Cultura

«Liberar a los oprimidos», un regalo para todos

Inaugurada en Schio, con la bendición de Parolin, la estatua de Santa Bakhita que acoge a los que llaman a la puerta

Antonino Piccione·6 de julio de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos
bakhita

Imagen de la escultura inaugurada en Schio

Originaria de Sudán, donde nació en 1869, fue secuestrada a los siete años y vendida varias veces en el mercado de esclavos. Sus captores le dieron el nombre de Bakhita («afortunada»). En 1882 fue comprada en Kartum por el cónsul italiano Calisto Legnani, quien la confió a la familia de Augusto Michieli y se convirtió en la niñera de su hija.

Cuando la familia Michieli se traslada al Mar Rojo, Bakhita se aloja con su hija en casa de las Hermanas Canosianas de Venecia. Aquí tuvo la oportunidad de conocer la fe cristiana y, el 9 de enero de 1890, pidió ser bautizada, tomando el nombre de Giuseppina. En 1893, tras un intenso camino, decidió hacerse monja canosiana para servir a Dios, que tantas pruebas le había dado de su amor. Fue canonizada por Juan Pablo II en 2000.

El 29 de junio, el Secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, bendijo en Schio (Vicenza) la escultura «Dejad libres a los oprimidos», dedicada a santa Josefina Bakhita, que trabajó contra la esclavitud y la trata de seres humanos.

Schio es la ciudad donde vivió y está enterrada Santa Bakhita, protectora de las víctimas de la trata de seres humanos y también patrona de Sudán.

Creada por el artista canadiense Timothy Schmalz, la escultura representa a la santa mientras abre una trampilla, de la que salen figuras que representan las diversas formas de trata que existen en el mundo. «Se podría pensar -comentó Parolin- que las personas representadas terminan a la altura de la trampilla, pero en realidad continúan bajo tierra. Si no todas las personas del mundo, al menos los aquí presentes pueden verse representados, porque creo que todos tenemos una esclavitud de la que liberarnos», e invitó a «pedir a Santa Bakhita que nos ayude a liberarnos de la cerrazón que llevamos dentro. Del individualismo que nos impide preocuparnos por los demás, como deberíamos. El Papa Francisco sigue haciendo un llamamiento sobre esto: sobre la indiferencia con la que miramos la realidad de nuestro día, de nuestros días, especialmente la realidad del sufrimiento, del dolor y de la vulnerabilidad. Sólo si nos liberamos de esta esclavitud -concluyó- seremos verdaderamente capaces de ayudar a los demás».
Cada 8 de febrero, día de la memoria de Santa Bakhita, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata de seres humanos. 

La estatua de bronce, que mide 6 metros de largo, 1,2 de ancho y 2,4 de alto, se realizó gracias a la contribución financiera de la Rudolph P. Bratty Family Foundation, perteneciente a una familia que emigró a Canadá desde el norte de Italia.

La obra «Let The Oppressed Go Free» se inspira en un pasaje de la Biblia (Isaías 58:6), del que Schmalz extrajo el título: «Este es el ayuno que quiero, oráculo del Señor: soltar las cadenas inicuas, quitar las ataduras del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper todo yugo».

La escultura instalada en Schio es la obra original, pero ya existen otras réplicas, como la que bendijo el cardenal y arzobispo de Nueva York Timothy Dolan en la catedral de San Patricio (Nueva York, EEUU) el pasado mes de octubre o la que se instalará en el Regis College de Toronto (Canadá) el próximo mes de julio.

La escultura está relacionada con ‘Angels Unawares’, otra obra de Schmalz instalada en la Plaza de San Pedro de Roma y bendecida por el Papa Francisco en 2019. En ambas obras, el artista canadiense expresa la vulnerabilidad humana: en ‘Angels Unawares’ se pone de manifiesto el sufrimiento y la desprotección que padecen los migrantes, mientras que en ‘Let The Oppressed Go Free’ trata de dar visibilidad al problema de la trata de personas.

En la ceremonia de inauguración estuvieron presentes: el alcalde Valter Orsi; el donante de la obra y presidente de la Rudolph P. Bratty Family Foundation, Christopher Bratty; el autor de la escultura, Timothy Schmalz; la superiora general de las Hijas de la Caridad Canosianas, Madre Sandra Maggiolo; la coordinadora internacional de Talhita Kum, Sor Abby Avelino; el párroco y moderador de la Unidad Pastoral de Santa Bakhita, Monseñor Carlo Guidolin; y el presidente de la Asociación Bakhita Schio-Sudan, Gianfrancesco Sartori.

El autorAntonino Piccione

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