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Pulso de Australia Occidental a la Iglesia por el secreto de confesión

El arzobispo de Perth, capital del Estado de Australia Occidental, Monseñor Timothy Costelloe SDB, ha manifestado su oposición a la reciente ley que obliga a los sacerdotes a vulnerar el sello de confesión para denunciar abusos sexuales a menores, y romper lo  que denomina “la confidencialidad del confesionario”.

Rafael Miner·30 de octubre de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos
confesion

El parlamento de Australia Occidental ha aprobado la semana pasada el proyecto de ley denominado Community and Family Services Amendment Bill 2021, por el que se eliminan las protecciones de la ley civil a la confidencialidad del sello o secreto de confesión, y se obliga a los sacerdotes a denunciar abusos sexuales a menores, incluso si se manifiestan bajo el sello de la confesión.

Un comunicado de prensa del gobierno de ese Estado australiano señala que “no habrá excusa para no haber hecho una revelación obligatoria”, incluso si el capellán recibió la información durante una confesión. Además de los sacerdotes, religiosos o capellanes, los cambios extienden las leyes de notificación obligatoria a los trabajadores de la primera infancia, los de atención fuera del hogar, psicólogos registrados, consejeros escolares y los trabajadores de la justicia juvenil.

En pocos días, el arzobispo de Perth, Timothy Costelloe, salesiano, en una carta pastoral que pueden consultar aquí, ha manifestado que “la reciente aprobación de legislación por el parlamento estatal que elimina las protecciones de la ley civil en torno a la confidencialidad del confesionario me ha decepcionado y preocupado profundamente, ya que sin duda también ha preocupado a muchos de ustedes”.

A su juicio, “esta decisión del parlamento estatal no solo criminaliza potencialmente la fidelidad a una dimensión esencial de la práctica de nuestra fe católica por parte de nuestros sacerdotes, sino que tampoco conlleva ninguna garantía de que ningún niño estará mejor protegido del abuso debido a esta decisión”.

Al arzobispo le preocupa “igualmente que parezca que se ha prestado poca o ninguna atención al testimonio de las [víctimas] sobrevivientes de abuso sexual, que han hablado de la importancia de la confidencialidad del confesionario para brindarles un lugar seguro en el que compartir sus historias y buscar información. apoyo y asesoramiento. ¿Por qué parece que su experiencia no tiene importancia o credibilidad?”, se pregunta. Según fuentes citadas por Die Tagespost, como el portal Mercatornet, abolir el sello de confesión “volverá a traumatizar a las víctimas de abusos. El confesonario era un espacio seguro donde las víctimas pueden participar en el proceso de curación. No más”.

Decisión contraria al comité legislativo

Por otra parte, añade el arzobispo de Perth, “es particularmente preocupante que la opinión mayoritaria del comité legislativo establecido por el gobierno para investigar este asunto no haya sido aceptada por el parlamento”.

“En una decisión por mayoría de 3-2, este comité recomendó que las divulgaciones hechas en el contexto de una confesión religiosa no deberían estar sujetas a las nuevas leyes de informes obligatorios”, ha explicado el arzobispo Costelloe, natural de Melbourne, que es miembro del Comité permanente, la comisión de Obispos para la Doctrina y la Moral y la comisión de Obispos para la Educación Católica, en la Conferencia de Obispos Católicos de Australia.

Sobre Perth, que es la cuarta ciudad del Estado, con 2,12 millones de habitantes, no viene mal mirar el mapa y averiguar que la ciudad más cercana con una población de más de un millón de personas es Adelaida, a 2.100 kilómetros de distancia, lo que convierte a Perth en la ciudad con más de un millón de habitantes más aislada del mundo. En cuanto a su arzobispo, fue nombrado por el Papa Benedito XVI en 2012, tras ser varios años obispo auxiliar de Melbourne.

“El sacerdote brinda apoyo y acompañamiento”

El arzobispo Costelloe prosigue diciendo, como resume Jamie O’Brien en la web de la archidiócesis, que algunas personas parecen haberse formado la opinión de que si una persona revela durante la confesión que ha sido abusada, el sacerdote no puede ni hará nada. “Esta es una presentación ignorante o deliberadamente engañosa de la forma en que se practica la confesión en la Iglesia Católica. Un sacerdote hará todo lo posible para brindar asesoramiento, apoyo y acompañamiento si la persona que hace la revelación está abierta a esto”, señala.

“Todo lo que esa persona necesita hacer es aceptar compartir su historia con el sacerdote fuera del contexto de la confesión. Sin embargo, el sacerdote, según la enseñanza católica, no debe traicionar la confianza de la persona que acude a él en el confesonario”, señala el arzobispo.

“La experiencia de la confesión es un encuentro personal entre esa persona y Cristo. En la enseñanza católica, el sacerdote actúa en la persona de Cristo en este encuentro. En un sentido muy real, la revelación se hace a Cristo quien, en la persona del sacerdote, escucha, aconseja, anima y ayuda a esa persona de todas las formas posibles. No traiciona la confianza de esa persona”.

Son las mismas ideas que recogió hace unos días Omnes del cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor de la Iglesia. “El penitente no habla al confesor hombre sino a Dios. Tomar posesión de lo que es de Dios sería sacrilegio. Se protege el acceso al mismo sacramento, instituido por Cristo, para ser puerto seguro de salvación para todos los pecadores”. Sin embargo, aclaró, “esto no impide que el confesor recomiende vivamente al mismo menor que denuncie el abuso a sus padres, educadores y a la policía”.

Ahora se pierde la posibilidad de convencerle

El sacerdote hará todo lo que esté a su alcance para convencer al agresor confeso de que debe entregarse a la policía, subraya también el arzobispo australiano. “Aunque parezca improbable que un abusador esté de acuerdo con esto, al menos existe la posibilidad. Sin embargo, con la aprobación de esta ley es casi inconcebible que un perpetrador se ponga en riesgo de ser descubierto”.

“Por lo tanto”, añade el arzobispo Costelloe, “se perdería cualquier posibilidad ciertamente pequeña que un sacerdote pudiera tener de tratar de convencer a un perpetrador del mal de sus acciones y alentar u ordenar a esa persona que acuda a la policía. Y, por supuesto, si un perpetrador se arriesgaba a confesarse, seguramente acudiría a un sacerdote que no pudiera identificarlo. y que se confesó en un entorno que garantizaba el anonimato”.

En consecuencia, según el arzobispo, “es legítimo preguntar sobre la viabilidad y la aplicabilidad del cambio legislativo, y esto, por supuesto, plantea la pregunta de por qué se permitió que esta legislación pasara por nuestro parlamento en primer lugar. Sin duda, una prueba clave de la idoneidad de una ley debe ser su aplicabilidad”.

Datos, y reacción

Jamie O’Brien informa de que otros Estados, como Queensland y Victoria, también han implementado una legislación similar. El tema ha sido candente en los estados australianos después de que la Comisión Real de Respuestas Institucionales al Abuso Sexual Infantil publicara su informe final a fines de 2017. En él se señalaba que “el 36 por ciento de los sobrevivientes de abuso que se dieron a conocer reportaron abuso en instituciones católicas”, dice O’Brien.

“Mucha gente me criticará a mí y a la Iglesia católica en general por su oposición a este cambio legislativo. Buscarán pintar a la Iglesia como indiferente al horror de la crisis de abuso sexual dentro de la Iglesia. Esto es inexacto e injusto”, asegura el arzobispo de Perth. Porque “la Iglesia católica en todo el país, y ciertamente aquí en la arquidiócesis de Perth y en Australia Occidental en general, ha dado muchos pasos constructivos para abordar esta terrible realidad en la historia de la Iglesia”.

Su archidiócesis fue la primera diócesis del mundo en lanzar una Oficina de Salvaguardia en 2015, con más de 250 oficiales de Salvaguardia capacitados en más de 105 parroquias, afirma categórico. “Aquellos de ustedes que tienen niños o jóvenes en nuestras escuelas serán conscientes de la seriedad con la que nuestras escuelas locales, y la oficina de Educación Católica que trabaja con ellos, abordan la cuestión de la seguridad infantil”, señala.

“Los sacerdotes seguirán a vuestro servicio”

Monseñor Timothy Costelloe concluye su carta reafirmando “tres cosas”. Que su “compromiso con la seguridad y el bienestar de nuestros niños y jóvenes es inquebrantable”. Que “continuaremos respondiendo con franqueza, compasión y generosidad a quienes han sido víctimas y ahora son sobrevivientes del terrible crimen y pecado del abuso sexual por parte de personas asociadas con la Iglesia católica”. “Y en tercer lugar, que nuestros sacerdotes seguirán poniéndose a vuestro servicio buscando lo mejor que puedan ser signos vivos y efectivos portadores de la presencia del Buen Pastor entere vosotros”.

El Señor nos está llamando a vivir esto a través de nuestra oración por los demás, nuestro apoyo mutuo, nuestro aliento y comprensión mutua, y a través de nuestra determinación de erradicar el flagelo del abuso sexual de cualquiera de nuestros entornos católicos. Juntos podemos lograr grandes cosas para Dios, para el pueblo de Dios y para nuestra sociedad. No nos dejemos desanimar por aquellos que solo buscan derribar, criticar y socavar las buenas obras de la Iglesia”, concluye.

Hace unos días, hablábamos del sello o secreto de confesión en la Iglesia, y los abusos de menores en Francia. Tenemos pendiente comentar qué le dijo el primer ministro francés, Jean Castex, al Papa, y cómo ha llamado Francisco al sacramento del Perdón en su reciente viaje apostólico a Eslovaquia. Será otro día.

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