Cultura

Consagración del nuevo altar de la catedral de Berlín

Construida por Federico II de Prusia en 1773 para los católicos procedentes de Silesia, la iglesia de Santa Eduvigis ha experimentado diversas reconstrucciones, principalmente después de la Segunda Guerra Mundial. En 2018 comenzaron los trabajos de remodelación para la actual catedral.

José M. García Pelegrín·10 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Foto: Imagen del altar nuevo de la catedral del Berlín

El 1 de noviembre, justo 250 años después de la primera consagración de la iglesia de St. Hedwig (Santa Eduvigis), se consagró el nuevo altar de la catedral católica de Berlín. La iglesia estuvo cerrada durante cinco años para ser completamente remodelada en su interior.

El nuevo altar

El nuevo altar tiene forma semiesférica, que se corresponde con la cúpula que cubre el edificio. Una característica especial de este altar es que está construido con “piedras vivas” donadas por fieles de Berlín, otras partes de Alemania y otros países. Sin embargo, la remodelación de la catedral aún no ha concluido, por lo que ha vuelto a cerrarse al público para finalizar los trabajos.

Leo Zogmayer, el artista austríaco responsable del interior de la catedral, explicó en un recorrido para la prensa, el mismo día 1 de noviembre, que el altar se hizo utilizando el proceso de fundición de piedra: “Las piedras donadas se añaden a una mezcla de arena, grava y cemento blanco. Esta masa se vierte en un molde negativo. Una vez endurecida la masa y desmoldado el molde, aún hay que acabar a mano el vaciado en bruto para dejar al descubierto las piedras que se encuentran cerca de la superficie”. El altar pesa unas dos toneladas y media, pero casi parece flotar, al tiempo que transmite una presencia maciza.

Una reliquia de Santa Eduvigis de Andechs, patrona de la iglesia, fue incrustada en la mensa del altar durante la consagración. El ambón es de la misma piedra que el altar; su reducida forma se corresponde con la semiesfera geométrica minimalista del altar.

Mons. Heiner Koch, arzobispo de Berlín, recordó en su homilía que “Jesús es el centro y la medida de la vida de la humanidad. En él encontramos apoyo y orientación en los desafíos de nuestro tiempo, el centro y la medida de nuestras vidas. En el sacrificio de la cruz, Jesús nos une con Dios en el tiempo y la eternidad; une el cielo y la tierra y nos da la redención”.

En el altar se celebra su muerte, no sólo como un recuerdo, sino como una presencia real: aquí, el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo por el Espíritu de Dios; aquí está realmente presente. “Aquí se hace presente lo que sucedió en la Cruz y en el Cenáculo, porque Él amó a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta la perfección. Eso se hace presente aquí, en este altar cuando el sacerdote, llamado por la consagración, pronuncia las palabras de la consagración en nombre de Jesús, en su autoridad. Cristo está en medio de nosotros”. El altar mantiene la comunión con el cielo: la comunión de Dios, que es la única que da la paz. Y también mantiene la comunión “con nosotros y entre nosotros”.

La catedral de santa Eduvigis

La catedral católica de Berlín, la Sankt Hedwigs-Kathedrale (catedral de Santa Eduvigis), se encuentra en el centro de la ciudad, formando parte del llamado Forum Fridericianum, una plaza planificada por el rey prusiano Federico II (1712-1786) al comienzo de la emblemática avenida Unter den Linden, cuya ejecución se confió a uno de los más destacados arquitectos alemanes del siglo XVIII, Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff, artífice también de la iglesia.

La construcción de la catedral comenzó en 1747 y representó la primera iglesia católica en Berlín desde la Reforma. Federico II decidió dedicar la iglesia a Santa Eduvigis en honor a los nuevos habitantes católicos de Berlín que llegaron tras la Segunda Guerra de Silesia, finalizada ese mismo año. 

El rey Federico II donó los terrenos y sugirió la forma circular, inspirada en el Panteón romano. Se ha afirmado que inicialmente Federico II consideró dedicar el edificio a “todos los dioses” (como el Panteón), para ser empleado por diferentes religiones, siguiendo su principio de tolerancia. Sea esto cierto o no, Knobelsdorff mantuvo la forma circular del Panteón.

La construcción se vio obstaculizada por dificultades financieras y la Guerra de los Siete Años, lo que retrasó la finalización hasta noviembre de 1773. La cúpula y el friso del frontón se completaron a finales del siglo XIX, y en 1886-1887, Max Hasak terminó el edificio, cubriendo la cúpula con una capa de cobre y coronándola con una linterna y una cruz. El interior se decoró en estilo neobarroco. En 1927, el Papa Pío XI otorgó a la iglesia el título de basílica menor. 

Con la creación de la diócesis de Berlín, el 13 de agosto de 1930 (hasta entonces formaba parte de la de Breslau, la actual Wrocław, en Polonia), la iglesia de Santa Eduvigis se convirtió en la catedral de la nueva diócesis. En 1930-1932, el interior fue remodelado por el arquitecto austriaco Clemens Holzmeister. 

Bernhard Lichtenberg, el deán valiente

Durante el periodo nacionalsocialista (1993-1945), el deán Bernhard Lichtenberg destacó como opositor al régimen: tras el pogromo, denominado eufemísticamente como “Noche de los cristales rotos”, que tuvo lugar la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, rezó públicamente por los judíos. Al día siguiente, Lichtenberg fue apresado por el gobierno nazi y murió camino al campo de concentración de Dachau. En 1965 los restos de Lichtenberg fueron llevados a la cripta de la catedral. Durante los trabajos de remodelación, en 2018, sus reliquias se trasladaron a otra iglesia berlinesa dedicada a los mártires; regresarán a la cripta de la catedral cuando se completen las obras.

Catedral del Berlín en 1945 ©Landesdenkmalamt Berlin

En la Segunda Guerra Mundial, la catedral sufrió graves daños durante un ataque aéreo aliado en la noche del 2 de marzo de 1943, que destruyó la cúpula y dejó el interior y la cripta completamente calcinados. 

Tras la división de Berlín después de la Segunda Guerra Mundial, la catedral quedó en el Berlín oriental. Fue restaurada entre 1952 y 1963, por el arquitecto alemán occidental Hans Schwippert, quien reconfiguró el espacio de manera inusual, creando una apertura circular en la iglesia que conducía a la cripta, donde se instalaron ocho capillas. El exterior se reconstruyó siguiendo el modelo histórico.

La restauración de la catedral

A principios del siglo XXI, se decidió llevar a cabo una restauración para sanear la construcción. En el concurso organizado en 2013, el proyecto del estudio Sichau & Walter de Fulda, en colaboración con el artista Leo Zogmayer, propuso cerrar la apertura a la cripta, ubicar el descenso a la cripta cerca de la entrada y crear un amplio espacio en la iglesia superior con el altar en su centro.

Este proyecto fue controvertido, especialmente entre los católicos que habían sufrido persecución durante el período comunista y tenían un fuerte vínculo con la catedral tal como la remodeló Hans Schwippert. Después de años de consultas, protestas y estudios, Mons. Heiner Koch, arzobispo de Berlín, y el cabildo catedralicio aprobaron el proyecto; los trabajos comenzaron en 2018.

Catedral de Berlin en la actualidad ©Probekreuz Erzbistum

En una visita a las obras para la prensa en septiembre de 2022, el deán de la catedral, Tobias Przytarski, destacó el principio detrás de la “nueva” catedral: en la cripta, la pila bautismal ocupa el centro, sobre la cual –en la iglesia– se encuentra el altar, de dos metros de diámetro. Justo encima del altar, en la cúpula, está la claraboya cubierta por un cristal diáfano que se abre al cielo: el bautismo y la Eucaristía conducen –“esperemos”, decía Przytarski con un guiño– al cielo. Los confesionarios se encuentran en la iglesia inferior.

En el exterior, el cambio más significativo es que la nueva cruz dorada, de tres metros de altura, se colocará sobre el tímpano del pórtico en lugar de la cúpula, lo que la hará más visible. Además, las pesadas puertas de bronce anteriores se reemplazarán por puertas de cristal transparente, que proporcionarán una transparencia luminosa y simbolizarán transparencia. Przytarski también mencionó una particularidad de las vidrieras, que son opacas, pero contienen burbujas de aire que mostrarán el cielo estrellado de Berlín el día del nacimiento de Jesús.

Tras la ceremonia de consagración del altar, la catedral se ha vuelto a cerrar al público, y se espera su reapertura antes de la Navidad de 2024, cuando también se haya instalado el órgano, que se desmontó al comienzo de las obras.

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