Estados Unidos

Octubre: mes de la protección de la vida en Estados Unidos

La celebración del mes de la protección de la vida es opacada por la propuesta de ley en el Congreso norteamericano.

Gonzalo Meza·5 de octubre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos
protección vida Estados Unidos

Foto: ©2021 Catholic News Service / U.S. Conference of Catholic Bishops.

Cada año la Iglesia en Estados Unidos celebra el mes del respeto a la vida humana. El primer domingo del mes es el día especialmente designado para ello. Este 2021 ha sido el 3 de octubre. En esta ocasión la fecha se enmarca en el Año de San José, lo cual brinda la oportunidad de resaltar su ejemplo como protector y defensor de la vida humana, don de Dios. Al respecto, Mons. Joseph F. Naumann, Arzobispo de Kansas City y Presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia Episcopal Norteamericana señaló: “Al igual que San José, también estamos llamados a cuidar a quienes Dios nos encomendó, en especial las madres y niños vulnerables. Podemos seguir los pasos de San José como protector, abogando en contra del financiamiento de abortos que tienen como objetivo la vida de millones de niños y sus madres”.

Ese llamado se hace aun más relevante tras el proyecto de ley “Protección de la salud de la mujer” (Women’s Health Protection Act, WHPA)  que aprobó  la Cámara de Representantes el 24 de septiembre. Se trata de una de las iniciativas pro-aborto más radicales de la historia.

El proyecto está siendo discutido en estos momentos en la Cámara Alta del Congreso. La embestida contra la vida ya se veía venir con la presente administración demócrata dirigida por el Presidente Joe Biden, pero se hizo aun más agresiva particularmente a partir de la entrada en vigor de la ley “Latido del corazón” en Texas el 1 de septiembre y aunque es una de las más estrictas del país no es la única, desde el 2011 los estados y gobiernos locales han aprobado decenas de leyes similares limitando o restringiendo el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo.

De aprobarse, la nueva ley impondría el aborto libre “bajo pedido” (“on demand”) en cualquier etapa del embarazo, desde la concepción hasta antes del nacimiento y en cualquier parte del país. La propuesta invalidaría las leyes federales o estatales vigentes que prohíben, restringen o limitan el aborto. Esta ley tendría prioridad sobre las leyes de objeción de conciencia y de libertad religiosa, las cuales protegen, entre otros, a los profesionales de la salud, proveedores y asociaciones religiosas.

El  proyecto WHPA define el aborto dándole acepciones más allá de sus límites. Además de la interrupción del embarazo, la definición de aborto la extiende a cualquier servicio médico o no médico relacionado y en conjunción con el aborto, antes durante y después del mismo, incluyendo los métodos anticonceptivos y la esterilización (Ya en la mayor parte de los hospitales públicos del país una de los “servicios” que médicos y enfermeras ofrecen a todas madres al dar a luz es la opción de realizarse procedimientos para el control natal permanente) El boceto de ley también hace referencia e incluye los servicios de salud extensivos a la “comunidad LGBTQ”, esto para incluir en la ley el tratamiento de reasignación de sexo. 

Para justificar el falaz argumento de la Cámara de Representantes, la ley modifica a su antojo una serie de conceptos que desde el punto de vista jurídico y bioético son absurdos o simples quimeras mal construidas, pues eleva el aborto a rango de “derecho constitucional” y “derecho humano fundamental”. Según la Cámara Baja “los servicios de aborto son esenciales para la atención médica y el acceso a esos servicios es fundamental”. Añade también que la “justicia reproductiva es un derecho humano que se logrará cuando todas las personas puedan tomar decisiones sobre su cuerpo, salud y sexualidad con dignidad y autodeterminación”.

La iniciativa señala que las restricciones a la salud reproductiva perpetúan los sistemas de opresión, entre ellos la supremacía blanca y el racismo contra los negros, legado que “se ha manifestado en la esclavitud, la experimentación y las esterilizaciones forzadas. Ese legado de restricciones no es cosa del oscuro pasado, sino que se hace evidente en las restricciones a la salud reproductiva” actuales pues constituyen un “mecanismo de opresión de género” enraizadas en la “misoginia”. 

Los errores conceptuales del proyecto son visibles aun para los que no son expertos. No se entiende por qué el matar a un ser humano indefenso en el vientre de su madre sea un “derecho constitucional, humano fundamental” o sea un “mecanismo de opresión”. En ese sentido, ya desde la entrada en vigor el 1 de septiembre de la Ley latido del corazón, los obispos de Texas habían respondido que el aborto no es un derecho humano pues constituye en sí mismo un rechazo al derecho humano fundamental a la vida.

El aborto, añadían, tampoco constituye “asistencia a la salud” ni ayuda a las mujeres pues no se trata de un asunto de género: “El aborto no es ni será jamás la respuesta, pues se está quitando la vida a una ser humano inocente”. En ese sentido el Arzobispo Naumann señaló que esta oscura iniciativa de la Cámara de Representantes se basa en una narrativa falsa y desesperada. Se habla del aborto, como si fuera el equivalente moral a la eliminación de un apéndice indeseado, que estorba o que hace mal. Además, “es una propuesta radicalmente opuesta al sentimiento de los estadounidenses. Como nación construida sobre el reconocimiento de que todo ser humano está dotado por su Creador de los derechos inalienables a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, este proyecto de ley es una completa injusticia”, dijo Mons. Naumann.

El día y el mes dedicados a la protección a la vida son una oportunidad para concienciar a los católicos de los peligros que traería esta oscura iniciativa de ley. También dará la oportunidad a los feligreses de todo el país de conocer, acercarse y apoyar las diversas instituciones promovidas por la Iglesia para proteger la vida humana, desde grupos pro-vida, organizaciones de apoyo para madres embarazadas, hasta hospitales o centros de atención donde las madres pueden encontrar una verdadera respuesta integral al don de la vida. En esta tarea, uno de los más poderosos intercesores es sin duda San José. 

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