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Papa Francisco: «La paz requiere un nuevo impulso»

El Papa Francisco llegó el 3 de febrero a Sudán del Sur, en su segunda y última etapa del viaje apostólico a África. Durante estos días estará acompañado por el arzobispo de Canterbury y el Moderador de la Asamblea general de la Iglesia de Escocia.

Paloma López Campos·4 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos
Papa paz Sudán

El Papa Francisco en Sudán del Sur con el arzobispo de Canterbury y el Moderador de la Asamblea general de la Iglesia de Escocia. (CNS Photo/ Paul Haring)

El Papa Francisco aterrizó en Sudán del Sur el 3 de febrero, tierra a la que llega “ como peregrino de reconciliación, con el sueño de acompañarles en su camino de paz”. Durante su encuentro con las autoridades del país y el cuerpo diplomático resaltó precisamente esa característica: “es la hora de la paz”.

Francisco consideró esta visita como un itinerario que parte “precisamente de la búsqueda de las fuentes de nuestra convivencia. Porque esta tierra, que abunda de muchos bienes en el subsuelo, pero, sobre todo, en los corazones y en las mentes de sus habitantes, hoy necesita volver a apagar su sed en fuentes frescas y vitales”.

El Santo Padre se refirió a las autoridades como esas fuentes que los habitantes necesitan. Por ello, “las generaciones futuras honrarán o borrarán la memoria de sus nombres en base a cuanto ustedes hagan ahora, porque, así como el río deja las fuentes para comenzar su curso, también el curso de la historia dejará atrás a los enemigos de la paz y dará renombre a quienes trabajaron por la paz”.

El Papa pidió el fin de la violencia en Sudán, diciendo: “Basta ya de sangre derramada, basta de conflictos, basta de agresiones y acusaciones recíprocas sobre quien haya sido culpable, basta de dejar al pueblo sediento de paz. Basta de destrucción, es la hora de la construcción. Hay que dejar atrás el tiempo de la guerra y propiciar un tiempo de paz”.

Más tarde añadió que acabar con la violencia implica compromiso “en favor de una transformación que es urgente y necesaria. El proceso de paz y de reconciliación requiere un nuevo impulso”.

Encuentro con obispos, sacerdotes y consagrados

Durante su encuentro con los obispos, sacerdotes y consagrados, el Papa quiso centrarse en la labor evangelizadora de todas estas personas, lanzando una pregunta: “¿Cómo ejercitar el ministerio en esta tierra, a lo largo de la orilla de un río bañado por tanta sangre inocente, mientras que los rostros de las personas que se nos confían están surcados por lágrimas de dolor?” La respuesta a la cuestión la busca el Papa en Moisés, en su docilidad y en su intercesión.

Francisco señaló que Moisés se acercaba a Dios con asombro y humildad, “se dejó atraer y orientar por Dios”. Ahí está el ejemplo, por lo que “confiemos en su Palabra antes de usar nuestras palabras, acojamos con mansedumbre su iniciativa antes de centrarnos en nuestros proyectos personales y eclesiales; pues la primacía no es nuestra, la primacía es de Dios”. Ser dóciles, continúa el Santo Padre, “nos hace vivir el ministerio de manera renovada”.

En cuanto a la intercesión, Francisco dijo que “la especialidad de los pastores debe ser caminar en medio: en medio de los sufrimientos, en medio de las lágrimas, en medio del hambre de Dios y de la sed de amor de los hermanos y hermanas”. Recurriendo a las imágenes, invita a que todos se fijen en las manos de Moisés, que suelen describirse estando alzadas al cielo, extendidas o agarrando el bastón. Esto, que parece sencillo, no es fácil, pues “ser profetas, acompañantes, intercesores, mostrar con la vida el misterio de la cercanía de Dios a su Pueblo puede requerir dar la propia vida”.

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