Traducción del artículo al italiano
El martes 24 de mayo la escuela primaria “Robb Elementary” de Uvalde, Texas, afinaba los detalles para celebrar como cada año el fin del ciclo escolar, la graduación y despedida de sus alumnos.
Estos festejos, propios de este mes, se convirtieron en luto nacional después de que, ese día por la mañana, un estudiante de preparatoria tomara un arma de grueso calibre y abriera fuego despiadadamente contra profesores, personal y varias decenas de niños de segundo y tercero de primaria.
El tiroteo dejó como saldo 21 muertos*, entre ellos tres profesores y 18 niños. Antes de perpetrar el artero ataque contra los inocentes, el agresor habría matado a su abuela.
Al ser Uvalde un poblado tan pequeño “todos se conocen” y un evento de esta magnitud marca y marcará profundamente a esta ciudad: “La gente no da crédito de lo que sucedió” cuenta una de las feligresas que acudió a la ceremonia.
Uvalde es un poblado de cerca de 16.000 habitantes, la mayoría de ellos de origen hispano. Geográficamente constituye el punto intermedio al Oeste, entre San Antonio y la frontera con México. Cuenta con varias escuelas, entre ellas la escuela católica del Sagrado Corazón de Jesús y su Parroquia homónima. La iglesia es uno de los centros católicos más importantes de la zona oeste de la Arquidiócesis de San Antonio.
Nada volverá a ser igual para las familias de las víctimas. Tampoco para la comunidad de Uvalde.
Tras darse a conocer la noticia, decenas de feligreses se congregaron en la única Iglesia Católica de Uvalde: Sagrado Corazón de Jesús (“Sacred Heart”) para unirse en oración y asistir por la noche del martes a la misa presidida por Mons. Gustavo García Siller, Arzobispo de San Antonio.
“No hay palabras para describir la tristeza, el dolor y la conmoción abrumadora por la incomprensible pérdida de la vida de niños y adultos en la Escuela Robb Elementary. ¿Cuándo terminarán estos insensatos actos de violencia? Estas masacres no pueden considerarse como la nueva normalidad. La Iglesia Católica llama constantemente a la protección de la vida y estos tiroteos masivos son un problema muy apremiante en el que todos deben actuar tanto líderes electos como ciudadanos”, señaló Mons. García Siller.
El problema de las armas de fuego
Además de los criminales hay otros culpables: las armas de fuego. Este tiroteo en Uvalde vuelve a abrir por enésima vez el debate sobre un tema intocable para un sector de la población de los Estados Unidos: la posesión de armas de fuego, un derecho protegido por la Segunda Enmienda de la Constitución. En la mayor parte de los Estados Unidos cualquier persona adulta puede adquirir armas de grueso calibre: rifles, pistolas calibre 9 mm., fusiles, ametralladoras o armas más especializadas bajo pedido. Hay catálogos e incluso se organizan ferias en las que los grandes fabricantes venden sus productos ofreciéndolos como si fueran inofensivos petardos. En muchos estados obtener un arma puede resultar tan sencillo como adquirir un medicamento en la farmacia. Solo basta con presentar una identificación.
Apenas 10 días antes había ocurrido otro atentado en un supermercado en Bufalo, Nueva York, el cual dejó como saldo 10 muertos y 3 heridos. Según el Pew Research Center, 45.222 personas murieron en el 2020 en los EEUU a causa de lesiones relacionadas con armas de fuego, de estos, 513 personas fallecieron durante tiroteos masivos. Estos incidentes se han incrementado notablemente desde el año 2,000 pasando de 2, en ese año a 40 en el 2020. Muchos de estas tragedias tuvieron lugar en escuelas públicas e incluso en iglesias.
El debate sobre la regulación y prohibición de armas de fuego en los Estados Unidos lleva décadas sin avanzar. Incluso gobiernos extranjeros, como México, han denunciado que la venta de armas sin control en Estados Unidos no solo afecta a ese país sino a México. Un gran porcentaje de las armas que usan los narcotraficantes en ese país se produce en los Estados Unidos y cruzan la frontera ilegalmente hasta llegar a manos de los traficantes de drogas.
Mientras que los miembros del partido demócrata, incluyendo el presidente Biden pugnan por una regulación y restricción de la venta de armas, el partido republicano no cede un ápice. No obstante, el obstáculo, o actor fundamental primordial en este asunto es la National Rifle Association, una de las organizaciones más influyentes y poderosas en el país.
La NRA ha frenado cualquier intento por regular la posesión y adquisición de armas. En estos días, es probable que el tema no pase de los tabloides, incluso tras las masacres tan despiadadas como la ocurrida en Uvalde y la protesta del presidente Biden: “Estoy cansado y harto de todo esto” (Mensaje a la Nación tras la Masacre de Uvalde, 24 de mayo). La razón, tal como ha señalado el Papa Francisco en innumerables ocasiones, es que detrás de las armas hay intereses económicos muy poderosos que será muy difícil vencer.
*Víctimas a día 25 mayo 10:00 am hora española