América Latina

La familia: el primer y último refugio 

En vísperas de la fiesta de la Sagrada Familia, nos queda contemplar a Jesús, María y José, para que aprendamos a volver siempre y cada vez a la familia.

Luis Gaspar·26 de diciembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos
familia navidad

El fin de año suele ser tiempo de reflexiones sobre aquello que hicimos y no hicimos durante los últimos doce meses. Es además momento de celebración. La llegada de Jesús en Navidad nos vuelve a todos un poco niños de nuevo y renovamos nuestra ilusión en la espera del Salvador. Y como para que quede claro que Jesús llegó al mundo de la mano de un padre y una madre, en el tiempo de Navidad celebramos la fiesta de la Sagrada Familia, porque sin María y sin José es imposible imaginar el pesebre.

Es la Sagrada Familia la que nos recuerda también ese halo divino de las familias, es ese permanente recuerdo que los padres, los tuyos y los míos, son estrechos colaboradores de la creación.

Es la familia sin duda, el primer y último refugio, por eso es también el objeto de la ofensiva materialista que pretende deshumanizarla y convertir a los hijos en simples productos, y a los progenitores en simples  reproductores. 

San Juan Pablo II lo advertía en el año 2004: “El intento de reducir a la familia a una experiencia afectiva privada, socialmente irrelevante, de confundir los derechos individuales con los propios del núcleo familiar constituidos por el vínculo del matrimonio; de equiparar las convivencias a las uniones matrimoniales, constituyen uno de los tantos ataques que tratan de alterar la estructura de la sociedad”.  Entonces enfatizaba que “los ataques al matrimonio y a la familia se hacen más fuertes y radicales, ya sea en su versión ideológica como sobre el frente normativo”. 

En medio de este ataque constante, la familia sigue a pie firme aferrándose a mantenerse unida. Es esa unidad la que la mantendrá vigente. 

Mariángeles Castro Sánchez, del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral de Argentina, lo describe así: “el ideal de la unidad en la familia exige sobreponernos a la tendencia del descompromiso que hoy nos interpela como sociedad, en el entendimiento de que no lograremos crecer sin un principio de unidad que implique la integración y la consolidación de un proyecto de vida común”. 

Entonces surge la pregunta: ¿La familia es realmente tan importante? Y la respuesta viene de José Pons, Consejero de la Asociación de Familias numerosas de España: “No cabe duda de que la familia es la escuela de la solidaridad, de la responsabilidad, de la creatividad, de la innovación. Lo que no se aprende en la familia difícilmente se aprende en el colegio, en la universidad o en el trabajo. En la familia se aprende a compartir, a resistir, a valorar. La familia es más que nunca la primera célula, la primera escuela y la base de la sociedad. Debilitado el tejido familiar queda debilitada irremediablemente la sociedad”.

A vísperas de la Fiesta de la Sagrada Familia nos queda contemplar a Jesús, María y José, perseguidos y amenazados por un rey que quería acabar con ellos, que quería matar al niño. Con otros protagonistas, esa persecución sigue dándose más de dos mil años después. La clave está en “volver siempre y cada vez a la familia. En la seguridad de que ser parte de esta unidad fundamental y primaria nos permitirá afrontar desafíos, resistir tempestades y, por qué no también, sobrevivir al naufragio” (Mariángeles Castro Sánchez). 

El autorLuis Gaspar

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