Una de las imágenes más queridas y veneradas de Roma es la de la «Salus Populi Romani».
Cuenta la tradición que este icono, que recibe la visita del Papa antes y después de cada viaje fue realizado por san Lucas el evangelista en persona y llevado a Roma por santa Elena en el siglo IV.
A su intercesión se atribuye la salvación de la ciudad romana ante la plaga que la asolaba en el siglo VI.