Vaticano

Papa Francisco: «Dios no excluye a nadie, desea que todos estén en su banquete»

Las parábolas de la misericordia de este domingo han sido el telón de fondo para que el Papa Francisco glosara uno de sus temas preferidos, la ternura de Dios con los hombres.

Javier García Herrería·11 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos
angelus papa misericoridia

Una de las notas más destacadas del pontificado del Papa Francisco es cómo ha puesto de relieve la misericordia de Dios. El evangelio del hijo pródigo de este domingo 11 de septiembre ha sido una ocasión natural para volver de nuevo sobre esta idea. «Dios es justamente así: no excluye a nadie, desea que todos estén en su banquete, porque ama a todos como a hijos». 

El corazón de Dios es el de un buen padre, que «viene a buscarnos cada vez que nos hemos extraviado». Aunque una persona posea abundancia de bienes materiales, no puede ser feliz del todo si sufre por algún ser querido que anda por caminos errados. «El que ama se preocupa por lo que echa de menos, siente nostalgia por el que está ausente, busca al que está perdido, espera al que se ha alejado. Porque quiere que nadie se pierda. Hermanos y hermanas, así es Dios: no se queda ´tranquilo` si nos alejamos de Él, se aflige, se estremece en lo más íntimo y se pone a buscarnos, hasta que nos vuelve a tener en sus brazos». 

Dios es padre y madre

Un verdadero padre, una verdadera madre, quiere a sus hijos incondicionalmente, sin cálculo ni medida alguna. Por eso, señala el Papa Francisco que el «Señor no calcula la pérdida y los riesgos, tiene un corazón de padre y madre, y sufre al echar de menos a sus hijos amados. Sí, Dios sufre por nuestra lejanía, y cuando nos perdemos, espera nuestro regreso. Recordemos: Dios nos espera siempre con los brazos abiertos, sea cual sea la situación de la vida en la que nos hayamos perdido». 

Como es habitual en la predicación del Santo Padre, acaba sus palabras con algunas preguntas que sirvan de examen de conciencia a los fieles. En esta ocasión, decía: «¿Sentimos nostalgia por quien está ausente, por quien se ha alejado de la vida cristiana? ¿Llevamos esta inquietud interior, o nos mantenemos serenos e imperturbables entre nosotros? En otras palabras, ¿realmente echamos de menos a quien falta en nuestra comunidad? ¿O estamos cómodos entre nosotros, tranquilos y dichosos en nuestros grupos, sin tener compasión por quien está lejos?» 

La verdadera fraternidad cristiana incluye a todos los hombres, con independencia de cómo piensen o cómo le caigan a uno. Por eso, el Papa lanzaba algunas preguntas finales subrayando la mentalidad católica, universal, del corazón cristiano.:»¿Rezo por quien no cree, por el que está lejos? ¿Atraemos a los alejados por medio del estilo de Dios, que es la cercanía, la compasión y la ternura? El Padre nos pide que estemos atentos a los hijos que más echa de menos. Pensemos en alguna persona que conozcamos, que esté cerca de nosotros y que quizá nunca haya escuchado a nadie decirle: ´¿Sabes? Tú eres importante para Dios`».  

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