“Gracias por haber venido hasta aquí, como peregrinos, a compartir la alegría de pertenecer a Jesús, de ser servidores de su Amor, servidores de su Corazón herido que sana nuestras heridas, que nos salva de la muerte, que nos da la vida eterna”. Con estas palabras, el Papa Francisco se dirigió a los más de 50.000 monaguillos, procedentes de 88 diócesis de 20 países del mundo que participan en la “XIII Peregrinación Internacional de Monaguillos”.
El Santo Padre alentó a los jóvenes a conservar “en vuestro corazón y carne, como María, el misterio de Dios que está con vosotros, de modo que puedan estar con los demás de una manera nueva”.
El encuentro con el Papa ha sido el momento más destacado de la peregrinación, que tiene lugar del 29 de julio al 3 de agosto. Está organizada por la Asociación Internacional de Monaguillos, Coetus Internationalis Ministrantium (CIM), fundada en noviembre de 1960 en Altenberg, cerca de Colonia. Esta actividad se celebra cada cuatro o cinco años, aunque la edición de este año, inicialmente prevista para 2023, se aplazó debido a la pandemia del COVID. La gran mayoría de los participantes procede de Alemania: en la anterior edición, en 2018, de los 68.000 monaguillos 48.000 eran alemanes; en esta ocasión, los alemanes eran unos 35.000, de edades comprendidas entre los 13 y los 27 años.
Al dirigirse a los jóvenes, Francisco glosó el lema de la peregrinación, “Contigo”, considerándolo muy significativo porque enlaza el misterio de la vida y el amor en una sola palabra. El Papa explicó que este “contigo” adquiere nuevos significados cuando los acólitos realizan su servicio en la liturgia, donde el protagonista es Dios. Citando a Jesús, recordó: “Donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos”. Subrayó que esto se cumple de manera suprema en la Eucaristía, donde el «contigo» se convierte en la presencia real y concreta de Dios en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El Papa resaltó que tanto los sacerdotes como los acólitos son testigos de este misterio, y que al recibir la Sagrada Comunión, podemos experimentar que Jesús está “con nosotros” espiritual y físicamente.
Según el Papa, ese “contigo” se puede ofrecer también a los demás, para cumplir el mandamiento de amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado: “También tú puedes decirle a tu prójimo ‘yo estoy contigo’ no con palabras, sino con las obras, con los gestos, con el corazón, con la cercanía concreta: llorar con los que lloran, alegrarse con los que se alegran, sin juicios ni prejuicios, sin cerrazones, sin exclusiones. También contigo, que no me resultas simpático; contigo, que eres diferente a mí; contigo, que eres extranjero; contigo, aunque sienta que no me comprendes; contigo, que nunca vas a la Iglesia; contigo, que dices que no crees en Dios”.
El cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y actual presidente de la CIM, se dirigió al Santo Padre en nombre de los monaguillos presentes: “Queremos ser amigos de todas las personas, pero este deseo sólo es eficaz cuando tendemos una mano a quienes atraviesan problemas. Cultivar una amistad con Dios nos ayuda a cultivar la amistad con los más pobres”, dijo. Representantes de los 20 países presentes llevaron puñados de incienso hasta un gran incensario, para recordar las dificultades que atraviesan jóvenes en todo el mundo, como enfermedades, guerras, indiferencia en sus hogares y falta de oportunidades.
Además del encuentro con el Papa, los jóvenes participan en la Misa diaria y asisten a encuentros de formación, concretamente de catecismo, así como a conciertos, talleres y reuniones. El lema de la peregrinación de 2024, “Contigo”, se basa en Isaías 41,10: “No temas, porque yo estoy contigo”. La junta de la CIM destacó que sin los monaguillos falta algo crucial en la Iglesia, y que su testimonio en el servicio y en la vida cotidiana es fundamental. Con los monaguillos, la Iglesia se realiza en el mundo, celebrando el culto, siendo comunidad y dando testimonio.
Por su parte, Johannes Wübbe, obispo auxiliar y Administrador Apostólico de la diócesis actualmente vacante de Osnabrück, es uno de los organizadores el encuentro, en su condición de presidente de la “Comisión XII – Juventud” de la Conferencia Episcopal Alemana. Mons. Wübbe resaltó el significado del lema “Contigo”, que incluye una triple promesa: la promesa bíblica de Dios, la promesa de la Iglesia a los monaguillos y la promesa de los monaguillos a Dios y a la Iglesia. También dijo que está “orgulloso del valiente ejemplo de estos jóvenes”, que son el rostro joven de la Iglesia, pues “con su compromiso, que adopta muchas formas, están presentes donde vive la Iglesia y son testigos alegres del Evangelio a pesar de todas las preguntas y dudas que puedan tener”.
La Peregrinación Internacional de Monaguillos es uno de los mayores acontecimientos de la pastoral juvenil de la Iglesia en Alemania.