Los menores de 30 años han sido el grupo de edad más afectado por las consecuencias que la pandemia de coronavirus ha tenido en las familias españolas.
El 34% de los jóvenes entre 18 y 24 años ha necesitado de ayuda psicológica y han consumido ansiolíticos por primera vez en estos meses.
Internet: el campo de minas
Uno de los puntos preocupantes que se derivan de esteBarómetro de las Familias es el aumento del consumo de contenidos “para adultos” durante el confinamiento.
Aunque este barómetro, como destaca Sara Morais, directora general de GAD3, no mide el consumo sino la percepción, llama la atención que un 68,7% de los encuestados considere que se ha aumentado este tipo de conductas durante el confinamiento. Más de la mitad de ellos destacan, además, la facilidad de acceso a contenido inadecuado a través de las plataformas digitales de cine y entretenimiento.
El acceso a internet a través de dispositivos móviles, a una edad cada vez más temprana, supone un punto de preocupación clave en las familias españolas.
Los padres y madres apuntan el crecimiento de conductas nocivas como un excesivo uso y tiempo dedicado a las redes sociales.
Los problemas más temidos se centran en la exposición de su imagen, los insultos e injurias y la incapacidad para filtrar contenidos inapropiados. También apuntan a los posibles cambios en la autoestima derivados de la idealización percibida en perfiles de influencers.
Dentro de este ámbito, el 85% de los entrevistados ve con buenos ojos aumentar la regularización sobre la publicidad con menores, especialmente en lo que se refiere a la imagen de los menores en televisión y redes.
Cerca del 80% de los entrevistados cree que la publicidad muestra a los preadolescentes con actitudes adultas y que se da una imagen sexualizada de los preadolescentes.
En esta línea, Maria José Olesti, directora general de la Fundación The Family Watch quizo señalar la labor de la Fundación con operadores y partidos políticos para lograr que, al contratar una línea de Internet, venga, por defecto, con limitación de acceso a determinados contenidos como ya se hace en otros países.
Formar una familia, sí, pero a largo plazo
Formar una familia sigue pareciendo, a ojos de los más jóvenes, una tarea especialmente difícil. Los menores de 45 años priman una estabilidad económica y la ampliación de los estudios al hecho de formar una familia.
En este sentido, ocho de cada diez entrevistados piensan que existen más dificultades a la hora de formar una
familia respecto a generaciones anteriores y tan solo la mitad de los encuestados afirman que el hecho de formar una familia está bien valorado a nivel social y laboral, especialmente entre los mayores de 45 años.
Esta percepción negativa del entorno social y de ayudas es uno de los frenos más importantes para la formación de familias entre los 30 – 40 años. Como destaca Olesti: “Si no ofrecemos a los jóvenes oportunidades y les facilitamos poder formar una familia, e incluso emanciparse, difícilmente se plantearán tener hijos”.
Olesti también alude al desgaste físico y emocional que la pandemia ha dejado en las familias. Algo que hace evidente «la necesidad de reflexionar sobre la familia y las políticas familiares» para que éstas sean realmente efectivas y ayuden a las familias.
Luz al final del túnel
A pesar de que los datos están lejos de las percepciones previas al estallido de la pandemia de coronavirus, en 2019, el estudio de GAD3 delata un ligero optimismo en las familias españolas. En este sentido destaca la subida porcentual entre los menores de 45 años ante el hecho de formar una familia.
Si el año pasado, en pleno apogeo de la pandemia y con el confinamiento total aún reciente, sólo un 26% de los encuestados de esta franja de edad consideraba la posibilidad de formar una familia en los próximos años, este punto se ha elevado en esta edición a un 46%, aunque sigue estando por detrás de cuestiones como prosperar en la vida profesional o ampliar los estudios.
Asimismo se percibe un aumento de la creencia en la mejora de la situación económica, tanto familiar como nacional. Hace un año, las perspectivas de la mayoría de los encuestados mostraba un paisaje negativo del futuro económico general con un 65%. En esta edición, la percepción de un empeoramiento económico general ha bajado al 42,7%. Quienes piensan que su situación personal mejorará en los próximos meses también ha subido hasta el 24%.
En palabras de Morais «los españoles han retomado sus planes vitales frenados por la pandemia, como pueden ser la compra de una casa, un coche o formar una familia».
La directora general de GAD3 destaca que, en los próximos meses aumentarán indicadores económicos como el inmobiliario, parados por la pandemia.
La metodología
El Barómetro de las Familias se realiza a través de encuestas telefónicas, realizadas en la segunda quincena del pasado mes de diciembre. Las encuestas se hicieron a 601 hogares de todo el país, incluidas las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla.