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Francisco a los sacerdotes y consagrados: «A través de ustedes Dios consuela a su pueblo»

El agradecimiento emotivo ha marcado el encuentro de oración que el Papa Francisco ha mantenido con sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas y seminaristas en la catedral de Kinshasa.

Maria José Atienza·2 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos
PAPA CONGO

Foto: Religiosas en el encuentro con el Papa en la catedral de Kinshasa ©CNS photo/Paul Haring

El viaje del Papa Francisco a la República Democrática del Congo y Sudán continúa su curso. Una intensa agenda está marcando las jornadas papales. La tercera jornada ha culminado con el encuentro de oración junto a sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas y seminaristas en la catedral de Kinshasa.

El encuentro, coincidente con la fiesta de la Presentación del Señor “día en el cual rezamos de modo especial por la vida consagrada” como ha recordado el Papa, ha comenzado con las palabras de bienvenida del Cardenal Fridolin Ambongo Besungu.

El Arzobispo de Kinshasa ha querido destacar que la visita del Papa “nos da motivos de esperanza” y ha señalado la “cercanía al Señor, la fidelidad a los valores evangélicos, así como la alegría de servir y acompañar al pueblo de Dios en su búsqueda de una mayor dignidad, son las garantías de una vida sacerdotal y religiosa auténtica y verdadera, gozosa y plena”.

El arzobispo ha destacado que, aun con las dificultades de pobreza, sociales, etc., que vive el país, son muchas y numerosas las vocaciones en la Iglesia por lo que da gracias a Dios.

Disponibles para ir a las periferias del mundo

Un sacerdote, el padre Léonard Santedi, la religiosa Alice Sala y el seminarista Don Divin Mukama han sido los encargados de dirigir sus testimonios al Santo Padre. De los ejes de sus discursos también ha hablado el Papa: la generosidad en la respuesta a la llamada, ser el consuelo de Dios en la tierra y la formación y vida de piedad.  

“Descubrir en los rostros sufrientes de los pobres el rostro del Señor exige una mayor conciencia de nuestro deber de pastores” ha señalado el sacerdote que ha descrito su misión sacerdotal como la de “dar testimonio de Dios con valentía en un mundo hostil a los valores evangélicos”.

Por su parte, la religiosa Alice Sala ha pedido al Papa que sea la voz de los congoleños en “la escena mundial para que la suerte de los pueblos prevalezca sobre el interés de nuestras riquezas naturales”.

La generosidad de los congoleños ha sido otro de los aspectos resaltados por la religiosa, que ha recordado cómo “las personas consagradas congoleñas están presentes en todas las obras sociales de nuestro país; otras son enviadas como misioneras por todo el mundo. Estamos disponibles para ir allí donde la Iglesia nos necesite, incluso a las periferias de nuestro mundo”; una realidad que se constata en no pocas familias religiosas en Europa y América del Norte en las que, actualmente, las vocaciones proceden en su mayor parte de África y Asia.

La esperanza y la formación han sido los puntos clave de la intervención de Don Divin Mukama que ha contado al Santo Padre cómo “los seminarios de la RDC se esfuerzan, día tras día, por ser verdaderos marcos de formación de pastores más humanos, enamorado del celo apostólico, dispuesto a compartir las alegrías y las penas de todo el pueblo congoleño” y ha destacado que “los seminaristas son verdaderos signos de esperanza” en una sociedad que vive los desafíos actuales al igual que todas sumados a los problemas tribales y enfrentamientos que aún sufre la nación.

Vencer la mediocridad espiritual, la comodidad y la superficialidad

Por su parte, el Papa Francisco se ha dirigido a los presentes en un tono agradecido con el que ha recordado que a pesar de las dificultades en las que viven “son numerosas las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Ahí está la abundancia de la gracia de Dios, que actúa precisamente en la debilidad”.

A los sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas y seminaristas les ha llamado a ser “eco de la promesa de la consolación de Dios” y ha alertado que “si vivimos para “servirnos” del pueblo en vez de “servir” al pueblo, el sacerdocio y la vida consagrada se vuelven estériles”.

En esta línea el Papa ha subrayado tres “desafíos que afrontar, tentaciones que vencer: la mediocridad espiritual, la comodidad mundana, la superficialidad”.

Con respecto al primero, la mediocridad espiritual, Francisco ha animado a los presentes a guardar y cuidar “ciertos ritmos litúrgicos de oración que acompasan la jornada, desde la Misa al breviario”. En este sentido, ha alentado a “reservar cada día un tiempo intenso de oración, para estar con nuestro Señor, corazón con corazón” y a recurrir “también a la oración del corazón, a breves ‘jaculatorias’” en el tiempo de actividad.

Asimismo, ha advertido a los presentes acerca de “un gran riesgo ligado a la mundanidad, especialmente en un contexto de pobreza y sufrimiento: el de aprovecharse del papel que tenemos para satisfacer nuestras necesidades y nuestras comodidades”.

Un desgaste espiritual, ha señalado el Papa, por el “que se pierde el corazón de la misión, que es salir de los territorios del yo para ir hacia los hermanos”. Francisco ha animado a la entrega completa del cuerpo y el espíritu de los consagrados y sacerdotes subrayando lo “hermoso de ser signos luminosos de disponibilidad total al Reino de Dios, viviendo el celibato”.

Por último, se ha dirigido de manera especial a los seminaristas y responsables de la formación de los sacerdotes a los que ha recordado que “la formación del clero no es opcional. Lo digo a los seminaristas, pero vale para todos: la formación es un camino que debe continuar siempre, toda la vida”.

La gente no necesita funcionarios de lo sagrado o profesionales distantes del puebl ha puntualizado el Papa que ha destacado cómo “el ministerio al que están llamados es precisamente este: ofrecer cercanía y consolación, como una luz siempre encendida en medio de la oscuridad”.

En último lugar, ha animado a los presentes a ser “dóciles al Dios de la misericordia, sin jamás dejarse quebrantar por los vientos de las divisiones”.

Esta es la última jornada completa del Papa Francisco en la República Democrática del Congo ya que el viernes, tras el encuentro con los obispos congoleños, comienza la segunda etapa de este intenso viaje apostólico con la llegada del Santo Padre a Sudán del Sur.

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