de sorpresa, pues ese es “el primer fundamento: acoger la llamada recibida, acoger el don con que Dios nos ha sorprendido. Si perdemos esta conciencia y esta memoria, corremos el riesgo de ponernos en el centro en lugar del Señor”.

El Papa ha asegurado entonces que “si recordamos esto, que Él me ha elegido, incluso cuando sintamos el peso del cansancio y la decepción, permanecemos serenos y confiados, seguros de que Él no nos dejará con las manos vacías”.

Tras la llamada viene la misión, como ha explicado el Pontífice. Una misión que el Papa anima a que sea audaz y creativa, que sepa “leer los signos de los tiempos y responder a las necesidades”.

El Papa se dirige a sacerdotes y jóvenes

Una de esas necesidades es el perdón, ha dicho Francisco. En esta línea, ha aconsejado a los sacerdotes “a perdonarlo todo” y a evitar que el sacramento de la Penitencia sea “una sesión de tortura”. “La Iglesia necesita perdón”, ha afirmado el Santo Padre. “Debemos llevar la caricia de la misericordia de Dios especialmente a los que tienen sed de esperanza, a los que se ven obligados a vivir al margen, heridos por la vida o por algún error cometido, o por las injusticias de la sociedad”.

El Papa Francisco ha finalizado su discurso a sacerdotes y consagrados agradeciendo su entrega generosa y animándoles a ser valientes para llevar el amor de Dios a todo el mundo y a vivir “una santidad capaz”.

Más tarde, en un encuentro con niños y jóvenes durante el cual los presentes le han dirigido varias preguntas al Santo Padre, Francisco ha pedido a los pequeños que sean “signos de paz” en el mundo, en el día a día y les ha aconsejado que no tengan miedo “a ir contracorriente” para hacer el bien.

El Papa Francisco clama por la paz

A continuación, el Papa ha presidido el encuentro “Arena de Paz. La Justicia y la Paz se besarán”. Allí también ha respondido varias preguntas de los asistentes. En sus respuestas, el Pontífice ha insistido en la importancia de saber crear una comunidad, evitando el individualismo, pues “nadie existe sin los demás, nadie puede hacerlo todo solo”.

En la misma línea, Francisco ha afirmado que “debemos invertir en los jóvenes, en su educación, para transmitir el mensaje de que el camino hacia el futuro no puede pasar solo por los esfuerzos de un individuo, por muy bienintencionado y preparado que esté, sino que pasa por la acción de un pueblo, en el que cada uno desempeña su papel, cada uno según sus tareas y según sus capacidades”.

El Pontífice también ha querido señalar a la cultura de la indiferencia y ha solicitado a los presentes que luchen contra ella. “Somos maestros en lavarnos las manos”, ha dicho de forma contundente Francisco. Para cambiarlo, el Papa ha aconsejado “caminar con los pequeños del mundo”, con los niños, con los ancianos, con los débiles, para escuchar su dolor y compartirlo.

Por otro lado, el obispo de Roma ha explicado que “la paz hay que cultivarla, y hoy en el mundo existe este grave pecado: ¡no cuidar la paz! El mundo corre, es necesario a veces saber frenar la carrera y no dejarnos desbordar por las actividades y dejar espacio en nosotros a la acción de Dios, a la acción de nuestros hermanos, a la acción de la sociedad que busca el bien común”.

El Espíritu Santo, creador de paz

El Papa ha finalizado sus intervenciones en este encuentro centrando la mirada en las mujeres, necesarias “para encontrar la paz”. Además, para estimular el esfuerzo por lograr la armonía, ha dicho que “la paz se hace con los pies, las manos y los ojos de los pueblos implicados, todos juntos”.

La visita del Pontífice a Verona ha terminado con la celebración de Pentecostés. Durante la Misa, el Papa ha señalado la importancia del Espíritu Santo como protagonista de nuestras vidas. “El Espíritu es, ante todo, el que cambia nuestras vidas”, ha dicho Francisco.

Él es quien “nos da valor para vivir cristianamente”, ha indicado. Es “el que nos salva del peligro de hacernos a todos iguales” y, al mismo tiempo, genera la “armonía” en la Iglesia.

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