La Fundación Fratelli Tutti, está a punto de cumplir su primer año de vida en el seno de la Santa Sede (y más concretamente en la Fabbrica di San Pietro, organismo encargado de la construcción y cuidado artístico de la basílica). Un organismo de religión y culto que se inspira en el contenido de la última encíclica del Santo Padre dedicada a la fraternidad y a la amistad social y que quiere suscitar iniciativas de diálogo con el mundo en torno a la basílica de San Pedro.
Diálogo, encuentro e intercambio
No es casualidad que el lema de la Fundación sea precisamente Reconocerse como hermanos y evangelizar las culturas para caminar juntos. Todo esto se sustenta en tres principios clave, también recogidos en la encíclica: el diálogo, el encuentro y el compartir.
A través de esta Fundación, se está dando centralidad y protagonismo a la basílica de San Pedro con iniciativas relacionadas con la espiritualidad, el arte, la educación y el diálogo con la sociedad, tal y como deseaba el propio Papa en el quirógrafo de la fundación.
Además del presidente Gambetti, un franciscano, y el secretario seneral Francesco Occhetta, un jesuita, la fundación cuenta con un consejo de administración que incluye gestores, economistas, comunicadores y teólogos, todos ellos italianos.
“Realizar el nuevo humanismo requiere el compromiso generoso y voluntarioso de todos, y la fundación es un medio para reescribir juntos una ‘gramática de lo humano’ que nos haga re-conocernos aunque no nos conozcamos personalmente”, explican los promotores.
La vida del primer obispo de Roma
Una de las últimas iniciativas fue la dedicada a la vida del primer obispo de Roma, el apóstol Pedro, a través de un vídeo mapping proyectado durante dos semanas consecutivas en la misma fachada de la basílica vaticana, todas las noches de 21 a 23 horas, con el título de Sígueme.
El proyecto quería llegar al corazón de la figura y la personalidad de Simón, que luego se convirtió en Pedro, desde la llamada hasta el seguimiento, desde la misión hasta el martirio. Y se sirvió de importantes repertorios iconográficos puestos a disposición tanto por la basílica como por los Museos Vaticanos (referidos a artistas como Rafael, Perugino, Reni y Cavallucci), armonizados y realzados también a través de los sonidos y las palabras.
Fue una forma de que los miles de creyentes, se acercaran a la humanidad del pescador de Galilea y a su espiritualidad, incluyendo los saltos, las caídas, la tenacidad, la duda hasta el don de la vida por Cristo y su Iglesia.
Además de los cursos de arte y fe, las áreas de misión de la fundación incluyen también la educación cultural y espiritual y el diálogo con otras confesiones cristianas y otras religiones sobre los temas de las últimas encíclicas del Papa.
Escuela de Artes y Oficios
Precisamente en el ámbito de la formación, en octubre se cerraron los plazos para inscribirse en la Escuela de Artes y Oficios, cuyos cursos comenzarán en enero de 2023 y tendrán una duración de seis meses con asistencia obligatoria. Los destinatarios serán canteros, albañiles, yeseros y decoradores, carpinteros, para un número máximo de 20 alumnos.
Los profesores procederán de varias universidades italianas, pero también habrá personal de la oficina técnica de la Fabbrica di San Pietro y artesanos experimentados. Evidentemente, están previstas visitas guiadas y de estudio, y las horas de taller se desarrollarán en los propios talleres del organismo que gestiona todos los trabajos necesarios para la construcción y realización artística de la basílica de San Pedro.
Paseos del Jubileo
Evidentemente, la fundación se proyecta también hacia el próximo jubileo de 2025, cuando la basílica se convertirá en el punto de concentración e irradiación de la experiencia masiva de fe que implicará a los fieles de todo el mundo. En esta línea van los encuentros llamados Caminos Sinodales Jubilares, una serie de encuentros siempre sobre los temas de la encíclica como la proximidad, la purificación de la memoria social y el amor político. En muchas de estas iniciativas la plaza de san Pedro será siempre el telón de fondo, precisamente para representar ese abrazo que se extiende desde las columnas de Bernini a todo el mundo.