En la primera reunión virtual del Foro Económico Mundial (World Economic Forum) que tradicionalmente se celebra en la localidad suiza de Davos, ha intervenido el cardenal Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Peter K. Turkson.
El foro económico de mayor prestigio
El Foro de Davos es una cita en la que los líderes políticos, empresariales y financieros de todo el mundo debaten sobre los problemas y las tendencias mundiales y hacen propuestas para enfrentarse a ellos. La prestigiosa reunión que convoca la fundación World Economic Forum, fundada por el economista y empresario alemán Klaus Schwab, se adapta también a las circunstancias de la pandemia. La reunión anual se celebrará este año en Singapur entre el 25 y el 28 de mayo, y esta semana ha tenido una antesala virtual en la que también ha participado el card. Turkson.
El Foro se ha planteado de un modo inusual, dando prácticamente por hecho que 2020 ha sido un año perdido para la economía mundial. El título Reconstruir el mundo tras la pandemia marca el hilo conductor que quiere seguir la asamblea.
Dos mundos
En este contexto, el cardenal Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano ha asegurado que «hay un mundo que puede hacer que le lleven las compras a su casa, evitando el peligro de las aglomeraciones, y otro que, si quiere comer, debe procurarse la comida en persona en mercados donde no hay distancias predefinidas. Más sencillamente, hay un mundo que tiene una casa en la que tener a la familia segura y otro mundo que no tiene esta seguridad porque no tiene, o ya no tiene, un hogar digno de ese nombre y un trabajo para pagarlo«.
Turkson ha pedido «acceso para todos» en materia de la vacuna y de fármacos anticovid, especialmente para los países más pobres, como ya ha reclamado el Papa Francisco. «Estamos viendo cómo los gobiernos se centran sólo en su propia gente y luego en los demás«, señaló el cardenal, que respondió a una serie de preguntas.
Explorar terapias alternativas
«Varios países también tienen la capacidad de producir medicamentos y si la propiedad intelectual se flexibilizara podrían llevar la producción a nivel local» reduciendo el impacto del contagio. Ante las nuevas cepas del virus, señala el cardenal que, si se pudieran «explorar algunas terapias alternativas, esto podría ayudar a gestionar la emergencia y reducir las tasas de mortalidad«.
Por último, el card. Turkson ha insistido en la idea que lleva predicando Francisco desde antes de la pandemia: «Cuando hablamos de la dignidad de la persona humana, no podemos transigir y debemos defenderla«. «A un cierto punto«, concluye el cardenal, «tratamos de crear una plataforma con políticas económicas sociales» capaces de «cuidarse mutuamente, porque la familia humana es una única familia interconectada«. Y la práctica de la solidaridad, del «cuidado«, crea y difunde la «fraternidad humana«.