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«La JMJ puede ser una oportunidad»

Se acerca la Jornada Mundial de la Juventud, el encuentro del Papa con miles de jóvenes de todo el mundo que tendrá lugar este año en Lisboa los días del 1 al 6 de agosto. Omnes ha entrevistado a algunos de los jóvenes participantes para conocer sus expectativas y experiencias en anteriores JMJ.

Loreto Rios·23 de julio de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

JMJ Lisboa 2023 ©️João Matos | JMJ Lisboa 2023

Laura pertenece a una parroquia de Madrid, donde es catequista de adolescentes desde hace varios años. Irá a la JMJ de Lisboa con el grupo de peregrinos de su parroquia. En esta entrevista con Omnes, nos cuenta con una fe viva su experiencia en una JMJ anterior y sus deseos para la próxima.

¿Has estado anteriormente en una JMJ? ¿Cuál fue tu experiencia?

He estado solo en la JMJ de 2011, en Madrid, tenía 17 años. Recuerdo un momento muy bonito. En una oración nos sentamos al lado de peregrinos de otro idioma. Era un día supercaluroso, estábamos muertos de sed y hambre, y ellos nos dijeron: “¿Queréis bizcocho?”. Es un gesto superpequeño, pero pensé: “Estas personas no nos conocen de nada y nos están ofreciendo de su mesa”. Empezamos a merendar con ellos y a hablar, en la medida que nos permitía el idioma. Me pareció muy bonito ver que el idioma no era una barrera para compartir unos con otros, y ver cómo todo lo teníamos en común. Recordaba el evangelio de los primeros cristianos, que todo lo ponían en común.

Nuestra entrevistada, Laura

Otra cosa que me impactó un montón fue cómo se acercaban muchos madrileños que no tenían fe y nos preguntaban cosas cuando íbamos en el autobús o por las calles caminando. El testimonio de los cristianos, ver tantos grupos, la alegría, interpelaba a los madrileños que no vivían la fe. El simple hecho de vivir, de estar juntos, de llevar Su alegría ya era cuestionamiento para otros.

Luego también recuerdo que me impresionó el eco que tuvo en mi familia, que, aunque no va mucho a la parroquia, se lanzó a acoger peregrinos. De hecho, aún tenemos relación con los peregrinos que acogimos en casa. Ver en mi familia esa generosidad, esa acogida, cómo les cuidaban, fue también para mí un testimonio, ver que estaban abiertos a acoger a los que Dios envía.

Recuerdo también el momento de Cuatro Vientos, que estábamos al lado de la valla y estaba la policía, había remolinos de viento que se llevaban las esterillas y con la tormenta se cayeron varias torres. La policía en la valla estaba asombrada, nos decía: «Es impensable que se dé este encuentro en otra circunstancia. Se nota que sois cristianos. Para cualquier otro evento con la misma cantidad de personas habríamos necesitado cuatro veces más de equipo policial».

Entonces, expusieron a Jesús, empezó la Hora Santa, y de repente nos arrodillamos todos y ese momento de angustia, de incertidumbre, se serenó. Se experimentó muy fuerte su paz. Me recuerda al evangelio de la tempestad calmada, Cristo se hacía presente ahí, en esa custodia. Nos arrodillamos todos y fue como sentir su paz.

¿Cuáles son tus expectativas para la JMJ Lisboa 2023?

Mi mayor deseo es acoger la semilla que Él quiera plantar en mí. Es un momento en el que siento que Jesús va a derramar su gracia, y va a plantar semillas, con la generosidad que le caracteriza. Quiero tener la tierra abierta para poder acoger su palabra y lo que Él me quiera decir a través de la Iglesia, la oración y los acontecimientos sencillos de la peregrinación. Y luego también tengo un deseo muy grande de vivirlo en comunidad con los jóvenes de la parroquia. Que Cristo sea el centro y que sea Él de verdad el que nos una unos a otros.

Creo que la JMJ puede ser una oportunidad. Hay muchos jóvenes que no vienen a la parroquia normalmente y se han apuntado porque viene su primo, su amigo… O jóvenes que venían hace un tiempo y han dejado de venir. Tengo el deseo de que de verdad se encuentren con Jesús, que le conozcan, poder transmitirles su amor, y que lo que a mí me ha cambiado la vida también se la cambie a ellos. Para mí la parroquia ha sido el lugar donde se ha dado mi relación y mi vida con Jesús, y quisiera poder abrir la Iglesia a otros, que otros experimenten que la Iglesia es madre y que ahí se pueden encontrar con la Vida en mayúsculas.

¿Cómo estás preparando la JMJ?

El evangelio del sembrador me está viniendo muy bien, estoy rezando mucho con él. Porque Cristo siembra al borde del camino, en terrenos pedregosos… Su generosidad es tal que siembra en cualquier lado, pero está de nuestra parte cuidar de esa tierra. Si de verdad yo quiero acoger su Palabra, genial, pero tendré que cuidar la tierra, quitar las malas hierbas, oxigenarla, abonarla… Y eso es un trabajo diario, no es ir a la JMJ para coger esa semilla, sino que ya hoy quiero vivir así, cuidando esa relación con Jesús y ensanchando el corazón.

También estoy rezando muchísimo con Getsemaní, lo tengo muy presente, y me flipó leyendo el evangelio de Lucas que hay un momento en que dice: “Jesús subió al Monte de los Olivos, como era de costumbre”. ¡Como era de costumbre! No dice: “Vale, es el momento de la entrega, voy al Monte de los Olivos”. No, es que Él iba de costumbre al Monte de los Olivos. Ese momento de la entrega es el culmen de una entrega cotidiana. Rezando con ese evangelio, me decía Jesús: “Laura, este momento de entrega, de oración, de abandono en el Padre yo lo vivo cada día”. Quiero que ese “como de costumbre” de Jesús sea mi “como de costumbre”.

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