La visita a Roma de la estatua de Nuestra Señora de Fátima el domingo 12 de octubre de este año, con motivo del Jubileo de la Esperanza, será la cuarta.
La primera fue en 1984 con motivo del Jubileo Extraordinario de la Redención de 1984, cuando el 25 de marzo san Juan Pablo II consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María; la segunda vez tuvo lugar en el Gran Jubileo del Año 2000, y la tercera, en octubre de 2013, con motivo del Año de la Fe con el Papa Francisco.
La entrada de los peregrinos a la Plaza de San Pedro, con ocasión de la Celebración Eucarística ese 12 de octubre será gratuita, y no se necesitará billete. La inscripción para participar en el evento jubilar ya está abierta en la página web y finalizará el 10 de agosto de 2025, ha informado el Dicasterio para la Evangelización.
Madre que nunca abandona a sus hijos
“La presencia de la amada estatua original de Nuestra Señora de Fátima permitirá a todos experimentar la cercanía de la Virgen María”, subrayó el Proprefecto del Dicasterio para la Evangelización, Mons. Rino Fisichella, “uno de los iconos marianos más significativos para los cristianos de todo el mundo que, como subraya el Santo Padre en la Bula de convocación del Jubileo Spes non confundit, la veneran como a la “más cariñosa de las madres, que nunca abandona a sus hijos”.
En Fátima, en efecto, la Virgen dijo a los tres pastorcitos lo que sigue asegurando a cada uno de nosotros: “Nunca os abandonaré. Mi Corazón Inmaculado será vuestro refugio y el camino que os conducirá a Dios”.
La Señora, peregrina de esperanza
“Esta estatua sale del Santuario de Cova da Iria de forma excepcional y sólo a petición de los Papas”, ha comentado el rector del Santuario de Fátima, don Carlos Cabecinhas.
En este tiempo jubilar, la Virgen de Fátima es la mujer de la alegría pascual, incluso en los tiempos dolorosos en que en que vive el mundo. Una vez más, la “Señora vestida de blanco” será peregrina de esperanza y, en Roma, estará con el “obispo vestido de blanco”, como llamaban cariñosamente los niños pastores de Fátima al Santo Padre.
Habitualmente: capilla de las Apariciones
La escultura, obra del artista portugués José Ferreira Thedim en 1920, se conserva habitualmente en la capilla de las Apariciones del Santuario de Nuestra Señora de Fátima.
En ese lugar, en efecto, de mayo a octubre de 1917, la Virgen se apareció seis veces a los niños pastores Lucía dos Santos, de 10 años, Jacinta Marto, de 7, y Francisco Marto, de 9.
La estatua, de 104 centímetros de altura, fue tallada en un cedro de Brasil, siguiendo las indicaciones de los tres niños pastores. Fue coronada solemnemente el 13 de mayo de 1946 y la bala que alcanzó a Juan Pablo II en el intento de asesinato de 1981 se incrustó posteriormente en la corona.