Quizá porque el 17 de diciembre iba a cumplir 88 años, o porque no terminaba de encontrarse bien, o por las razones que fueren, el Papa Francisco llevaba tiempo pensando que quería unos funerales aún más sencillo que el dispuesto para Benedicto XVI, que redujo las normas existentes y buscaba también una despedida sencilla.
Como se recordará, los restos del Papa emérito Benedicto XVI reposaron del día 31 de diciembre a la madrugada del 2 de enero en el Monasterio Mater Ecclesiae, y a las 9 horas del martes, el cuerpo quedó expuesto para la visita de los fieles en la Basílica de San Pedro.
Ya el jueves 5, en el atrio de la Basílica de San Pedro, el Santo Padre Francisco presidió la Santa Misa Exequial por el difunto Sumo Pontífice emérito. Fue la primera vez en la historia en la que un Pontífice ha presidido el funeral de su inmediato predecesor, por el que pidió oraciones antes de fallecer.
Un Pastor, no un poderoso del mundo
El Papa Francisco deseaba un rito que resalte que “el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo, y no el de un poderoso de este mundo”, explicó el arzobispo Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices.
Además, el Papa pidió, como declaró en varias ocasiones, “simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de los funerales del obispo de Roma expresaran mejor la fe de la Iglesia en Cristo Resucitado”, añadió el arzobispo, según la agencia oficial vaticana.
Nuevas normas sobre los funerales de un Papa
Y a finales de año, la Santa Sede hizo públicas las nuevas normas del ‘Ordo Exsequiarum Romani Pontificis’, libro litúrgico que regula cómo deben ser los rituales de las exequias del Pastor de la Iglesia Católica.
El libro litúrgico se presentó como una nueva edición del anterior, la edición típica del ‘Ordo Exsequiarum Romani Pontificis’ aprobada en 1998 por san Juan Pablo II y publicada en 2000, que se utilizó en los funerales del mismo Pontífice en 2005 y, con adaptaciones, en los del Papa emérito Benedicto XVI en 2023.
Las modificaciones se refieren a las denominadas ‘tres estaciones’, es decir, la casa del difunto Papa, donde fallece; el funeral en San Pedro; y el traslado del ataúd a la tumba, el entierro.
Entre las novedades introducidas, según informó Vatican News, están la constatación de la muerte no ya en la habitación del difunto sino en la capilla, la deposición inmediata dentro del ataúd, la exposición a la veneración de los fieles del cuerpo del Papa dentro del ataúd abierto, y la eliminación de los tradicionales tres féretros de ciprés, plomo y roble.
El cardenal Camarlengo y las tres ‘estaciones’ clásicas
En la Iglesia católica, corresponde al cardenal Camarlengo certificar la muerte de un Papa, tras el correspondiente dictamen médico, y encabezar la Iglesia cuando la sede está vacante por fallecimiento o por renuncia. En la actualidad, es el cardenal Kevin Farrell.
Como decimos, en el nuevo Ordo se mantienen las tres ‘estaciones’ clásicas: domicilio del difunto, Basílica vaticana y lugar de la sepultura, aunque monseñor Ravelli señaló que “la estructura interna de las ‘estaciones’ y de los textos ha sido revisada a la luz de la experiencia adquirida con las exequias de san Juan Pablo II y Benedicto XVI, de las actuales sensibilidades teológicas y eclesiales, y de los libros litúrgicos recientemente renovados”.
En Santa María la Mayor
Deben mencionarse aquí las indicaciones necesarias “para una posible sepultura en un lugar distinto de la basílica vaticana”: esto responde al deseo anticipado por el Papa Francisco de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.
En esta Basílica se encuentra el icono de la Virgen ‘Salus Populi Romani’, patrona de Roma, a la que el Romano Pontítife acostumbra ir a rezar siempre antes y después de sus viajes apostólicos, y a la que incluso acudía a orar antes de ser elegido a la sede de Pedro.
Simplificación de títulos pontificios
Una de las novedades más significativas es la simplificación de los títulos pontificios: se ha retomado la terminología utilizada en la tercera edición del Missale Romanum (2008), es decir, los apelativos de Papa, Episcopus (Romæ) y Pastor, mientras que en las premisas generales y rúbricas se ha optado por la expresión Romanus Pontifex, conforme al título del libro litúrgico, añadió la agencia vaticana.
En la traducción italiana se ha retomado el vocabulario utilizado en la segunda edición del Rito de las Esequencias (2010) editado por la Conferencia Episcopal Italiana, de la que se ha actualizado gran parte de la terminología de la versión italiana del Rito, por ejemplo prefiriendo el término féretro para indicar el cuerpo ya cerrado en el ataúd.
Algunos detalles
En lo relativo a las ‘estaciones’, puede reiterarse que ‘en la casa del difunto’ se incluyen las novedades de la constatación de la muerte en su capilla privada.
La segunda estación se ha remodelado: puesto que la deposición en el féretro ya ha tenido lugar tras la constatación de la muerte, el féretro se cierra la víspera de la misa exequial o funeral, y se contempla un único traslado a San Pedro. En la Basílica Vaticana, el cuerpo del Papa difunto se expone directamente en el féretro y “ya no en un féretro alto”.
Por último, la tercera estación ‘en el lugar de la sepultura’ incluye el traslado del ataúd a la tumba y la sepultura, como se ha relatado.
Las ‘novendiales’: misas de sufragio durante 9 días
El cuarto y último capítulo del libro litúrgico está dedicado a las disposiciones para los ‘novendiales’, las misas en sufragio del Papa difunto celebradas durante nueve días consecutivos a partir de la misa exequial.
En el ritual se incluyen cuatro –ya no tres– formularios de oraciones, pues se han recogido las que ofrece el Missale Romanum por el Papa difunto y la del obispo diocesano fallecido.
La nueva edición no incluye el apéndice con el Ordinario de la Misa, las colecciones de salmos penitenciales y graduales y los cantos del Ordinario con notación gregoriana.
“El Ordo Exsequiarum Romani Pontificis”, explicó Monsseñor Ravelli, “no está concebido como un ‘misal plenario’, sino como un Ordo en el sentido propio del término, es decir, que contiene las indicaciones rituales, el desarrollo de los ritos y los textos propios, pero se remite para todo lo demás a los libros litúrgicos en uso, es decir, el misal, el leccionario y el gradual.
El funeral del Papa Francisco
El 21 de abril de 2025 a las ocho de la tarde el Camarlengo de la Santa Romana Iglesia presidió el rito de la constatación de la muerte del Papa Francisco y la colocación del cuerpo en el féretro. Según comunicó el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, lo más probable es que a partir del miércoles 23 de abril los fieles puedan acercarse para despedir al Papa en la basílica de San Pedro.
Durante una reunión que tendrá lugar el martes 22 por la mañana, los cardenales decidirán cómo proceder de manera concreta para el funeral del Santo Padre, mientras poco a poco llega todo el Colegio Cardenalicio a Roma para participar en el futuro Cónclave que comenzará como tarde en 20 días.