Según el informe sobre libertad religiosa emitido por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que analiza el periodo que abarca desde enero de 2021 a diciembre de 2022, la libertad religiosa ha empeorado en 47 países del mundo, y solo ha mejorado en nueve.
Agravamiento a nivel global
La libertad religiosa es un derecho que se viola en 61 países (31,1 %), mientras que en 28 países hay persecución religiosa (14 %) y, en 33, discriminación (17 %). Por su parte, el extremismo islamista afecta a 21 países y 49 tienen un gobierno autoritario.
Otros datos relevantes son que en 40 países ha habido personas asesinadas o secuestradas por su fe, y en la mayoría de ellos, 36 países, los autores de estos crímenes rara vez o nunca son procesados por el sistema judicial. En 34 ha habido ataques o daños a lugares de culto o propiedades religiosas.
Durante el periodo estudiado, también se ha observado un aumento de la persecución contra los musulmanes, por parte de otros grupos musulmanes también, así como antisemitismo. No obstante, el cristianismo continúa siendo la religión más perseguida.
Sin embargo, se observa que tras la pandemia ha habido un récord de participación en las celebraciones religiosas populares y, en general, un aumento de las iniciativas de diálogo interreligioso.
En Asia, China e India se posicionan como dos de los países que más violan la libertad religiosa: “controlan el acceso al empleo, a la educación y a los servicios sanitarios, implantan sistemas de control masivo, imponen obstáculos económicos y electorales, y no imponen la ley y el orden cuando las comunidades religiosas sufren ataques de turbas locales o terroristas”, indica el informe. Por ejemplo, el Partido Comunista Chino utiliza “tecnologías de vigilancia de vanguardia, destacando los aproximadamente 540 millones de cámaras de circuito cerrado de televisión distribuidas por todo el país (muchas de ellas con capacidad de reconocimiento facial), cada vez más perfeccionadas”.
Aumento del terrorismo
Además, ha habido un aumento de la violencia islamista generalizado y una radicalización del Islam en Asia central, así como budismo violento en Myanmar (con el genocidio de los musulmanes rohinyá, por ejemplo, además de la destrucción por parte de budistas radicales de 132 iglesias y edificios religiosos desde el golpe de Estado de 2021).
En otros países, ataques continuados han provocado la emigración de las minorías, lo que puede llevar a la desaparición de estas a largo plazo. Es el caso de la población cristiana de Irak y Siria, por ejemplo, o Líbano, donde la demanda de pasaportes llegó a alcanzar las 8000 solicitudes diarias, lo que llevó a las autoridades libanesas a dejar de emitirlos.
En África se observa un aumento del extremismo violento, con Nigeria como uno de los países con más terrorismo del mundo.
Autocensura y estereotipos aceptados
El Observatorio de Intolerancia y Discriminación contra los Cristianos (OIDAC) en Europa señala que en 2021 registró unos 500 delitos de odio contra el cristianismo en 19 países europeos. También se observa que hay en Europa una especie de “discurso obligatorio” y una creciente autocensura entre los cristianos en cinco áreas: educación, trabajo, esfera pública, interacciones sociales y redes sociales. Además, se está normalizando el uso de estereotipos negativos sobre los cristianos en los medios de comunicación y grupos políticos. También ha habido arrestos injustificados por las ambiguas leyes de “delitos de odio”.
Este dato también lo señala ACN en su informe de 2023: “Algunos de los casos que las autoridades han considerado de odio plantean serias dudas sobre si está en riesgo la libertad de manifestar opiniones religiosas sobre cuestiones morales y culturales delicadas. El procesamiento de la diputada finlandesa Päivi Räsänen por citar públicamente la Biblia es un ejemplo perfecto de ello”. Según datos de OIDAC, no se respeta el derecho de libertad de reunión en ciudades de Alemania, España y el Reino Unido junto a los abortorios, criminalizando actividades pacíficas como la oración o hablar con alguien. También indica OIDAC que se está ejerciendo presión para retirar la objeción de conciencia, lo que violaría el derecho de los médicos a negarse a participar en cualquier intervención que vaya contra sus creencias.
A la cabeza de estos ataques contra el cristianismo se encuentran Francia y Alemania, seguidas de Italia, Polonia, Reino Unido y España.
Según los datos de OIDAC, el 76 % de los delitos de odio de 2021 incluyen vandalismo o daños a una propiedad, el 22 % robo de objetos sagrados, el 16 % la profanación de objetos o símbolos religiosos, el 10 % incendios provocados y 10 % amenazas e insultos.
Hispanoamérica
“En Iberoamérica (…) se está produciendo otra forma de violencia religiosa: la identificación de las religiones tradicionales como enemigas de las políticas favorables al aborto y otras políticas que afectan a las mujeres. Las manifestaciones son cada vez más violentas en México, Chile, Colombia, Argentina”, cita ACN en su informe. Por su parte, el Observatorio de Libertad Religiosa en América Latina (OLIRE), señala que, en el último semestre de 2022, 34 personas en Nicaragua se vieron obligadas a abandonar el país a causa de su religión, hubo 26 arrestos por motivos religiosos, 21 secuestros y 14 lugares de culto cerrados.
ACN indica que, de entre los países hispanoamericanos, solo son positivas las perspectivas de libertad religiosa en Uruguay y Ecuador. Esto pone de manifiesto que la libertad religiosa en Hispanoamérica también ha empeorado.