El Arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE, Mons. Juan José Omella, ha abierto la reunión de todos los obispos españoles que se celebra del 25 al 29 de abril en la sede de la Conferencia en Madrid.
En su discurso inaugural, Mons. Omella ha querido destacar la situación por la que atraviesa Ucrania, dos meses después del inicio de la invasión por parte de Rusia. En este sentido ha querido destacar que el Papa “no ha ahorrado palabras para describir “una masacre insensata en la que todos los días se repiten estragos y atrocidades” y el recuerdo de que “es absurda cualquier justificación «religiosa» de esta guerra. La tarea de las Iglesias y comunidades religiosas en medio de esta tragedia debería contribuir a acelerar la consecución de la paz, basada en la justicia, en la verdad y en el perdón”. Omella ha querido destacar la ejemplar acción que la Iglesia, a través de instituciones y fieles está realizando en la acogida y atención a los millones de desplazados por esta guerra sin olvidar la necesidad de “una acción más coordinada entre todos los actores públicos y privados”.
Los retos de la Iglesia española hoy
Fuera de la idea de España como una nación católica, el Arzobispo de Barcelona ha señalado que “en la actualidad, la Iglesia católica es una gran desconocida para muchos conciudadanos nuestros”.
Desconocimiento acentuado por la imagen que, en muchas ocasiones, se da de ella en los medios de comunicación para lo que el presidente de la CEE ha querido recordar que “la Iglesia no tiene intereses económicos, geoestratégicos ni ideológicos particulares”.
En este desconocimiento, e incluso desconfianza, el tema de los abusos sexuales a menores por parte de algunos miembros de la Iglesia ha sido quizás, uno de los puntos de inflexión vividos en nuestras comunidades. El presidente de la CEE ha destacado la auditoría independiente sobre la gestión de los casos de abusos sexuales ocurridos en el seno de la Iglesia católica en España que está llevando a cabo el despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo y que abordará “todos los casos documentados hasta la fecha y los que pudieren presentarse tanto en dicho despacho como en las oficinas diocesanas mientras se realiza el estudio”.
Además, ha señalado Omella que “la Iglesia tiene la oportunidad de trabajar para que dichos abusos no se repitan y para destapar esta nueva forma de esclavitud mundial que no se quiere abordar”.
Familia y libertad
Otro de los temas en los que la Iglesia actual se está “jugando las cartas” es el de la familia y el presidente de la CEE no ha querido dejar pasar esta oportunidad de señalar que “la familia, en tanto que sociedad natural básica, no está, por lo tanto, en función de la sociedad y del Estado, sino que la sociedad y el Estado están al servicio de la familia para que pueda llevar a cabo la misión propia de educar a los hijos”. Una clara alusión a legislaciones e iniciativas que pretenden, desde el Estado, invadir las competencias propias de padres y madres en la actualidad así como otras destinadas a la eliminación de la vida, ya sea dentro del periodo de gestación como ante la ancianidad o enfermedad.
También se ha referido a la cercenación de la “libertad religiosa en temas como la libertad de expresión, la limitación de la manifestación pública del propio credo” y ha apelado además al necesario y justo ejercicio de la objeción de conciencia como “una garantía de verdadera convivencia, ya que permite un espacio seguro para todos frente a cualquier tentativa de abuso del poder o de imposición de la opinión mayoritaria”.
Omella ha señalado explícitamente cuatro puntos que “son objeto de fricción con el modus vivendi de las ideologías pujantes en este momento” y que ha resumido en
-la visión católica del ser humano
-la moral sexual,
-la identidad y la misión de la mujer en la sociedad,
-y la defensa de la familia formada por el matrimonio entre un hombre y una mujer.
En este punto, Omella ha pedido respeto a los diversos agentes sociales y políticos ya que “podemos pensar diferente sin tener que ser atacados”.
Necesidad de unidad no de polarización
La petición de diálogo, unidad y abandono de los sectarismos ha sido una constante en los diversos puntos del discurso de apertura de Omella. No en vano, el presidente de la CEE ha destacado que “nuestros tiempos exigen en todos una mayor solidaridad, así como mayor cohesión social y política que nos aleje de frentismos y de polarizaciones ideológicas o políticas” y esto, lo ha vuelto a subrayar en diversos momentos al referirse al grave contexto económico y social por el que atraviesa España con “once millones de personas en España que padecen pobreza y seis millones de ellas, pobreza severa. Casi tres millones de jóvenes, de entre 16 y 34 años, sufren problemas de trabajo y de vivienda”.
Omella ha apelado a la necesidad de un trabajo real desde las instituciones de gobierno afirmando que “es evidente es que la bronca entre los políticos hace mucho daño. Existe un hartazgo social ante la falta de acuerdos entre los grandes partidos y ante la incapacidad de colaboración para promover el bien común de los ciudadanos”.
Sínodo y misión
Como no podía ser de otro modo, el proceso sinodal ha estado muy presente en el discurso de apertura de esta Asamblea Plenaria. Un proceso en el que la Iglesia “ está redescubriendo el camino de la sinodalidad, que no es el de las mayorías simples de votos, sino el camino más lento, pero más seguro y firme del consenso” y siempre encaminado a la misión evangelizadora de la Iglesia en la que el Arzobispo de Barcelona ha querido destacar la participación de los laicos.
“Los laicos que, en función de su propia vocación de estar en el mundo, son llamados hoy a humanizar el mundo y a mostrar la belleza de la fe en todos los ambientes” ha señalado Omella que ha querido puntualizar que esta vocación misionera sólo es posible “permaneciendo en el vínculo vivo con Cristo dentro del cuerpo de su Iglesia”.
La agenda de estos días
La Asamblea Plenaria recibirá información, como es habitual, de las actividades de las distintas Comisiones Episcopales. Entre los temas que se tratarán destacan el estado de la fase diocesana del Sínodo de los Obispos. Las iniciativas puestas en marcha para abordar la situación actual de los refugiados ucranianos en España o distintos aspectos de la Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ). También se dará a conocer el proyecto del nuevo Servicio de Pastoral Vocacional de la Conferencia Episcopal Española.
Además se abordará el estado de un borrador de documento sobre la corresponsabilidad en el Sostenimiento de la Iglesia, del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia.
Nombramientos y elecciones
Durante estos días, los obispos miembros de la Asamblea Plenaria al Presidente de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, así como al Presidente de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales.
Además, se realizará la elección del obispo delegado de la Conferencia Episcopal Española para la COMECE (Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea). También está prevista la elección del Gran Canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca, así como la elección de un nuevo miembro del Consejo de Economía.