Continuando con la catequesis del discernimiento, el Papa ha empezado diciendo que “en el proceso del discernimiento es importante permanecer atentos también a la fase que sigue inmediatamente a la decisión tomada”.
Francisco ha indicado la importancia de analizar despacio lo que ocurre después de tomar una decisión para saber si ha sido la correcta. En relación a esto, señala que “uno de los signos distintivos del espíritu bueno es el hecho de que comunica una paz que dura en el tiempo”. Esta es una paz que “lleva armonía, unidad, fervor y celo”.
Los signos del buen discernimiento
El Papa indica que “la vida espiritual es circular. La bondad de una elección es beneficiosa para todos los ámbitos de nuestra vida”. En este sentido, se pueden observar ciertas características que señalan que el discernimiento es el correcto. En primer lugar, Francisco nos anima a considerar “si la decisión es considerada como un posible signo de respuesta al amor y a la generosidad que el Señor tiene hacia mí. No nace del miedo, de un chantaje afectivo, o de una obligación”.
“Otro elemento importante es la conciencia de sentirse en el propio lugar en la vida”. Debido a la condición circular de la vida espiritual que ha indicado el Papa, esto implica que “el hombre puede reconocer haber encontrado lo que está buscando cuando su jornada se vuelve más ordenada. Advierte una creciente integración entre sus múltiples intereses. Establece una correcta jerarquía de importancia y logra vivir todo con facilidad, afrontando con renovada energía y fuerza de ánimo las dificultades que se presentan”.
“Otro buen signo es la confirmación de permanecer libres respecto a lo decidido, dispuestos a volver a cuestionarlo, también a renunciar frente a posibles desmentidos, tratando de encontrar en ellos una posible enseñanza del Señor”.
A pesar de todo, no nos podemos apegar a nuestras propias decisiones, ha señalado el Sumo Pontífice, puesto que “ser posesivo es enemigo del bien y mata el afecto. Podemos amar solo en la libertad”.
De esta libertad nace también el temor de Dios, el respeto por el Señor, y esto, ha señalado Francisco es “condición indispensable para acoger el don de la sabiduría”, pues el temor de Dios “expulsa cualquier otro temor” y nos hace libres. Así estamos preparados para tomar una buena decisión durante el periodo de discernimiento.