2020: en plebiscito, el 78 % de los chilenos votaron por tener una nueva Constitución.
2022 el 62 % de los chilenos rechazaron el proyecto de nueva Constitución política, que había sido redactado por una mayoría de convencionales de izquierda.
En mayo 2023 se eligieron 50 consejeros (50 % mujeres) mayoritariamente candidatos de derecha. A partir del 7 de junio comenzaron a elaborar un nuevo texto, el cual fue aprobado por 3/5 de los consejeros.
Este fue entregado a la ciudadanía a principios de noviembre.
La posición de la Iglesia
La Conferencia Episcopal de Chile a mediados de noviembre entrego a la ciudadanía su parecer. No encontraron ninguna objeción ética al texto. Respecto a la dignidad humana y respeto a la vida, valoran que esté especificado que «“la ley protege la vida de quien está por nacer”.
Al señalar “de quien” se hace un reconocimiento más explícito de la persona humana desde el momento de su concepción, lo que significa un resguardo más riguroso ante eventuales proyectos de leyes que pretendan promover el aborto libre».
Destacaron, además, que en el ámbito de la educación, «se considera que las familias, a través de los padres o tutores, tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos o pupilos, de elegir el tipo de educación y su establecimiento de enseñanza».
Acerca la libertad religiosa y objeción de conciencia, el texto «desarrolla el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, el que incluye la libertad para adoptar la religión o las creencias que cada uno prefiera, a vivir conforme a ellas, y a transmitirlas, introduciendo, además, la objeción de conciencia como salvaguarda constitucional. (…) La propuesta agrega en esta materia algo nuevo y decisivo, como es el derecho de los padres a trasmitir los valores religiosos, éticos y morales y elegir la educación religiosa que ellos decidan para sus hijos, afirmándose también que las familias tienen derecho a crear entidades de enseñanza con sus propios proyectos educativos, de conformidad a sus convicciones religiosas o morales. (…) Consideramos que estas normas sobre la libertad religiosa son un aporte a la vigencia de este derecho fundamental, ahora explicitado constitucionalmente.»
Aun valorando los aspectos señalados, los Obispos dejaron claro que no determinan como debían votar los chilenos, fueran católicos o no.
Nuevo plebiscito
El 17 de diciembre los chilenos votaron en este plebiscito obligatorio. Al anochecer el Servicio Electoral entregó los resultados: la propuesta constitucional fue rechazada por el 55 % de los votantes y aprobada por el 45 %. Con este resultado se consolida la actual Carta Magna, que proviene del año 1980, pero que ha tenido varias reformas (la principal fue en 2005).
A primera vista sería una derrota para la centroderecha, que no convenció a los ciudadanos de aprobar su propuesta. Pero también es una derrota para la izquierda, cuya bandera de lucha desde el 2019 fue un cambio de Constitución y no lo logró.
Después de dos proyectos constitucionales, se cierra este proceso. No habrá en el mediano o largo plazo una nueva propuesta de cambiar la Constitución chilena. El Gobierno del Presidente Gabriel Boric deberá abocarse a los problemas reales de la población –economía, combate a la delincuencia que se ha incrementado los últimos años, fuentes de trabajo, etc.- que son la gran preocupación de la ciudadanía.