El periodismo como búsqueda de la verdad, un tema complejo que implica la virtud de la escucha, la capacidad de discernimiento y el cuidado en el uso de las palabras. Pocos días después de su mensaje para la 58ª Jornada de las Comunicaciones Sociales, que este año se celebra el 12 de mayo, dedicada a la inteligencia artificial, el Papa Francisco ofrece una nueva reflexión sobre el terreno de la información y la comunicación, con la ayuda de una audiencia con los periodistas y técnicos de Tv2000 y RadioinBlu2000, recibidos el 29 de enero en el Aula Pablo VI, con ocasión del 25 aniversario del nacimiento de las emisoras de la Conferencia Episcopal Italiana.
«Contar lo bueno y lo bello de nuestras comunidades con cercanía», para «hacer protagonistas a quienes normalmente terminan como figurantes o ni siquiera son tenidos en cuenta», remarcó el Pontífice, recordando la importancia de una comunicación constructiva, protegida de los pecados que la minan, ante todo el de la desinformación.
Refiriéndose a la audiencia concedida en 2014, el Pontífice señaló que desde entonces «ha cambiado mucho el panorama de los medios de comunicación», pero que hoy, como entonces, ambos medios, junto con el diario «Avvenire» y la Agenzia Sir, tienen «una afiliación muy precisa: la Conferencia Episcopal Italiana».
Esto, en opinión de Francisco, no es en absoluto una limitación, «al contrario, es una expresión de gran libertad, porque nos recuerda que la comunicación y la información están siempre enraizadas en lo humano». Crucial, en este sentido, es el papel y la función de testigo, por lo que el periodista está llamado a contar «historias en las que la oscuridad que nos rodea no apague la luz de la esperanza».
Los periodistas, «puente» y no «muro»
Sobre la implicación de quienes narran la Iglesia a través de sus medios de comunicación, no se puede dejar de «partir del corazón» para hacer posible la «cercanía» y afirmar la verdad sin separarla de la caridad. «¡Nunca separéis los hechos del corazón! Y después, tened valor. No es casualidad que el ‘coraje’ venga del cor. Quien tiene corazón tiene también el valor de ser alternativo, sin volverse polémico o agresivo; de ser creíble, sin pretender imponer su propio punto de vista; de ser un «constructor de puentes».
Para esquivar los otros pecados en los que no pocas veces incurren los profesionales de la información: la calumnia, la difamación, el amor al escándalo. Porque «el escándalo vende», como dijo el Santo Padre a finales de agosto al recibir el premio «Es Periodismo».
A la luz de estas consideraciones, la audiencia dirigida a los católicos bien puede considerarse una ulterior y más específica aportación que el Papa Benedicto hace a su magisterio sobre el tema del periodismo, que no puede eludir la «responsabilidad» -otra palabra clave- desde la perspectiva de la objetividad, el respeto de la dignidad humana y la atención al bien común. «De este modo -señala- podremos reparar las fracturas, transformar la indiferencia en falta de acogida y de relación».
La persona, en definitiva, es el fundamento y la meta «de todo servicio de todo artículo, de todo programa». Hay que servir a la persona y decir la verdad «con respeto y competencia». Evitar, o más bien gobernar, todos los instrumentos de manipulación, de contaminación cognitiva y de «alteración de la realidad», porque el hombre sigue marcando la diferencia.
La información», observa el Papa en su Mensaje publicado en la fiesta litúrgica de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas, «no puede separarse de las relaciones existenciales: implica el cuerpo, el estar en la realidad; pide relatar no sólo datos, sino experiencias; exige el rostro, la mirada, la compasión, así como el compartir».
Porque el periodismo sólo puede seguir haciendo su valiosa labor si no abdica de sus fundamentos. Hay cuestiones primordiales relacionadas con la regulación, la propiedad intelectual y la competencia comercial.
También hay profundas preocupaciones sociales sobre la IA, en particular en relación con la desinformación, la discriminación y los prejuicios, y los riesgos de manipulación de los medios por parte de grandes entidades corporativas o gubernamentales. Es imperativo mantener una visión holística que se base en las recomendaciones del Papa Francisco.