En China “existe toda una red viva de oraciones, liturgias, catequesis e iniciativas pastorales inspiradas directamente en el Magisterio ordinario del Papa Francisco”.
Son palabras del cardenal Luis Antonio Gokim Tagle, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, pronunciadas hace unos días en la presentación de un libro en chino titulado «El magisterio del papa Francisco. Una guía para la lectura de sus Encíclicas y Exhortaciones apostólicas» (教宗方济各牧职训导 – 宗座通谕及劝谕阅读指南) nacido en el marco de la revista «La Civiltà Cattolica» con motivo del décimo aniversario del pontificado de Bergoglio y editado por su director Antonio Spadaro, SJ.
El objetivo de la publicación es transmitir la riqueza de este Magisterio a obispos, sacerdotes, catequistas y a quienes guían pastoralmente a las comunidades católicas de la gran nación asiática.
«Será recibido como un don muy grato, que llega en el momento oportuno», dijo el cardenal Tagle, quien en su discurso agradeció también el gran trabajo realizado a lo largo de los años por la Agencia Fides -perteneciente al Dicasterio que dirige-, y que publica semanalmente noticias sobre China procedentes de decenas de parroquias en comunión con la Iglesia universal.
Acogida que viene de lejos
Entre los ejemplos de esta comunión y adhesión al Pontífice, el cardenal Tagle citó en su discurso la importante movilización de pequeñas comunidades chinas para el Año de la Eucaristía proclamado en 2004 por san Juan Pablo II; las oraciones por el inicio del pontificado de su sucesor Benedicto XVI; la impresionante serie de iniciativas llevadas a cabo para el Año especial dedicado al apóstol Pablo (2008) o los posteriores Año sacerdotal, Año de la fe, etc.
Con el Papa Francisco, el cardenal Tagle destacó el Año Santo especial de la Misericordia, cuando «muchas personas atravesaron las Puertas Santas de las catedrales. Y muchos obispos publicaron cartas pastorales para reavivar las palabras del Papa Francisco sobre la misericordia”. Pero también la cercanía diaria del Santo Padre durante los duros meses de la pandemia: «grupos de jóvenes católicos chinos, con sus conocimientos digitales, consiguieron hacer llegar a los hogares imágenes de las misas del Papa, junto con traducciones simultáneas al chino de sus homilías».
Volviendo a los textos de la producción magisterial del actual pontífice, ahora también «comentados» en chino, según Tagle, encuentran «gran resonancia en la condición actual de los católicos chinos», precisamente porque Francisco, además de señalar las fuentes y tesoros de la fe y ofrecer sugerencias pastorales y espirituales, «ofrece palabras de sabiduría incluso ante los problemas, las pruebas y los sufrimientos que afectan a toda la familia humana».
Lo específico de cada documento
Por ejemplo, pensando concretamente en los católicos chinos, de la Exhortación Evangelii gaudium se desprenden aquí cuatro principios para la vida social (el tiempo superior al espacio, la unidad que prevalece sobre el conflicto; la realidad más importante que la idea y el todo superior al espacio), que según el Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización son ideales para «iluminar y reconfortar el camino de los católicos chinos de las últimas décadas, incluso en los pasajes más difíciles y dolorosos».
Lo mismo se aplica a Amoris laetitia, donde a pesar de que los valores arraigados en la tradición (prácticas virtuosas, amor filial, respeto a los ancianos) permanecen entre la gente, «hoy en día se ven socavadas por la disgregación vinculada a modelos de desarrollo totalmente condicionados por intereses económicos», subrayó el cardenal Tagle.
La Gaudete ed Exultate, además, con su llamada universal a la santidad, puede ser un homenaje a quienes en las últimas décadas han custodiado y transmitido el tesoro de la fe de persona a persona y entre generaciones: «personas que testimoniaron y testimonian su fe no con grandes proclamas o grandes acontecimientos, sino con sencillez, a través de la fuerza de los sacramentos, en medio de los problemas de la vida cotidiana, empezando precisamente por la vida familiar».
China, como sabemos, tampoco está exenta de la grave crisis ambiental con sus consiguientes problemas ecológicos extremos, y aquí también vienen al «rescate» documentos como Laudato si’ y Querida Amazonia, que son una verdadera advertencia para cuidar el futuro, reequilibrando el excesivo predominio del desarrollo económico por sí solo.
Por último, Fratelli tutti, con toda su carga de «soluciones» a la crisis y a los conflictos entre los hombres -que desgraciadamente persisten (guerras, cultura del despilfarro, xenofobia, esclavitud…)- y, en concreto, para disipar todos esos nubarrones de un posible enfrentamiento entre Occidente y China de los que tanto hablan los analistas políticos.
Bienvenidas sean, pues, las ocasiones en que podemos favorecer una mayor comprensión mutua y permitir que la Iglesia llegue con su mensaje de esperanza a todas aquellas culturas que han demostrado estar bien preparadas para acogerlo e incorporarlo a la vida cotidiana.