Desde 1940, el Vaticano ha tenido su propia Oficina Filatélica y Numismática , que se ocupa de la producción y venta de sellos postales y monedas del Estado más pequeño del mundo.
Algunos representan santos o recuerdan a mártires que han dado su vida por la fe. Otros marcan años importantes para la Iglesia o momentos especiales para el Papa.