Me ha parecido interesante el estudio reciente publicado en la revista científica PLOS ONE: Aplicación de la desmagnetización térmica a materiales arqueológicos, que permite reconstruir eventos antiguos con mayor detalle. Este avance se basa en la remanencia magnética, que permite a ciertos materiales (como el óxido de hierro) conservar el magnetismo adquirido en ciertas circunstancias. Este fenómeno se aprovecha para datar cronológicamente los materiales, determinar las temperaturas experimentadas y entender las circunstancias de su magnetización. Por ejemplo, en la construcción de casas o muros se emplean ladrillos que se colocan aleatoriamente, pero una vez puestos, si se produce un incendio, el calentamiento y enfriamiento de los ladrillos da lugar a una señal magnética fuerte y unificada de partículas férricas, en la dirección del campo en aquel momento histórico, que es similar a la dirección promedio del campo geomagnético en la región.
Como el campo magnético terrestre va cambiando con el tiempo, se hace imprescindible establecer un mapa cronológico de los cambios del campo geomagnético en una región. En este sentido son importantes estudios como el realizado por un equipo de investigadores de Estados Unidos, Reino Unido e Israel: «Explorando las variaciones geomagnéticas en la antigua Mesopotamia: Estudio arqueomagnético de ladrillos inscritos del 3er y 1er milenio a.C.» en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias. Han examinado gránulos de óxido de hierro en 32 ladrillos, cada uno inscrito con los nombres de 12 reyes mesopotámicos. Los resultados permitieron reconstruir una línea de base para el campo magnético terrestre durante el reinado de estos gobernantes. La línea de base arqueomagnética establecida en el estudio está siendo útil para datar otros objetos que hasta ahora no habían podido ser fechados adecuadamente.
En este sentido, el estudio ya mencionado: Aplicación de la desmagnetización térmica a materiales arqueológicos, ha analizado una pared de ladrillos quemados en la ciudad de Gat, mencionada en el texto bíblico de 2 Reyes 12,18. Los autores del estudio, de la Universidad de Tel Aviv, la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Universidad Bar-Ilan y la Universidad Ariel, empleando esta técnica han podido confirmar la historicidad del relato bíblico y proporcionar detalles adicionales sobre el evento. La orientación uniforme de los campos magnéticos en los ladrillos quemados indica que estos se quemaron y enfriaron en el mismo lugar, respaldando la narrativa bíblica sobre la destrucción de Gat. Este avance refuta definitivamente las discusiones de algunos académicos sobre la historicidad o la naturaleza de los ladrillos quemados en la zona.
En la Biblia y otros textos del antiguo Cercano Oriente se describen muchas campañas militares contra los reinos de Israel y Judá durante los siglos X a VI a. C, como las campañas militares aramea, asiria y babilónica que dejaron tras de sí capas de destrucción conocidas gracias a excavaciones arqueológicas. Sin embargo, sólo unas pocas capas de destrucción se asocian con seguridad a campañas históricas concretas, gracias a la combinación de datos históricos y arqueológicos. Pero la atribución de otras muchas capas de destrucción son objeto de debate, y plantean retos a la hora de reconstruir la escala cronológica y el ámbito geográfico de las campañas.
Por eso, estudios como el de Seis siglos de variaciones de intensidad geomagnética registradas por los mangos de los frascos estampados reales de Judea, o el muy interesante y reciente trabajo sobre la Reconstrucción de campañas militares bíblicas utilizando datos de campo geomagnético, que están logrando una datación precisa para muchos de estos eventos inciertos, que están siendo de gran ayuda para llegar a acuerdos entre los datos históricos y la arqueología, y que, a su vez, están dando fiabilidad al relato bíblico.
Estamos ante una nueva herramienta que puede resultar muy interesante para la datación histórica bíblica. Seguiremos atentos a los nuevos aportes.
Doctor en Derecho Canónico