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Presentado el Observatorio Mundial de las Mujeres

El 14 de junio se presentó públicamente en Roma el Observatorio Mundial de la Mujer, una iniciativa promovida por la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC). Su objetivo es dar visibilidad a las situaciones de vulnerabilidad y sufrimiento, inspirando estrategias pastorales y políticas públicas.

Giovanni Tridente·20 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

“La Iglesia nace del costado de Cristo, de modo que ella como mujer procede también de la sustancia de Él y está siempre en Él como elemento femenino”. El pasado 14 de junio el Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, presentó con estas palabras el Observatorio Mundial de las Mujeres (OMM) promovido por la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC).

Se trata de una iniciativa que involucra toda clase de mujeres en el mundo, incluidas muchas de las que normalmente no “tienen voz” ni “son vistas”, explican desde la UMOFC. Con ello se pretende inspirar y generar estrategias pastorales, pero también renovar las políticas públicas de apoyo al desarrollo humano integral de las mujeres, sus familias, comunidades y pueblos enteros.

“Hay que mirar para reconocer. Pero también hay que dejarse mirar para que nuestro propio yo adquiera su verdadera dimensión –ha añadido el Cardenal Ouellet –. Todas estas miradas, de alguna manera, están recogidas en la mirada de María, que nos ve con ternura y compasión, por haber pecado de omisión tantas veces, tantas veces haber sido traidores. María transforma todo este reclamo en un llamado a la conversión. Conversión de corazón que necesitamos todos”.

Impacto del Covid-19

Uno de los primeros frutos de este Observatorio fue la elaboración del primer informe Impacto del Covid-19 en las mujeres de América Latina y el Caribe, llevado a cabo por el OMM en alianza con el Observatorio Socio-Antropológico Pastoral del Centro de Gestión del Conocimiento de la Conferencia Episcopal de América Latina (CELAM), representada por su Presidente mons. Miguel Cabrejos Vidarte, OFM.

Comentando este informe, Mónica Santamarina de Robles, Tesorera de la UMOFC, explicó cómo este primer trabajo ha conseguido recoger ejemplos de la fuerza y la resiliencia femenina que ayudaron a afrontar la crisis. También ha servido para resaltar las principales propuestas manifestadas por las mujeres latinoamericanas y caribeñas.

Entre los efectos de la pandemia registrados por el informe se encuentran el aumento de las denuncias de violencia de género con la relativa ayuda del Estado en la salvaguarda de estos delitos; el deterioro de la autonomía económica de las mujeres debido a las medidas de la cuarentena; el deterioro de la salud física y mental (miedo, depresión, etc.); las dificultades en la educación; el aumento de la delincuencia organizada y el tráfico de personas; las experiencias de duelo y soledad por la desaparición repentina de familiares.

El cuidado como dimensión esencial

En la presentación ha intervenido también la hermana Alessandra Smerilli, Secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y delegada de la Comisión vaticana Covid-19, la cual ha declarado: “Si la economía fuera una mujer, hablaría del cuidado, por ejemplo de la capacidad de cuidar como dimensión esencial del ser humano, junto al trabajo”. Además añadió: “Soñamos con un mundo en el que, cuando nos encontremos con una persona por primera vez, le preguntemos ‘¿a quién cuidas?’ y no sólo ‘¿a qué te dedicas?’”.

Fundada en 1910

La Union Mundial de las Organizaciones Femeninas Católica nació en 1910 y hoy recoge casi 100 organizaciones de tod el mundo. Actúa en más de 50 países, contando con alrededor de 8 millones de mujeres en todas etapas de la vida. En 2006 la Santa Sede la erigió como una Asociación Pública Internacional de Fieles y mantiene su estado consultivo en las Naciones Unidas ante el Consejo Económico y Social, el Consejo de Derechos Humanos, la FAO, el Consejo de Europa y es Socio Oficial de la UNESCO.

Entre las principales área de su actividad se encuentra la promoción de la formación de las mujeres para afrontar los retos del mundo contemporáneo, la sensibilización al respeto por la diversidad cultural, la promoción y la coordinación de actividades de las Organizaciones miembros.

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