Según la información facilitada por la Agencia Fides, este 2022 dieciocho misioneros han sido asesinados. En total, 12 sacerdotes, 3 religiosas, 1 religioso, 1 seminarista y un laico. El mayor número de víctimas se encuentra en África, donde han fallecido 7 sacerdotes y 2 religiosos. En concreto, los asesinatos tuvieron lugar en Mozambique, Nigeria, la República Democrática del Congo y en Tanzania.
América Latina es el siguiente país con mayor número de víctimas, puesto que allí asesinaron a 4 sacerdotes, 1 religioso, 1 seminarista y 1 laico. Los países en los que tuvieron lugar los ataques fueron Méjico, Honduras, Bolivia y Haití. Por otro lado, en Asia, concretamente en Vietnam, asesinaron a un sacerdote.
Si bien no se conoce mucho de las circunstancias de las muertes, los informes y las noticias que ha obtenido la Agencia Fides demuestran que estos testigos de la fe no se encontraban en misiones extraordinarios, sino que estaban realizando un trabajo pastoral cotidiano “en contextos particularmente difíciles, marcados por la violencia, la miseria, la falta de justicia y de respeto por la vida humana”.
En el informe completo que ofrece la agencia, se puede leer una breve biografía de las víctimas de este año y se encuentra una comparativa de los asesinatos a lo largo de los años. Este documento ofrece, además, datos como el número de misioneros asesinados entre 2001 y 2022 (544 en total) y las actividades que estaban desempeñando los misioneros cuando se produjeron las muertes.
Testigos de Cristo
En el informe se especifica que el término “misionero” no se aplica en exclusiva a aquellos misioneros “ad gentes”, sino que incluye a cualquier bautizado puesto que “en virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se convierte en discípulo misionero. Cada persona bautizada, sea cual sea su función en la Iglesia o conocimiento de la fe, es un sujeto activo de evangelización” (EG 120)”.
A esta consideración que hace la Agencia Fides se une la afirmación que hizo el Papa Francisco durante la Jornada Mundial de las Misiones: “a los discípulos se les pide vivir su vida personal en clave de misión. Jesús los envía al mundo no sólo para realizar la misión, sino también y sobre todo para vivir la misión que se les confía; no sólo para dar testimonio, sino también y sobre todo para ser sus testigos… La esencia de la misión es dar testimonio de Cristo, es decir, de su vida, pasión, muerte y resurrección, por amor al Padre y a la humanidad”.