Vaticano

El cuadro centenario de la Virgen en las celebraciones con el Papa Francisco

Las celebraciones de fin y principio de año presididas por el Papa Francisco tendrán lugar bajo la mirada de una antigua pintura al estilo de un icono bizantino tardío que representa a la Virgen María.

Giovanni Tridente·31 de diciembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos
Madonna Lactans

Representación de "Madonna Lactans" (Wikimedia Commons)

Las celebraciones de fin y principio de año presididas por el Papa Francisco tendrán lugar bajo la mirada de la Virgen Lactante, una antigua pintura al estilo de un icono bizantino tardío conservada en el Museo del Santuario de la Abadía de Montevergine, en el sur de Italia, fundada hace nueve siglos por san Guillermo de Vercelli.

La última celebración del año serán las Primeras Vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, que tendrán lugar el domingo en la Basílica de San Pedro, seguidas del habitual canto del Te Deum en presencia de los patriarcas, cardenales, arzobispos y obispos presentes en Roma.

Al día siguiente, el primero del año 2024, a las 10 de la mañana, el Papa Francisco presidirá la Misa en la Basílica de San Pedro, en la Solemnidad de la Bienaventurada Virgen María y la 57ª Jornada Mundial de la Paz.

La pintura especial que acompañará las celebraciones está realizada al temple sobre tablas de madera de castaño, de 3,5 centímetros de grosor, 231 centímetros de alto y 99 centímetros de ancho. Está fechada entre los siglos XII y XIII, realizada por un maestro de Campania, y fue la primera que se veneró en el santuario. Representa a la Virgen amamantando al Niño. La Virgen lleva un gorro en el que se recogen los cabellos y una corona de oro sobre la cabeza. Tiene los ojos fijos y viste una túnica roja y un manto azul con adornos dorados, además de perlas y corales.

Galaktotrophousa

Se trata de la representación clásica de la Madre de Dios en la iconografía bizantina tardía recurrente de Galaktotrophousa, la que alimenta con leche, en el acto de ofrecer su pecho descubierto al Niño para que se alimente, en una pose solemne y sagrada. El atuendo imperial clásico con el que está vestida la asemeja a una basilisa del Imperio Romano de Oriente.

A los pies de la Virgen se representa a un monje vestido de blanco en adoración; en ella se reconoce la larga historia de la comunidad monástica benedictina que desde hace nueve siglos cuida del Santuario dedicado a la Virgen, situado en la cima del monte Partenio, a unos 70 km de Nápoles.

Jubileo virginal

La abadía ha decidido llevar la antigua imagen a Roma para la veneración litúrgica del Papa Francisco, y de los fieles que estarán presentes en las celebraciones de fin y comienzo de año en la Basílica de San Pedro, como homenaje y acción de gracias por la concesión del Pontífice de la celebración del «jubileo virginal», que concluirá en Pentecostés de 2024.

Fue el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, quien abrió las celebraciones del 900 aniversario de la fundación de la abadía benedictina el pasado 28 de mayo, recordando en su homilía que la Virgen siempre «nos ayuda a aceptar con sencillez lo que somos y a poner todo nuestro ser – temperamento, capacidades, pasado, sueños… – en las manos de Dios para que su salvación se realice en nosotros y, a través de nosotros, en todos».

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