Un pequeño misal (el Volks-Schott) una casulla verde y un corazón de Jesús. Éstos fueron los regalos que un pequeño Joseph Ratzinger de 7 años pidió al niño Jesús en la Navidad de 1934.
La carta terminaba con un “siempre quiero ser bueno. Saludos de Joseph Ratzinger”, la carta se expone en la casa familiar de los Ratzinger, convertida en museo.