Tras instituir la Jornada Mundial de los Pobres en 2017, como herencia del Jubileo de la Misericordia, y la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos en 2021, todavía en tiempos de pandemia, el Papa Francisco anunció en el Ángelus del 8 de diciembre la instauración de la Jornada Mundial de la Infancia, cuya primera edición se celebrará los días 25 y 26 de mayo de 2024.
«La iniciativa responde a la pregunta: ¿qué tipo de mundo queremos legar a los niños que están creciendo?», dijo el Papa, también en respuesta a la invitación de Jesús a cuidar de ellos. Los pobres, los ancianos y los niños, junto con los jóvenes (cuya Jornada Mundial fue instituida por primera vez por san Juan Pablo II en 1986), han estado siempre en el centro del magisterio del Papa Francisco.
Mientras que la primera iniciativa, la dedicada a los pobres, está coordinada por el Dicasterio para la Evangelización, la jornada de los abuelos y los ancianos está en manos del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. La segunda, dirigida a los niños, será auspiciada por el Dicasterio para la Cultura y la Educación.
El acto en el Vaticano
El pasado 6 de noviembre se celebró en el Aula Pablo VI del Vaticano una alusión a esta jornada con miles de niños de diversas partes del mundo, unos 80 países, que pudieron contar sus sueños y deseos directamente al Papa. El Pontífice pasó un rato con ellos escuchando las preguntas de algunos de los «representantes»: Isidora de Brasil, Rania de Palestina, Massimo de Roma, Ivan de Ucrania, Kim Ngan de Vietnam, Antrànik de Siria, Celeste de Perú, Pauline del Congo, Sofia de Filipinas, Luxelle de África, Susa de Samoa Tonga, Chris de Haití, Drew de Australia, Salma de Ghana.
Habían sido convocados por el mismo Dicasterio de Cultura para el evento «Aprendamos de los niños», en sinergia con la Comunidad de Sant’Egidio, la Cooperativa Auxilium y con el apoyo de los franciscanos.
«Hemos hablado de muchas cosas bonitas, pero la cosa más bonita que os llega al corazón es la paz, porque no queréis la guerra, queréis que haya paz en el mundo», dijo el Papa Francisco al final del encuentro tras responder individualmente a cada niño.
Un mundo más bello y bueno
Para la ocasión, también se presentó «La Encíclica de los Niños», un libro firmado por los franciscanos Enzo Fortunato y Aldo Cagnoli, en cuyo prefacio el Papa escribe: «Queridos niños, os abrazo, y sabed que vuestro Papa y ‘abuelo’ hará todo lo posible para que viváis en un mundo más bello y bueno».
El mismo grupo de coordinación de la iniciativa de noviembre creará las bases de las futuras Jornadas Mundiales de la Infancia. Comentando la decisión del Santo Padre de establecer de manera permanente a la Jornada, el comité organizador subrayó el espíritu con el que nació el proyecto: querer imaginar junto a los niños «un mundo diferente, donde haya paz, cuidado del medio ambiente y opción por la fraternidad».