“El próximo domingo se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, y canonizaré a catorce beatos, catorce nuevos santos. Les invito a conocer a esos nuevos santos y a pedir su intercesión, ya que son un claro testimonio de la acción del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias”.
Junto a la oración por la paz en tantos lugares, como Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar, Sudán, mencionados expresamente, éstas han sido las palabras finales del Papa Francisco en la Audiencia general de este miércoles, con numerosos peregrinos en la Plaza de San Pedro.
“La vida en Cristo, que da sentido a nuestra existencia”
En su novena catequesis dedicada al Espíritu Santo, esta vez dedicada al Paráclito en al vida de la Iglesia, el Pontífice ha señalado en sus palabras finales que “el Espíritu Santo da la vida nueva a todos los creyentes, la vida en Cristo, que nos hace hijos de Dios. Esto significa que el Espíritu Santo nos da la vida eterna, y esa es la buena noticia que da sentido a nuestra existencia”.
Al comienzo, el Santo Padre ha realizado un breve recorrido histórico. “Hoy reflexionamos sobre la presencia y la acción del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia. En los primeros siglos del cristianismo no hubo necesidad de formular explícitamente la fe en el Espíritu Santo”.
Concilio de Constantinopla, año 381
“Fue la aparición de las herejías, en el siglo IV, lo que impulsó a la Iglesia a definir su divinidad”, ha proseguido. “Cuando comenzó este proceso –con San Atanasio, en el siglo IV– fue la experiencia vivida por la Iglesia de la acción santificadora y divinizadora del Espíritu Santo la que la condujo a la certeza de su plena divinidad”.
“Esto ocurrió en el Concilio Ecuménico de Constantinopla del año 381, que definió la divinidad del Espíritu Santo con estas conocidas palabras que aún hoy repetimos: “Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre [y del Hijo], que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas”. Decir que el Espíritu Santo es “Señor” era como decir que comparte el “señorío” de Dios, que pertenece al mundo del Creador, no al de las criaturas”, ha manifestado el Papa en la catequesis.
“Filioque”
Sobre el “Filioque”, motivo de disputas entre la Iglesia de Oriente y Occidente, ha señalado el Papa: “En el pasado, nos ocupaba principalmente la afirmación de que el Espíritu Santo ‘procede del Padre’. La Iglesia latina pronto completó esta afirmación añadiendo, en el Credo de la Misa, que el Espíritu Santo procede ‘también del Hijo’. Dado que en latín la expresión ‘y del Hijo’ se dice ‘Filioque’, esto dio lugar a la disputa conocida con este nombre, que fue el motivo (o el pretexto) de muchas disputas y divisiones entre la Iglesia de Oriente y la de Occidente”.
“Ciertamente, no es el caso de tratar aquí esta cuestión”, ha señalado el Papa, “que, por otra parte, en el clima de diálogo establecido entre las dos Iglesias, ha perdido la dureza del pasado y permite esperar una plena aceptación mutua, como una de las principales ‘diferencias reconciliadas’”.
“Noticia grande y consoladora para nosotros”
“Ahora, en la nueva creación”, ha añadido en su reflexión de catequesis, “el Espíritu Santo es quien da a los creyentes la vida nueva, la vida de Cristo, vida sobrenatural, de hijos de Dios. (…). “¿Dónde está, en todo esto, la noticia grande y consoladora para nosotros? En que la vida que nos da el Espíritu Santo es la vida eterna. La fe nos libera del horror de tener que admitir que todo termina aquí, que no hay redención para el sufrimiento y la injusticia que reinan soberanas en la tierra”.
Nos lo asegura otra palabra del Apóstol: “Si el Espíritu de Dios, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que habita en ustedes” (Rom 8,11).
Finalmente, el Papa ha pedido que “¡no nos olvidemos de dar gracias a Aquel que, con su muerte, nos obtuvo este don inestimable!”.
San Ignacio de Antioquía, mañana
En su palabras finales, al dirigirse a los peregrinos en italiano, el Papa ha saludado a los participantes en la convención mundial de Radio María, procedentes de diversos países, que difunden los valores de la fraternidad y la solidaridad; y a diversos grupos italianos.
También ha recordado la celebración litúrgica mañana de san Ignacio de Antioquía, “pastor ardiente de amor a Cristo. Que su ejemplo ayude a todos a redescubrir la alegría de ser cristiano”.