Vaticano

Papa Francisco: «Jesús permanece con nosotros en una forma nueva»

El Santo Padre ha dirigido el rezo del Regina Coeli desde el balcón del Palacio Apostólico, donde ha reflexionado sobre el pasaje evangélico de la Ascensión del Señor.

David Fernández Alonso·16 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos
el papa Regina Coeli

Foto: ©2021 Catholic News Service / U.S. Conference of Catholic Bishops.

En la fiesta de la Ascensión del Señor, el Papa ha dirigido el rezo del Regina Coeli, una vez más asomado desde el balcón del Palacio Apostólico. «Hoy, en Italia y en otros países» comenzaba el Santo Padre, «se celebra la solemnidad de la Ascensión del Señor. El pasaje evangélico (Mc 16,15-20) – la conclusión del Evangelio de Marcos – nos presenta el último encuentro del Resucitado con los discípulos antes de subir a la derecha del Padre».

Una despedida alegre

«Normalmente», comentaba Francisco el evangelio de la Ascensión, «las escenas de despedidas son tristes, causan en quien se queda un sentimiento de pérdida, de abandono; sin embargo esto no les sucede a los discípulos. No obstante la separación del Señor, no se muestran desconsolados, es más, están alegres y preparados para partir como misioneros en el mundo».

El Papa reflexionó sobre esta escena tan sorprendente: «¿Por qué los discípulos no están tristes? ¿Por qué nosotros también debemos alegrarnos al ver a Jesús que asciende al cielo? Porque la ascensión completa la misión de Jesús en medio de nosotros. De hecho, si es por nosotros que Jesús bajó del cielo, también es por nosotros que asciende».

«Después de haber descendido en nuestra humanidad y haberla redimido, ahora asciende al cielo llevando consigo nuestra carne. A la derecha del Padre se sienta ya un cuerpo humano, el cuerpo de Jesús, y en este misterio cada uno de nosotros contempla el propio destino futuro. No se trata de un abandono, porque Jesús permanece para siempre con los discípulos – con nosotros – en una forma nueva».

Una nueva presencia

El Papa ahondó en el sentido de la nueva presencia del Señor tras su Ascensión al Cielo: «¿Y cuál es esta presencia nueva del Señor después de su ascensión? Vemos un aspecto importante en el mandamiento que Él encomienda a sus discípulos antes de despedirse: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación» (v. 15). Jesús sigue estando en el mundo por medio de la predicación de sus discípulos. El Evangelista nos dice de hecho que, justo después de haberle visto subir al cielo, «ellos salieron a predicar por todas partes» (v. 20). Sabemos que esto sucede después de la efusión del Espíritu Santo. Con esta fuerza divina, a cada uno de nosotros se nos encomienda la tarea de dar testimonio de Jesús en el tiempo entre su resurrección y su regreso final».

«Esta misión», hizo hincapié Francisco, «nos puede parecer desproporcionada, demasiado grande respecto a nuestras pobres fuerzas, nuestros límites y nuestros pecados. Y de hecho es así. Pero el Evangelio dice: «Colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban» (v. 20). La evangelización, por cuanto pueda ser ardua, fatigosa y superior a las capacidades humanas, será tan verdadera y eficaz como cada uno de nosotros – y toda la Iglesia – deje actuar dentro de sí y a través de sí al Señor».

Instrumentos del Espíritu

«Esto lo hace el Espíritu Santo: nos hace instrumentos a través de los cuales el Señor puede obrar. Así podemos ser los “cinco sentidos” del cuerpo de Jesús presente de forma nueva en el mundo: ser sus ojos, sus manos, sus oídos y su voz, su gusto y su olfato».

«Así, también a través de nosotros», concluía el Papa, «Cristo puede ver las necesidades de quien vive olvidado y excluido; tocar y sanar a quien está herido; escuchar el grito de quien no tiene voz; decir palabras de ternura, de esperanza; sentir dónde está el disgustoso mal olor del pecado y el dulce perfume de la santidad».

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