A pesar de las ligeras mejorías que el Santo Padre había experimentado el jueves y el viernes, este sábado la salud del pontífice ha vuelto a sufrir un pequeño revés con una «crisis respiratoria asmática prolongada, que también ha requerido la aplicación de oxígeno a alto flujo».
Así lo recoge el parte médico que la oficina de prensa de la Santa Sede ha hecho pública la tarde del sábado 22 de febrero. La nota recoge además que los «análisis de sangre de hoy también mostraron una plaquetopenia», es decir, una disminución de plaquetas en la sangre, que en el caso del Santo Padre está «asociada a anemia y que requirió la administración de hemotransfusiones».
El comunicado hace alusión a la rueda de prensa que los médicos del Papa dieron ayer en el Gemelli en el que admitían que el «Papa no está fuera de peligro». El Papa ha pasado «el día en un sillón, aunque con más dolor que ayer» y por el momento, «el pronóstico es reservado», finaliza la nota vaticana.
Conferencias episcopales, diócesis, congregaciones, colegios de todo el mundo se unen, en estos momentos, en oración por la recuperación del Santo Padre que permanecerá al menos, una semana más en el hospital.