Estados Unidos

Mary Elizabeth Lange, la profesora venerable

Un decreto del Dicasterio para las Causas de los Santos ha reconocido las virtudes heroicas de Mary Elizabeth Lange, una monja cubana cuya causa de beatificación lleva abierta desde 1991.

Paloma López Campos·25 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos
Mary Elizabeth Lange

La venerable Mary Elizabeth Lange (OSV News photo/CNS file)

El Dicasterio para las Causas de los Santos ha reconocido las virtudes heroicas de la sierva de Dios Mary Elizabeth Lange, quien nació en San Domingo en 1789. No se sabe mucho acerca de sus padres, pero se cree que su madre era la hija del dueño de una plantación, mientras que su padre era un esclavo mulato de la hacienda.

Durante la revolución de Haití, su familia huyó a Santiago de Cuba. Allí Elizabeth recibió una esmerada educación y, a principios del siglo XIX, emigró a Estados Unidos, donde se quedó hasta su muerte.

Apertura de la escuela

Después de pasar por Carolina del Sur y Virginia, Lange se instaló en Baltimore, Maryland, en el año 1813. Allí observó las carencias en la educación de los niños afroamericanos. Si bien es verdad que algunas comunidades e iglesias protestantes tenían escuelas abiertas para ellos, las demandas de la creciente población eran muy superiores a los servicios disponibles. Ante esta situación, Elizabeth abrió una escuela en su propia casa.

Al mismo tiempo que Lange ejercía como profesora, un sacerdote llamado James Nicholas Joubert buscaba soluciones para ayudar a las niñas de la ciudad a obtener una educación. Cuando conoció a Elizabeth y a su compañera, Marie Balas, sugirió fundar una comunidad religiosa que se dedicara a la atención de los pequeños. Las dos mujeres llevaban un tiempo pensando que querían consagrarse a Dios, por lo que aceptaron y el sacerdote Joubert comenzó de inmediato el proceso para abrir la fundación.

Primera comunidad en Baltimore

El 2 de julio de 1829 se formó la primera comunidad de las Hermanas Oblatas de la Providencia, con Lange como superiora. La orden empezó tan solo con cuatro hermanas y 20 alumnos, pero en 1832 ya había 11 consagradas.

Además de la educación de los niños, las oblatas abrieron un hogar para huérfanos y centros en los que cuidar a los ancianos. También enseñaban labores por la tarde a mujeres adultas y ayudaban a las viudas que pasaban necesidad.

Legado

Mary Elizabeth Lange se dedicó al cuidado de niños y enfermos en su comunidad hasta su muerte en 1882. Su fama de santidad comenzó nada más fallecer y el legado que dejó es tan crucial que su nombre se incluyó en el “Women ‘s Hall of Fame” de Maryland.

La vida de la fundadora es un ejemplo a seguir para las oblatas hoy. Ellas mismas consideran que el carisma de la comunidad se refleja de forma evidente en la vida de Lange, que encarnó el espíritu que les permite “desde la total confianza en Dios, llevar alegría, sanación y el amor redentor de los padecimientos de Jesús a las víctimas de la pobreza, el racismo y la injusticia, a pesar de las contradicciones, los prejuicios y el dolor”.

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