España

Juan José Omella: “El deseo de Dios está emergiendo” 

La 121 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española reúne a los obispos españoles esta semana con diferentes retos sobre la mesa.

Maria José Atienza·17 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos
conferencia episcopal

El cardenal Omella, presidente de los obispos españoles ha dirigido un discurso que, siendo más breve de lo habitual, ha señalado certeramente las líneas y retos de la Iglesia española en estos momentos.

El arzobispo de Barcelona ha iniciado su discurso de apertura de esta 121 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal España recordando el reciente fallecimiento de Benedicto XVI así como el décimo aniversario del inicio del pontificado del Papa Francisco.

El emergente anhelo de Dios  

Uno de los puntos más interesantes de los tratados en este discurso ha sido la constatación del creciente anhelo de Dios en la sociedad actual. En este sentido, Omella ha afirmado que “del mismo modo que la secularización se inició en el mundo urbano y ahora está afectando al mundo rural, descubrimos que el deseo de Dios está emergiendo en las ciudades y, con el tiempo, esperamos que llegue también al mundo rural. Creemos que estamos viviendo el inicio de una nueva primavera del Espíritu. Damos gracias a Dios por este don”.

Una primavera que conlleva asimismo el reto de una preparación para toda la Iglesia en la acogida y acompañamiento de todos los que se acercan a la luz de Cristo.

Un reto común, que apela a la responsabilidad evangelizadora que nace del Bautismo de todos los cristianos. “Es el pueblo de Dios el que evangeliza” ha recordado Omella.

En este punto, el cardenal ha querido recordar además algunos de los puntos clave del documento Fieles al envío misionero que delinea los ejes pastorales y líneas de acción de la Iglesia española en estos años.

Descubriendo el papel de los laicos

Omella ha alabado las “nuevas iniciativas de evangelización, promovidas por los laicos en comunión con sus pastores, están ayudando tanto a los mismos laicos como a los ministros ordenados a redescubrir lo que les es propio y a incrementar la acción coordinada y sinodal” pero ha subrayado que “esta no es la misión más habitual para la mayoría de los laicos. Dios no llama al laico a abandonar el mundo cuando profesa su fe, todo lo contario, el «mundo» se convierte en el ámbito y en el medio de su vocación, en el cual debe buscar su santificación” .

Para el presidente de los obispos españoles, “el reto más importante que tenemos ahora es despertar en las multitudes de laicos la vocación que han recibido de Jesucristo para que, unidos a él, ejerzan su misión de ser sal y luz para el mundo, de ser la levadura que transforme la sociedad para hacerla más humana, digna y fraterna. Ellos son el rostro, la voz y los brazos de Dios en medio del mundo”.

En esta línea, Omella ha querido apuntar que “para ayudar a los laicos a redescubrir su misión en medio del mundo, los obispos de la CEE hemos publicado recientemente el documento El Dios fiel mantiene su alianza» y ha animado a darlo a conocer a todos los fieles”

Ante las próximas citas electorales, el presidente de los obispos ha enumerados ocho puntos a tener en cuenta:
1. Promover la dignidad de la persona
2. Venerar el inviolable derecho a la vida
3. Ser libres para invocar el nombre del Señor4. La familia, el primer campo del compromiso social
5. La caridad, el alma y apoyo a la solidaridad
6. Todos somos destinatarios y protagonistas de la politica
7. Situar al ser humano en el centro de la vida económica y social
8. Evangelizar la cultura y las culturas del hombre

Junto a esto, ha animado a los laicos “a alentar un movimiento social a favor del bien común que pasa por proponer, no imponer, la visión católica de la persona, el matrimonio y la familia, como fermento de una sociedad más fraterna, humana y sensible a los más pobres y necesitados”.

Familia y derechos de los padres

Omella se ha referido ampliamente a la importancia de proteger y alentar la familia en la que la “mayor parte de la humanidad alcanza la plenitud del amor”.

“Somos una sociedad familiar y eso no solamente es compatible con ser modernos, sino que hace posible que lo seamos” ha subrayado el cardenal, que ha calificado a la institución familiar como “una alternativa al modelo de modernidad individualista, utilitaria y desvinculada, que tanto daño psicológico y emo cional está causando a las personas y que al final hace insostenible la vida social y el desarrollo humano”.

También ha exigido el presidente de los obispos españoles el respeto a la libertad de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones. En este punto ha defendido propuesta educativa que promueva una educación afectivo-sexual orientada al modo de amar o latino y no egoísta “alejada de toda cosificación de la persona, liberada de las ideologías de género, y que promueva un camino de aprendizaje”.

El presidente ha descrito la realidad del “vertiginoso incremento de depresiones, ansiedades, angustias existenciales, trastornos alimentarios, adicciones, pensamientos y tentativas suicidas, que están afectando no solo a adultos, sino particularmente a niños, adolescentes y jóvenes” que responde a un deseo de Dios al que no se responde adecuadamente desde las premisas de la sociedad relativista en la que nos encontramos.

Un estado «confesional laicista»

La falta de libertad y frecuentes trabas que la administración pone a la libertad de los padres en España también ha tenido su cabida en el discurso de apertura de esta Plenaria.

Omella ha pedido explícitamente la puesta en marcha de un cheque escolar como una solución y apoyo a la verdadera neutralidad y libertad que pedimos a la Administración competente.

La obligación de un “determinado modelo educativo, adscripción ideológica, o titularidad de la escuela” ya significa una falta de Libertad, en palabras de Omella. “Nuestro Estado estaría pasando a ser un estado confesional laicista, discriminando a los ciudadanos y ciudadanas cristianos o de otras religiones” al optar por un único modelo ha afirmado el presidente de la CEE.

Acompañar la vida de principio a fin 

El presidente de los obispos españoles ha realizado un recorrido “vital” para animar y pedir un compromiso social y cristiano en el acompañamiento y ayuda a los más vulnerables en todas las etapas de la vida. En el caso del inicio de la vida, el cardenal ha apelado a una “serena reflexión que vaya a las raíces del problema y busque alternativas reales y ayudas económicas significativas para que las madres que afrontan, muchas veces en soledad, un embarazo”.

También se ha referido a los millares de refugiados e inmigrantes subrayando “la importancia de integrar en el ámbito de la defensa de la vida humana el cuidado de las personas que llegan a nuestras fronteras, la mayoría”.

Una de las novedades de este discurso ha sido la introducción del problema de la enfermedad mental como uno de los puntos a tratar y del que reflexionar como Iglesia. En concreto, el cardenal ha apuntado que “el drama del suicidio no puede desligarse de estos problemas de salud mental y del vacío de sentido de la existencia. Consideramos que el alarmante aumento de suicidios, de manera especial entre los jóvenes”.

Por último, Omella ha pedido ayudas a las familias para cuidar dignamente a sus ancianos así como “un diálogo social e institucional sobre la atención a las personas mayores. Además, es clave crear cauces para escuchar su voz y para darles espacio”.

El arzobispo de Barcelona ha vuelto a mostrar su “rechazo a la ley que regula la eutanasia. Pedimos la aprobación de una ley integral de cuidados paliativos y de ayudas dignas a la dependencia que, contando con los recursos necesarios, permita acompañar de manera verdaderamente humana a las personas en la fase final de su vida”.

Abusos a menores

La enésima petición de perdón y la gestión de los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia ha cerrado el discurso del cardenal Omella en esta plenaria.

“Hemos pedido perdón por ese gran pecado y seguiremos pidiéndolo”, ha comenzado el cardenal Omella, que ha afirmado que “queremos que esa lacra desaparezca de nuestra sociedad. Por ello, seguimos colaborando con los jueces, la fiscalía y el defensor del pueblo, aportando toda la información de la que disponemos y activando nuestros protocolos”.

“Sin rehuir nuestras responsabilidades” el cardenal arzobispo de Barcelona ha lamentado que “por el momento no se aborde dicha dolorosa cuestión en su dimensión global y que se insista en analizar exclusivamente este drama en el ámbito de la Iglesia. La Iglesia confiesa su pecado, pero denuncia que este mismo hecho, que afecta a otros muchos sectores de la sociedad, no sea puesto en evidencia, para buscar entre todos una solución que abarque toda la extensión de este problema social”.

Los variados e importantes retos de la Iglesia española han sido reafirmado la por el Nuncio apostólico en España, que ha tenido palabras para los corredores humanitarios de migrantes, el apostolado del mar y la necesidad de apoyar la presencia de los cristianos en el espacio público.

Los obispos españoles continuarán la reunión al largo de toda la semana. Las conclusiones finales se dará a conocer en la rueda de prensa previsto para el próximo viernes.

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