Cuando hay un gran evento a la vista, se cuentan los meses que faltan, luego se da paso a los días, y por último se cuentan las horas. Pues bien, nosotros ya estamos en esa fase donde se cuentan las horas que quedan a la llegada del Papa.
Hay que decir que la ciudad ha tardado un poco en despertarse. Como el apóstol Tomás, todo el mundo esperaba tocar “el viaje” con las manos, y verlo con los ojos para creer. Pero, a unos días de la llegada del Papa, las dudas se han disipado. El Papa viene al Congo y, más precisamente, a su capital: Kinshasa.
El gobernador de la ciudad ha escrito un comunicado animando a los ciudadanos a hacer un esfuerzo para dejar limpia la ciudad y dar una buena acogida al Papa. Los colegios católicos y las parroquias se han dividido el recorrido para saludar a Francisco a su paso desde el Aeropuerto hasta la Nunciatura (25 kilómetros). Pero no sólo los católicos quieren verlo. El Papa pasará por uno de los barrios más poblados y animados de la ciudad. La vista aérea será impresionante, todos quieren ver al Santo Padre.
Después de saludar a las autoridades en el Palacio de la Nación, el Papa irá directamente a la Nunciatura, donde la Coral Luc Gillon, que ha nacido en el seno de la Universidad de Kinshasa, le acogerá con sus canciones. Un grupo de niños y niñas vestidos del equipo de fútbol Nacional de la República Democrática del Congo y del equipo de San Lorenzo (el equipo de fútbol argentino del Papa), le recibirá con los brazos abiertos.
Los más jóvenes se organizan para pasar la noche en el Aeropuerto de Ndolo, donde el Papa celebrará la Misa. Allí habrá instalados más de cien confesionarios para atender a todos aquellos que quieran reconciliarse con Dios. Diferentes corales van a amenizar la noche con sus cantos. Las congoleñas y los congoleños llevan la música en la sangre, y cantar va siempre de la mano de bailar. Habrá también momentos de oración, en concreto, se van a rezar las cuatro partes del Santo Rosario.
A la siete y media de la mañana las puertas del aeropuerto se cerrarán. La noche será movida y a primeras horas de la mañana seguirá el flujo de personas, parecido al de un hormiguero antes de la lluvia. Se espera más de un millón de personas a la Misa. Rezamos para que la lluvia nos respete y para que entre tanto movimiento de personas, todo se pase bien.
La Santa Misa durará una hora y media. ¿Solamente? Se preguntan muchos. Pues parece que sí, incluidos los cantos y la comunión. Todo el mundo está intrigado, porque aquí estamos más bien acostumbrados a Misas más largas.
Kinsasa, República Democrática del Congo.