TEXTO – Luis Gaspar, Lima
A las 4:35 p.m. hora local, del día 18, aterrizó el avión que traía al Papa Francisco desde Iquique (Chile), a nuestro país. Tras dos horas de viaje, el Santo Padre pisó suelo peruano por primera vez en medio de una cálida bienvenida por parte de las autoridades peruanas. Fue recibido por el arzobispo de Lima y primado del Perú, cardenal Juan Luis Cipriani; el presidente de la República, Pedro Pablo Kuzcinsky, y la primera dama, Nancy Lange.
Durante todo su recorrido del aeropuerto a la Nunciatura, el Papa jamás estuvo solo, en carro cerrado o en papamóvil, el calor de la gente fue constante. En la Nunciatura, esperaron quince mil jóvenes voluntarios de la llamada Guardia del Papa, que fueron “el alma de esta visita”. “Quisiera darles a todos ustedes y sus familias, a los que tienen en el corazón, la bendición. Recemos juntos a la Virgen”, fueron las primeras palabras de Su Santidad en Lima. Tras esto, se esperaba que volviera a salir al balcón de la residencia, pero esto no fue posible. Sin embargo, nada amilanó a los jóvenes y a los fieles, quienes se pasaron la noche en vela para despedir al Papa antes de que partiera a la ciudad selvática de Madre de Dios.
Y la espera de la noche anterior tuvo su premio. El Papa salió a las 7:39 de la mañana del viernes 19 al balcón de la residencia. “Yo voy a Padre de Dios y ustedes me acompañan con la oración, pero antes saludemos a la madre”, y rezó un Ave María. Finalmente impartió la bendición y les deseó un buen día a los presentes.
Estos primeros gestos de Francisco, fueron un anticipo de lo que luego veríamos en Madre de Dios, Trujillo y Lima. Siempre cercano a la gente, demostrando a cada momento su predilección por los más vulnerables.
Cómo olvidar a la anciana Trinidad en Trujillo. “Me llamo Trinidad cumplo 99 años. No veo. Quiero tocar tu manito”, se leía en un cartel. El Papa no dudó en acercarse y darle su bendición, o aquella otra situación cuando se acercó a un niño con parálisis cerebral, a quien habían traído a Lima desde el norte del país. La primera pregunta del Papa fue si estaba bautizado, y no dudó en hacerlo en ese momento.
El Papa nos ha tratado como a sus hijos predilectos, pero como buen padre que es no se le ha escapado nada, incluso a aquellos temas que nos duelen.
La Misa del domingo 21 a la que asistieron un millón y medio de personas, no tiene precedentes en nuestra historia. Ni el intenso sol, ni el calor, ni la larga espera fueron obstáculos para que los fieles participen de esta celebración de la fe. El pueblo ingresó desde la medianoche.
“Lo tuyo es la vida”
Y desde Lima, considerada la capital de la defensa de la vida, por los cientos de miles de personas que congrega cada año la Marcha por la Vida, Francisco envió un tuit que sacudió a muchos en las redes sociales. “Cada vida cuenta: desde el principio hasta el final, desde la concepción hasta la muerte natural”, tuiteó el Papa el 19 de enero, antes de iniciar su periplo a la selva peruana.
Eso fue más que un impulso para nuestro trabajo en defensa por la vida, por lo que cuando tuvimos la oportunidad de tener al Santo Padre frente a frente y nos dijo: ¡“Ché Gaspar, lo tuyo es la vida”!, entendimos que el Papa Francisco conoce todos los afanes apostólicos, y que nada ni nadie le es ajeno.
En la homilía del domingo 21, durante la Santa Misa, Su Santidad se refirió a “los sobrantes humanos”. “Duele constatar que muchas veces entre estos «sobrantes humanos se encuentran rostros de tantos niños y adolescentes. Se encuentra el rostro del futuro”.
La crónica de esta visita del Papa ha de subrayar su fuerte denuncia de la esclavitud sexual y por la dignidad de las mujeres, como hizo en Puerto Maldonado, o su voz de alerta respeto a los indígenas de Perú: “Los pueblos amazónicos nunca estuvieron tan amenazados como ahora”, señaló también en Puerto Maldonado.
El encuentro con los pueblos de la Amazonia peruana, ha manifestado el Papa, “fue emocionante, un signo al mundo. Ese día fue la primera reunión de la comisión sinodal del Sínodo para la Amazonía que será en 2019. Pero me conmoví en el Hogar El Principito, al ver a estos niños, la mayoría abandonados. Esos niños y esas niñas que con la educación consiguieron salir adelante, que son profesionales. Eso me ha conmovido mucho”.
“El alma de la visita”
Treinta mil los jóvenes voluntarios conformaron la llamada Guardia del Papa. Ellos en su mayoría estuvieron en la Santa Misa de las Palmas, en Lima, del 21 de enero. Los voluntarios ingresaron desde el sábado 20 a las 2 de la tarde, y salieron del reciento el domingo a las 9 de la noche. Más de 24 horas de trabajo, en facilitar el ingreso y ayudar al millón y medio de peregrinos que llegaron hasta la base aérea Las Palmas.
Ellos, los jóvenes fueron calificados por el Santo Padre como el presente de la Iglesia, y los llamó a ser los nuevos santos peruanos del siglo XXI. n