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Afganistán. Las mil caras de una tierra marcada por las guerras

Desde la invasión soviética en 1979, el país afgano ha vivido inmerso en numerosas guerras y conflictos, que han empujado a millones de afganos al exilio. En paralelo, su población se ha triplicado en 40 años, y en los últimos 20 ha crecido un 90 por ciento.

Rafael Miner·11 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos
AFGHANISTAN EVACUEE

Foto: CNS photo/Kevin Lamarque, Reuters

La relación entre progreso económico, estabilidad y empleo, y fecundidad de una nación, no suele ser correlativa, tampoco en Afganistán. En un país como el afgano, envuelto en interminables guerras y conflictos desde 1979 hasta ahora, más de cuatro décadas, la población se ha triplicado. Y bajo la ocupación occidental con un final que estamos viendo estas semanas, su población ha crecido más de un 90 por ciento, hasta situarse en casi 40 millones de habitantes, más 2,6 millones de refugiados, la mayoría en Pakistán (1,4) e Irán (1). Se acerca por tanto a España, que contaba con 47 millones de habitantes en 2019.

A mediados del siglo XX, en 1950, los españoles éramos 28 millones, y los afganos, poco menos de 7,8 millones. Ahora, los afganos son cerca de 43 millones, incluyendo los refugiados, sólo unos pocos millones menos que la población española. “Hace 60 años, los grandes países europeos tenían muchos más niños y jóvenes que Afganistán, entonces escasamente poblado. Ahora, en esas naciones europeas hay igual o menos niños o jóvenes que entonces (serían aún menos sin los hijos de inmigrantes no europeos), mientras Afganistán tiene muchos más que cualquiera de ellas. Allí, mucho más pobres y con menos esperanza de vida, han tenido muchos más niños”, explica Alejandro Macarrón, fundador y director general de Renacimiento Demográfico.

Sin los hijos de inmigrantes de fuera de la Unión Europea a 28 (africanos o asiáticos, además de muchos iberoamericanos en España), en Europa habría aún menos menores de 20 años ahora. Y “el vuelco espectacular” 1960-2020 en este segmento de edad que representa el futuro en relación a Afganistán se notaría aún más, añade el consultor, en especial en países como Francia y Reino Unido, “cuya población infantil y juvenil total actual es más o menos la misma que en 1960, pero que no sería así ni de lejos sin los hijos y nietos de inmigrantes africanos y asiáticos”.

Otro dato interesante es que en 1950, “la edad mediana de la población (la que la divide en dos mitades iguales), era de 27,5 años en España y de 19,4 años en Afganistán. Mientras en 2020 era de 44,9 años en España, y 18,4 años la de los afganos (menos que en 1950!)”.

En relación a las guerras, la natalidad y la demografía, Alejandro Macarrón asegura que  la fecundidad en Estados Unidos comenzó a crecer de modo incipiente ya antes de la II Guerra Mundial, y prosiguió luego tras la conclusión del conflicto. Este fenómeno se dio también en otros países aliados como Francia, en especial durante la Francia ocupada por los nazis.

Breve radiografía

Cuatro décadas de conflictos y violencia han empujado a millones de afganos al exilio. Las guerras han causado un enorme sufrimiento, y la situación humanitaria del país es crítica, señala la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur).

Desde principios de año, unas 400.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, uniéndose a otros 2,9 millones de afganos que siguen desplazados en el interior de país.

Estas décadas han convertido Afganistán en “el país menos pacífico del mundo”, afirma Acnur. El país afgano es también uno de los territorios más expuestos a desastres naturales, como la sequía, que afecta al 80 % de la población. “Además, a causa de la pandemia, nueve millones de personas han perdido sus medios de vida, y las nuevas olas amenazan con seguir agravando la pobreza crónica. Todo ello repercute en la alimentación de la población: el 45 % padece desnutrición”.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha alertado de que una vez terminadas las evacuaciones en Afganistán, los millones de afganos que permanecen en el país van a necesitar ayuda humanitaria de la comunidad internacional. 

Discriminación de la mujer

Periodistas y analistas de diversas tendencias han analizado lo ocurrido estos años pasados en la nación afgana. A partir de la llegada de los talibanes al poder entre 1994, cuando tomaron Kabul, y 1996, cuando controlaban ya el 90 % del territorio, comenzó a percibirse el trato discriminatorio que daban a las mujeres, derivado de una aplicación estricta de la ‘Sharia’, que afecta gravemente a los derechos humanos.

Entre otras disposiciones, se encuentran la prohibición del trabajo femenino fuera de los hogares, con alguna excepción médica; la prohibición de salir de casa para realizar cualquier actividad si no va acompañada de un varón de parentesco cercano; o el veto el deporte de la mujer y al cierre de tratos comerciales con varones, tal como han informado diversos medios.

Sociológicamente, se ha destacado la baja esperanza de vida de las mujeres afganas (66 años), casi 20 años menos que en España; la cifra de mortalidad materna por cada 100.000 nacidos vivos (638), o la alta tasa de madres adolescentes, según datos recogidos por newtral.es del Banco Mundial y ONU mujeres.

Muros para los inmigrantes

Hace unos días, el Papa Francisco ha vuelto a saludar con afecto a personas sin hogar y a numerosos afganos recién escapados de Kabul tras la llegada del régimen talibán, como ha informado este portal. Entre ellos había cuatro hermanos de entre 20 y 14 años, que llegaron a Italia gracias al apoyo de la Comunidad de Sant Egidio. Según la Sala Stampa de la Santa Sede, “al final de la proyección del documental ‘Francisco’, organizada por el director y la Fundación Laudato si’, el Santo Padre llegó al atrio del Aula Pablo VI y habló con aproximadamente 100 personas, sin hogar y refugiados, invitadas a ver la película”. Después, el Papa regresó a la Casa Santa Marta y los organizadores repartieron paquetes de alimentos a todos.

Es un botón de muestra de la actitud que, una vez más, enseña el Papa para con los emigrantes y refugiados, en este caso afganos, o en el año 2015 sirios huyendo también de la guerra. Acogida, e integración.

Mientras tanto, sin embargo, proliferan los muros anti-inmigrantes levantados por países europeos, para evitar la llegada de migrantes de África, Oriente Medio u otros países vecinos. En los últimos días, Grecia ha completado 40 kilómetros de muro en la frontera con Turquía, mientras que Polonia y Lituania han aprobado la construcción de nuevas barreras a lo largo de la frontera con Bielorrusia.

Por otra parte, entre Bulgaria y Turquía existen ya 200 kilómetros de alambre de púas, torretas, etc. Hungría ha levantado varios centenares de kilómetros de vallas a lo largo de la frontera con Croacia y Serbia, mientras que Austria ha construido una valla de tres kilómetros con Eslovenia, que levantó otros 200 kilómetros con Croacia. Además, como es sabido, vallas de varios kilómetros separan las ciudades españolas de Ceuta y Melilla con Marruecos, y Gran Bretaña estudiaba colocar redes en el Canal de la Mancha para impedir la llegada de pateras.

Si nos referimos a América, el más conocido es el que afecta a parte de la frontera de Estados Unidos y México, que tiene un total de 3.142 kilómetros. Antes de que Trump llegara a la Casa Blanca, había ya barreras o vallas de separación en unos mil kilómetros. Debido a las dificultades de financiación, y a otros factores, el expresidente sólo pudo construir 300 millas (480 kilómetros) del muro fronterizo”, según informó la BBC.

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