Una soleada mañana, no exenta de cierto frio, ha acompañado las palabras del Papa Francisco antes del rezo del Regina Coeli, desde la ventana de los apartamentos pontificios.
Dirigiéndose a un grupo bastante más numeroso que otras veces, de fieles reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa ha puesto el acento en cómo Dios, el Buen Pastor, quiere de manera individual a cada criatura. «[El Buen Pastor] piensa en cada uno de nosotros como en el amor de su vida», ha recordado el Papa.
Esta idea, ha querido resaltar el pontífice «No es una forma de hablar». Cristo nos ama porque, como un pastor, vive con nosotros día y noche: «Ser pastor, especialmente en tiempos de Cristo, no era solo un oficio, sino una vida: no se trataba de tener una ocupación determinada, sino de compartir los días enteros, e incluso las noches, con las ovejas, de vivir en simbiosis con ellas», ha explicado el Papa.
El pontífice ha subrayado que, en medio de las crisis existenciales de tantas personas que «se consideran inadecuadas o incluso equivocadas, Jesús nos dice que nosotros para Él valemos mucho y siempre». Y sólo lograremos ser conscientes de este amor de Cristo a través de la búsqueda de momentos «de oración, de adoración, de alabanza, para estar en presencia de Cristo y dejarme acariciar por Él».
Clamor por la paz
El Papa ha recordado la jornada mundial de la oración por las vocaciones que celebra hoy la Iglesia católica. En este contexto ha llamado a «construir la paz y descubrir en la Iglesia una polifonía de carismas».
La paz ha centrado la última parte delas palabras del Papa antes de los saludos. Francisco no ha olvidado las zonas del mundo en los que la paz sigue siendo un sueño.
De este modo, ha invitado a una oración por la situación en Oriente Medio que, como ha destacado, sigue con preocupación. El Papa ha reiterado su llamado a «no ceder a la lógica de la venganza de la guerra» y ha pedido que «prevalezca el diálogo y la diplomacia».
Tampoco ha olvidado la guerra en Israel y Palestina así como la necesidad de seguir orando por la martirizada Ucrania y pidió oraciones por el alma de Matteo Pettinari, misionero de la Consolata fallecido en un accidente de tráfico en Costa de Marfil.